Itongadol/AJN.- La directora de Marcha por la Vida en Argentina, Alejandra Tolcachier, expresó hoy en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, AJN que “todos son responsables, todo el alrededor que vio lo que estaba sucediendo de alguna manera es cómplice”, en referencia a los adultos que presenciaron al grupo de adolescentes con simbología nazi que agredió a jóvenes de ORT en el boliche “Cerebro” de Bariloche."No podemos dejar pasar desapercibido, por aislado, o que sea la noticia del día de hoy y mañana nos olvidamos. Yo creo que es grave lo que sucedió, grave y doloroso".
Si hay que asociar a una persona con Marcha por la Vida, esa es Tolcachier. Su objetivo es que adultos, jóvenes y estudiantes año a año viajen a Polonia durante una semana, donde visitan los campos de concentración nazi, y después a Israel para estudiar acerca de cómo se desarrolló la vida judía previa a la Shoá y qué pasó durante el genocidio.
¿Qué pasó por su cabeza cuando se enteró de esto?
Se me pasaron varias cuestiones por la cabeza en relación al hecho en Bariloche, desencadenado por jóvenes de una escuela alemana. Estoy segura de que parte de todo lo que es la historia y lo que tiene que ver con el desarrollo de lo que fue la Shoá son temáticas que son abordadas desde la escuela. O deberían ser abordadas. En Alemania hoy soy temas de agenda y que en la escolaridad los chicos abordan lo que fue la Shoá.
La directora de la escuela incluso habló de viajes de estos chicos a Polonia…
Seguro. A mí una de las cuestiones que más me preocupa es el entorno de estos chicos y la responsabilidad de nosotros como educadores y como adultos que tenemos frente a esta situación. Siempre hablamos en Marcha por la Vida y siempre hablamos en todos los ámbitos educativos de transmitir, por la importancia del rol que tiene la educación para explicar lo que fue la Shoá y no permitir que esto vuelva a suceder. ¿Qué pasa con hechos como los de Bariloche con la presencia de adultos presentes? Estos chicos están con acompañantes, ingresaron a este boliche ya vestidos con esta presencia y nadie les dijo nada. Se exponen recién cuando se encuentran con los alumnos de ORT, que piden que se los saque del lugar y que termina en un enfrentamiento ante una reacción adolescente de terminar a las piñas.
¿Qué tiene que saber esas personas que los acompañaron y no dijeron nada?
Que todos somos responsables. No solamente nosotros como educadores al llevarlos a estos chicos a Marcha por la Vida es suficiente. Una cosa en enseñarles, inculcarles, trasmitirles y otra cosa tiene que ver con la acción cotidiana. ¿Qué pasó con la educación cotidiana de estos adultos? ¿Qué pasa cuando en la calle vemos incidentes con negacionismo de la Shoá o cuando aparecen reacciones antisemitas? Estos chicos no llegaron al boliche invisibilidades o allí en algún momento decidieron ‘disfrazarse’ para hacer un chiste o pensando que estaban justo los chicos de ORT. La verdad es que hay muchas variables para analizar. Deberíamos analizar cómo llegan estos chicos a tener este incidente, si es la primera vez que lo hacen, qué hay detrás de esta actitud y esta conducta. Acá habría que investigar qué historia tienen. Yo estoy convencida de que los chicos saben qué es la Shoá y sabían lo que estaban haciendo. No es una inocente joda de adolescente. Sabemos que en un contexto de Bariloche los adolescentes van a actuar algunas veces de forma desenfrenada o de la forma en que no lo hace cotidianamente.
Bariloche también tiene que ver con la historia de los nazis en la Argentina…
Ya que estamos, se puede mencionar eso. Y justamente, en el rol de todos los que estamos como testigos es cuando tenemos que actuar. Cuando abordamos la temática de la Shoá con nuestros alumnos, una de las cuestiones importantes tiene que ver con cuál es el rol del observador. Porque el que observa tiene un rol ‘pasivo’, pero al mismo tiempo es cómplice. Porque todo el alrededor que vio lo que estaba sucediendo de alguna manera es cómplice.
¿Hechos como estos están latentes en la sociedad argentina?
Yo creo que el negacionismo hacia la Shoá existe en la Argentina y en el mundo en general. Uno sigue escuchando que la Shoá no existió, que son datos inventados, que los campos fueron armados y que es una historia específicamente de los pueblos. La realidad es que esto es más universal. Es algo que le sucedió a toda la humanidad en su conjunto y nosotros somos los responsables de que esto no vuelva a suceder. Y que no vuelva a suceder no solamente en una magnitud implicado a un genocidio, sino en lo cotidiano. Porque esto tiene que ver con el antisemitismo dentro del ámbito de lo cotidiano, y eso es lo grave. Qué pasa que nosotros como sociedad argentina no reaccionamos frente a un hecho de discriminación. Me refiero a los adultos presentes en ese lugar, más allá de que ahora se esté hablando lo sucedido en los medios y la escuela alemana está respondiendo a lo que pasó. Ninguno minimiza o los justifica porque son adolescentes. Eso creo que sí lo aprendimos como sociedad: a decir que esto es grave, no corresponde y tenemos que enseñar a revertir lo que sucedió.
¿En todos estos años hizo alguna cuenta de cuánta gente viajó de su mano a Polonia?
Estamos hablando de 5 mil personas desde Argentina. La experiencia es abierta a todo el público en general. La premisa del programa es concientizar acerca de lo que fue la Shoá para que no vuelva a suceder. Para luchar contra la discriminación y el negacionismo, por lo que cualquier persona que esté interesada participa. Tenemos muchos de los alumnos de ORT que no son judíos y que están totalmente comprometidos con la temática. No solamente con lo relacionado a la Shoá, sino también con la asistencia al Estado de Israel, que también es otro de los temas centrales del viaje. Siempre se habla de no legitimar la existencia del Estado de Israel y es importante educar y salir de la ignorancia. Creo que todavía vivimos en nuestro país con muchos años de ignorancia.
¿Eso lleva al antisemitismo?
La ignorancia lleva a discriminar. No solamente al antisemitismo. Lleva a discriminar en lo cotidiano, a los extranjeros, a la xenofobia. Nosotros lo ampliamos porque lo importante es concientizar al participante y reaccionar ante estos hechos. Ese es nuestro objetivo.
¿Cómo califica lo que pasó entre la escuela alemana y la ORT?
Como una llama a la que tenemos que estar atentos y que tenemos que operar con educación, concientización hacia los jóvenes y hacia los adultos también. Muchas veces en la educación focalizamos en las generaciones jóvenes. Yo creo que tenemos que concientizar a toda la sociedad. No podemos dejar pasar desapercibido, por aislado, o que sea la noticia del día de hoy y mañana nos olvidamos. Yo creo que es grave lo que sucedió, grave y doloroso. Veo las imágenes que circulan en las redes de los chicos en una fiesta disfrazados como Hitler, con todas las pintadas, y remonto al año ’30 en Alemania. Se me vienen todas las imágenes de los campos y todas las imágenes de toda la historia que conocemos de nuestra familia. Es doloroso que nuestra sociedad no pueda aprender de lo que sucedió hace muy poco tiempo, porque estamos hablando de 70 años atrás.
Ha pisado los campos de exterminio muchas veces. Desde ese lugar, ¿cuál es su mensaje a los directores y docentes de la Argentina?
El mensaje es el mismo que va para toda la humanidad. Es el mensaje de estudiar, conocer, aprender, ir a las fuentes y del compromiso de nosotros como educadores de generar estudiantes críticos. Estudiantes que sean sensibles a la realidad.
¿Docentes no judíos podrían participar en Marcha por la Vida?
Obviamente. Es nuestro objetivo. Estamos trabajando para cada vez incluir más a alumnos que sean de escuelas no judías y también ser parte de capacitaciones en ámbitos no judíos. Ojalá que esto no quede solamente en la anécdota de unos chicos en Bariloche y que como sociedad nos haga repensar cuál es el camino que tenemos que seguir.