Inicio NOTICIAS AJC. Cómo encubrir un ataque terrorista: las lecciones que nos deja el atentado a la AMIA -Por Patricio Abramzon

AJC. Cómo encubrir un ataque terrorista: las lecciones que nos deja el atentado a la AMIA -Por Patricio Abramzon

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Itongadol.- (Por Patricio Abramzon) El 18 de julio de 1994, 85 personas fueron asesinadas y cientos heridas en el atentado a la mutual judía AMIA, el peor incidente terrorista en la historia de la Argentina y el peor ataque antisemita en el mundo entero desde la Segunda Guerra. Todavía hoy, 22 años después, los que planificaron el ataque siguen prófugos, y sus cómplices locales se esconden en las sombras, amparados por el poder. Mientras que Argentina y las comunidades judías conmemoran otro aniversario de esta masacre, esto es lo que se sabe.

¿Quién lo hizo?

Irán y Hezbolá planificaron y orquestaron el ataque, y agentes locales aparentemente les suministraron apoyo logístico. Los jueces argentinos acusaron formalmente a altos dirigentes del gobierno iraní y operativos de Hezbolá de haber sido los perpetradores de este acto terrorista. Según el dictamen, el motivo de este crimen fue castigar a la Argentina por haber quebrado el compromiso asumido de transferir tecnología nuclear a Irán.
Dada la convicción con la que los jueces formularon su acusación, INTERPOL emitió pedidos de captura internacional contra el exagregado cultural de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani; el exdiplomático Ahmad Reza Asghari; el clérigo y exjefe de inteligencia de Irán, Ali Fallahijan; el excomandante de las Guardias Revolucionarias, Ahmad Vahidi; el excandidato presidencial Mohsen Rezai; y el exjefe militar de Hezbolá, Imad Mughniye, asesinado en el 2008. Argentina también pidió la extradición del Ayatola Hashemi Rafsanjani, expresidente de Irán; Ali Akbar Velayati, exministro de asuntos exteriores; y el exembajador en Buenos Aires, Hadi Soleimanpur.

¿Quiénes fueron los cómplices locales?

Tristemente, los cómplices argentinos –la llamada “conexión local”– siguen impunes. ¿Quiénes son? Nadie sabe. Pero una cosa es segura: quienesquiera que sean, estos criminales han sido capaces de influenciar al gobierno, las fuerzas de seguridad e incluso el poder judicial para obstruir la investigación.

La “investigación”

Desde que ocurrió el ataque, ninguno de los 7 jueces que intervinieron en la causa pudo producir siquiera una condena. El exjuez federal Juan José Galeano, el primero que estuvo a cargo de la investigación, ha sido acusado de encubrimiento, incluyendo la destrucción de evidencia y el pago de sobornos a fin de obtener testimonios falsos.

En octubre de 2004, todos los sospechosos de haber participado en el atentado a la AMIA fueron absueltos. La lista incluye a Juan José Ribelli y otros altos mandos de la Policía Bonaerense, y el mismo Carlos Telleldín, el último propietario del vehículo utilizado para transportar los explosivos.

En enero de 2015, el fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto de un disparo en su cabeza, tendido en el baño de su apartamento. Este misterioso episodio tuvo lugar pocos días después de que Nisman acusara a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de tratar de desviar la investigación a fin de exculpar a Irán. Hasta el momento, las circunstancias en las que murió el fiscal –si se suicidó o fue asesinado- no están claras. Jaime Stiuso, el exjefe de contraespionaje de Argentina que trabajó junto a Nisman, asegura que el fiscal fue asesinado, y acusó a Kirchner de manejar un servicio secreto paralelo, que opera fuera de la ley.
Un nuevo juicio para investigar las maniobras de encubrimiento está en curso. Entre los acusados de entorpecer la investigación del atentado a la AMIA se encuentran el exjuez Juan José Galeano, el expresidente Carlos Menem, el exjefe de inteligencia Hugo Anzorregui y otros.

¿Cómo sigue la causa?

El nuevo gobierno argentino ha expresado su intención de impulsar la investigación. Al poco tiempo de asumir, a fines del 2015, el presidente Mauricio Macri decidió no apelar el fallo judicial que declaraba inconstitucional al controvertido Memorándum de Entendimiento con Irán y, por lo tanto, éste quedó definitivamente derogado. Este pacto, negociado por Kirchner y el expresidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, planteaba la conformación de una “Comisión de la Verdad” que supuestamente investigaría el atentado a la AMIA. Opositores a este acuerdo compararon este argumento con el absurdo de solicitarle al régimen Nazi que investigase lo ocurrido en Kristallnacht.

Mientras que la causa se encuentra en un aparente estancamiento, el nuevo equipo puesto a cargo de la investigación pretende juzgar “en ausencia” a los sospechosos iraníes.

22 años han pasado desde el ataque, y las heridas siguen abiertas. La causa AMIA continúa siendo un ejemplo vergonzoso de cómo los altos estamentos políticos, judiciales y de seguridad les han fallado a las familias de las víctimas y a todos los ciudadanos del país. La tan esperada resolución de esta atrocidad es la deuda más dolorosa que la democracia argentina mantiene con su pasado, pero también con su futuro.

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