Itongadol/AJN.- (Por Roxana Levinson, desde Israel) La escena política israelí se disputaba hasta ahora entre los dos grandes partidos, el Laborista – Avodá – y el Likud. Con algunos amagos de partidos menores – como el de Yair Lapid o el de Moshe Kahlon – de competir con el liderazgo único de Binyamin Netanyahu. Pero, en las últimas 24 horas, parecen haberse movido algunas fichas en este tablero.
En el juego de las sillas, como es sabido, todos corren y cuando llega el momento indicado sólo uno se queda de pie, fuera del círculo. En Israel, hasta ayer, el juego de las sillas se jugaba al revés. Todos corrían y, al final de todas y cada una de las rondas, todos quedaban de pie y sólo un jugador tenía la silla asegurada: Binyamin Netanyahu.
Sin embargo, en las últimas 24 horas, algo parece haber comenzado a cambiar en las reglas del juego de la política israelí. Quizás no sea más que una escaramuza, cuentas personales pendientes, o intentos de futuro incierto. De todos modos, algo se movió – o se sacudió – ayer en la política israelí.
En el marco del Congreso de Hertzlia, el primero en “abrir el juego” fue el hasta hace unas semanas ministro de Defensa, Moshe Yaalón.
Yaalon dejó el cargo, empujado por la entrada al gobierno y a su sitio, del ahora ministro de Defensa, Avigdor Liberman. Ya entonces, Moshe Yaalon dijo que no se retiraba de la vida política y que volvería a pelear por un lugar en el liderazgo. Ayer lo dijo con todas las letras, y sin eufemismos: Yaalon presentará su candidatura en las próximas elecciones a primer ministro.
El ex ministro acusó al liderazgo actual de “dividir para poder gobernar”, de provocar conflictos y divisiones entre comunidades y sectores, entre árabes y judíos, como sistema para sostenerse indefinidamente en el poder.
Yaalon contradijo abiertamente las afirmaciones del primer ministro Netanyahu acerca de que Israel se encuentra bajo una amenaza existencial, y que ésta proviene de Irán. “Ni siquiera el programa nuclear iraní, sobre el cual tuvimos críticas justificadas, no constituye una amenaza existencial, pero hay que prepararse para el futuro. Irán está tratando de desestabilizar el orden mundial y tratando de dañar a Israel”, señaló Yaalon.
“En este momento, y en el futuro inmediato – no existe una amenaza existencial para Israel ", aseguró el ex ministro de Defensa.
Moshe Yaalon abogó en su discurso por dejar de lado “el discurso racista y minoritario”. “Debemos preguntarnos en qué país deseamos vivir, y dónde deseamos que crezcan nuestros hijos. En el último tiempo se han roto en la política todos los records de agresión, cinismo y oportunismo. Las buenas personas evitan meterse en ese lugar. En el lugar donde se toman las decisiones más importantes de nuestras vidas. Se necesita un cambio, y este cambio es importante para el Estado de Israel. Por nuestro futuro, necesitamos una alternativa. Porque no tenemos otro Estado”, expresó Yaalon.
El ataque de “los generales”
Pero las feroces críticas contra el gobierno no terminaron allí y, por esas cosas del destino, provinieron de dos hombres con extensas carreras militares. Poco después de las palabras de Yaalon fue el turno del ex primer ministro Ehud Barak, tras lo cual los dichos de la jornada ya fueron presentados por la prensa como “el ataque de los generales”.
En un discurso extenso, detallado y agresivo, Barak atacó durante casi una hora al liderazgo político actual y apuntó específicamente hacia Netanyahu. “¿Por qué vemos todos los días en el gobierno y su líder sólo pesimismo, pasividad, ansiedad y parálisis en lugar de confianza en sí mismo, valor y el poder de decidir y actuar, victimización sensiblera y autocompasión?", preguntó Barak.
El ex mandatario calificó al actual gobierno de “débil, flojo y chillón, engañoso y extremista, que fracasa una y otra vez en garantizar la seguridad, socava el tejido democrático en Israel, falla en el manejo de las relaciones con Estados Unidos y en el diseño de la posición de Israel en el mundo, deja pasar una y otra vez oportunidades políticas y está completamente paralizado de toda acción para un manejo eficiente del conflicto con los palestinos, incluso ante la falta de socio”.
Si bien Barak – a diferencia de Yaalón – no anunció oficialmente su regreso a la política, pero quizás no fue necesario. Quedó muy claro. “Israel necesita un liderazgo diferente, que tenga brújula y no una veleta”, dijo Barak, por si a alguien le quedaban dudas. “Desde aquí, llamo al gobierno a recobrar el juicio y el sentido de inmediato. Si no lo hace, todos – tooodos – deberemos ponernos de pie, levantarnos de nuestros lugares más y menos cómodos, y derrocar al gobierno por medio de una protesta popular y por el voto de los electores, antes que sea demasiado tarde”, subrayó.
Barak coincidió en las críticas de quienes recriminan al primer ministro Netanyahu que actúa para generar una sensación de amenaza existencial, miedo, temor existencial.
Por último, Barak coincidió con Yaalón en que no hay una amenaza existencial sobre Israel, ahora queda abierto el interrogante sobre si hay una amenaza existencial al liderazgo de Binyamin Netanyahu y cuántas sillas vacías habrá en la próxima ronda del juego político israelí.