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Itongadol/AJN.- El analista en temas militares Ron Ben Yshai escribe hoy en su columna en el sitio Ynet, y en primer lugar aclara que lo hace cuando todavía quedan por conocerse muchos detalles que permitirán establecer un esquema claro de quiénes llevaron a cabo el ataque, por qué y cómo sucedió. El autor continúa con su análisis:
De la poca información reunida ya se puede entender que probablemente se trató de una bomba pequeña colocada en la parte trasera del autobús, debajo de los asientos y sobre el tanque de combustible, que causó heridas 21 personas. Esta es la razón por la cual, el estallido de una bomba relativamente pequeña causó de inmediato la explosión del tanque de combustible y el incendio. El combustible que se expandió provocó que también se incendiaran otro autobús y automóviles que estaban alrededor del primero.
Respecto a la carga explosiva, todo parece indicar que se trata de una bomba preparada por un profesional y no de una bomba casera o de tubo, que todo adolescente palestino sabe cómo preparar.
Durante esta Intifada de los Cuchillos hubo tres o cuatro casos en los que fueron arrojadas bombas caseras por terroristas individuales sin afiliación a ninguna organización, contra soldados de las FDI. Pero se trataba por lo general un tubo corto con dos extremos, rellenos con cabezas de fósforos o pólvora. Por lo general, en estos tubos no hay clavos y tornillos, como en la bomba que estalló en el autobús.
Por tanto, en el artefacto que estalló ayer en Jerusalem se invirtió más trabajo y conocimiento, y el explosivo tenía mayor potencia, de modo tal que pudo penetrar a través del piso del autobús y encender la puerta del tanque de gas o del motor.
Y aún quedan abiertas las dos preguntas más importantes: ¿Quién tuvo la iniciativa del ataque y lo llevó a cabo? ¿Es esto un cambio en la actual ola de ataques? Y hablando con crudeza: ¿Hemos pasado del terrorismo con cuchillos perpetrado por individuos a un terrorismo mucho más letal, que utiliza bombas y armas de fuego, como conocimos en la Segunda Intifada?
En cuanto a la identificación de los terroristas, hay que señalar que en la actual ola de terrorismo – que comenzó en septiembre de 2015 – el Servicio Nacional de Seguridad descubrió más de diez casos en los que las organizaciones Hamás, Jihad Islámica y el Frente Popular, intentaron cometer atentados suicidas y con disparos. Hubo también atentados con armas de fuego que lograron su cometido, y las mencionadas bombas de tubo.
Todas las noches, el ejército y las fuerzas de seguridad detienen a no pocos sospechosos de activar en células de Hamás, y como consecuencia de estas detenciones se evitan gran cantidad de atentados. Es probable que éste sea uno de esos intentos que el Servicio de Seguridad no logró descubrir, y quizás Hamás o la Jihad Islámica lograron finalmente llevar a cabo el ataque por medio de alguno de sus hombres en la zona de Jerusalem.
Es posible que también el momento del atentado tenga importancia, porque Hamás tiene buenos motivos para perpetrar este tipo de ataques precisamente esta semana. Uno de ellos es la tendencia descendente de los ataques con cuchillos, que Hamás intenta sin éxito mantener vigentes. En la organización saben que un atentado con muchas víctimas, que genere gran eco mediático, volverá a avivar las llamas de los atentados con cuchillos. Otro motivo es la reanudación de la incitación en torno al Monte del Templo, cuyo objetivo también es inflamar la situación.
Una tercera razón es el túnel descubierto el mismo día por las Fuerzas de Defensa de Israel. Si efectivamente Hamás planificó el atentado en el autobús en Jerusalem, es probable que lo hiciera para cubrir su fracaso en este tema.
Si bien es cierto que el principal sospechoso es Hamás, por el momento no tenemos ninguna indicación que confirme este supuesto. Por ello, todos por ahora se consideran sospechosos, y esto incluye a la Jihad Islámica palestina, el Frente Popular e incluso Fatah o un atacante solitario. Cabe suponer que en los próximos días tendremos la respuesta.
Antes de tener esos detalles completos, no podemos apresurarnos a sacar conclusiones y determinar que estamos ante una reanudación del terrorismo con explosivos, suicidas y armas de fuego. Por el momento se trata de un caso aislado y esperemos que quede así. El ejército y las fuerzas de seguridad tienen suficientes medios para detectar preparativos para un atentado de este tipo, para los cuales hace falta mucho más que un cuchillo de cocina y un judío que pasa inocentemente por la calle.