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Itongadol/AJN.- El libro “Nación Falafel”, de la autora Yael Raviv, es un trabajo de antropología culinaria que pone el eje sobre la fundación del Estado de Israel a través del prisma de la comida. Ella habló con el medio The Forward sobre cómo la comida ayudó a los israelíes a formar una nueva identidad en los primeros días del Estado.
¿Cómo fueron las naranjas, olivos y otras frutas y vegetales nativos integrales para forjar una nueva identidad israelí para quienes llegaban de Europa del Este?
Por muchos años cocinar y consumir comida no fue realmente importante, pero la agricultura sí lo era desde las primeras décadas del sionismo. Entonces, muchos de estos productos se convirtieron en un distintivo y fueron usados como marcadores de identidad porque ilustraban muy bien la conexión con la tierra.
Por años muchos turistas pensaron en los grandes desayunos de hotel como algo emblemático de la comida israelí. ¿Cómo comenzó esta tradición?
Debido a que la comida no era tan importante al principio, el desayuno mostraba productos básicos que no requieren ser cocinados. El desayuno de hotel se convirtió en productos lácteos, frutas frescas y vegetales porque no había que hacer mucho con ellos para lograr comidas fabulosas.
El movimiento de kibutz tuvo una gran influencia en los años formadores del país, al igual que la experiencia de cenas comunales. ¿Cómo fue esto?
La razón por la que el movimiento de kibutz en Israel fue tan exitoso y lo sigue siendo es debido a que se convirtió en parte del país y pudo cambiar y adaptarse con los tiempos. Las personas podían ser flexibles y mantener la ideología y valores, peor estaban dispuestas a adaptarse cuando las cosas no estaban funcionando.