Itongadol/AJN.- El ex subcomisario Anastacio Ireneo Leal, uno de los cuatro policías bonaerenses que fueron acusados y luego sobreseídos como partícipes necesarios del atentado a la AMIA, declaró hoy, jueves, durante tres horas en el juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices de ese ataque y apuntó contra el destituido juez Juan José Galeano y los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia como responsables de los 8 años y 2 meses que estuvo preso desde el 12 de julio de 1996.
“Esta gente mintió y pagó sin importarle el daño que hacían, ni los muertos y los heridos en el atentado”, los acusó.
El hoy querellante reveló que en 1998 había denunciado al ex magistrado por encubrir a los verdaderos culpables del atentado: “Advertí que todo terminaría en una nulidad, como sucedió; hoy veo a todos ellos acá sentados y me da lástima por sus familiares porque no pueden mirar a sus hijos y decirles que son inocentes, como yo sí lo hice”.
“En uno de los videos se ve cómo Galeano le dice a (el último poseedor conocido de la camioneta-bomba Trafic, Carlos) Telleldín: ‘Éste es Leal’ porque (el acusado) no me conocía, y los ex fiscales Mullen y Barbaccia: ‘Si marcás a un policía, te vas en libertad’”, enfatizó.
“Si hubiese sido terrorista, ¿me habría presentado espontáneamente en el juzgado y aportado información? ¿No me habría fugado cuando me fueron a detener o cuando manejé mi propio auto hasta el Departamento de Drogas Peligrosas, solo acompañado por un policía?”, preguntó con mucha lógica quien actualmente trabaja como gestor en el estudio de su abogada en el juicio oral anterior, Karina Bacci.
Anteriormente, el ex comisario Juan José Ribelli, otro de los policías sobreseídos, completó siete horas de testimonial en una audiencia que se destacó por el cruce entre la abogada del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, Valeria Corbacho, y el letrado del testigo y querellante, José Manuel Ubeira, quien con el apoyo del Tribunal Oral Federal N° 2 cuestionó la pertinencia de su línea interrogativa hasta limitarla.
“Si no me dejan ejercer la defensa, entonces debo limitarme a la declaración de Beraja acerca de que desconocía el pago y callarme la boca”, se quejó la primera antes de ser reprendida por el juez Jorge Gorini.
No obstante, más adelante pudo preguntar sobre otros aspectos.
El testigo volvió a referirse al ex líder comunitario: “De una causa contra Beraja conseguimos una escucha suya con Galeano y me llamó la atención la familiaridad y confianza entre ellos, ya que éste le contó que viajaría a los Estados Unidos y el ex presidente de la DAIA le recomendó con quién tenía que hablar.”
Los puntos principales abordados en los 105 minutos del testimonio de hoy de Ribelli fueron su situación patrimonial, vinculada con el “blanqueo” de 2,5 millones de dólares, que atribuyó a toda su familia, y las visitas en la cárcel de Caseros de un probable agente de inteligencia que se identificó como “Julio” en julio y agosto de 1997, reveladas la semana pasada.
Según el ex policía, éste le ofreció declarar que le había entregado la camioneta-bomba Trafic a otra persona, que presume sería algún fundamentalista musulmán, sin saber para qué la usaría y a cambio recaratularían la causa en su contra como encubrimiento, lo dejarían en libertad y le pagarían “un palo verde” (un millón de dólares) por el tiempo que pasó preso, pero se negó y entonces el desconocido le advirtió que le arruinarían la vida y la de su familia.
Sin embargo, no pudo dilucidar de quién se trataba, aunque aclaró que no era ninguno de los agentes y funcionarios que declararon en el juicio oral por el atentado, sustanciado entre 2001 y 2004.
Por otra parte, “los ex fiscales tenían acceso a las escuchas telefónicas de Telleldín y (su ex mujer, Ana María) Boragni hablando del pago, por eso sostengo que sabían de su existencia”, explicó el hoy querellante.
Ribelli también aseguró que el FBI y el Mosad no creían que los ex policías bonaerenses tuvieran que ver con el atentado porque los terroristas no confiarían en gente ajena a su causa y se refirió específicamente a un informe de 1998 de la agencia estadounidense.
En virtud de ello, Luciano Hazan, titular de la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, pidió que se lo incorpore como prueba.
En tanto, el fiscal Roberto Salum solicitó la declaración como testigo del ex abogado de Ribelli Mariano Cúneo Libarona, de quien el testigo había declarado la semana pasada: “Me contó que tenía mucha relación con la comunidad judía y que debía hablar con Beraja porque me creía que era inocente; después me dijo que estábamos en problemas porque sabían que nada tenía que ver, pero que por mi ascendencia y capacidad investigativa debía aportarles algo”.
A su turno, la defensa de Anzorreguy requirió que el Servicio Penitenciario Federal informe quién era el director del penal de Caseros cuando “Julio” habría visitado al ex policía bonaerense a fin de tratar de determinar si había registro de ello.
La semana próxima declarará como testigo Mario Bareiro, el último de los policías oportunamente acusados que aún vive, tras el fallecimiento de Raúl Ibarra.