Itongadol/AJN.- El entrenamiento de resistencia no sólo contribuye a un físico más delgado y más sano, sino también a un hígado más delgado, más saludable, en reemplazo de los ejercicios aeróbicos, según un estudio israelí.
Es posible que usted no sepa si estás entre el aproximadamente 30 por ciento de la población que sufre de la enfermedad de hígado graso, la condición del hígado más común en el mundo occidental. Por lo general no causa síntomas, aparte de fatiga general, hasta que avanza en algo más grave, como el cáncer de hígado o la cirrosis.
Si usted sabe que tiene la enfermedad de hígado graso, puede que le resulte difícil hacer el cambio radical en la dieta y hábitos de ejercicio que se prescribe generalmente como un antídoto. Sin embargo, un estudio israelí ha encontrado que el entrenamiento de resistencia, y no sólo el ejercicio aeróbico, ayuda a reducir la grasa en el hígado, así como el colesterol.
"Para los pacientes que sufren de limitaciones físicas o baja motivación que les impide la realización de ejercicios aeróbicos, el entrenamiento de resistencia puede ser una alternativa eficaz", señaló el investigador principal, el doctor Shira Zelber-Sagi de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Haifa.
El exceso de peso, la obesidad abdominal, la diabetes, la dislipemia y en particular los triglicéridos aumentan el riesgo de la enfermedad del hígado graso.
El doctor Oren Shibolet, director de la Unidad de Hígado del Centro Médico de Tel Aviv, añadió: "El tratamiento farmacológico de la enfermedad es muy limitado o inexistente, el énfasis principal está en las modificaciones de estilo de vida. En este aspecto, nuestro estudio es uno de los pocos ensayos clínicos para demostrar el beneficio del entrenamiento de resistencia en la reducción de grasas en el hígado".
El estudio examinó el impacto del entrenamiento de resistencia – que suele ser más breve y más centrado que los ejercicios aeróbicos – sobre la enfermedad del hígado graso.