A pesar de que hubo una disminución constante de las emisiones desde 2002, el transporte siguió siendo la fuente de la contaminación del aire más significativa en los centros urbanos a lo largo de 2014, según reveló hoy el Ministerio de Protección Ambiental israelí.
El ministerio publicó sus hallazgos en su Informe de Calidad del Aire de 2014, con la elaboración de datos de más de 100 estaciones de monitoreo de calidad del aire en todo el país, así como con 14 puntos de muestreo con altas concentraciones de compuestos orgánicos volátiles que resultan de la combustión de combustible. El informe explora una gran variedad de contaminantes del aire, incluidos los materiales tóxicos y cancerígenos, y también se ve en el origen y tratamiento de varios olores peligrosos.
Los investigadores encontraron niveles de dióxido de nitrógeno excepcionalmente altos cerca de todas las arterias centrales de tránsito en las grandes ciudades. Particularmente se identificaron niveles extremos en el barrio Shmuel Hanavi en Jerusalem, así como cerca de las estaciones de transporte en las más bulliciosas áreas de Haifa, Jerusalem y Tel Aviv.
A los 14 puntos de muestreo de todo el país, seleccionados principalmente por su condición de puntos de acceso de transporte, industriales o de energía, los investigadores del Ministerio de Medio Ambiente encontró subproductos de la combustión de combustibles en la industria y el transporte.
Mientras tanto, en la zona industrial del norte de Ashdod, las mediciones de plomo y cadmio excedieron los estándares aceptables de 1,34 y 2,92, respectivamente, acompañados por altas lecturas de níquel y arsénico, según el informe. Estos metales son tóxicos y se acumulan como resultado de las plantas de reciclaje, refinerías de petróleo y fábricas de pesticidas.
El Ministerio de Protección del Medio Ambiente realizó 257 controles sobre el terreno de chimeneas de fábricas en 2014, que involucró a 42 instalaciones en 35 fábricas, de acuerdo con el informe.