Itongadol/AJN.- El editor y amigo de Kafka, Max Brod, dejó la custodia del patrimonio del escritor checo a su secretaria, Esther Hoffe, quien ilegalmente legó la colección a sus hijas y vendió varios manuscritos de los archivos privados.
Después de décadas de disputas legales, el Tribunal del Distrito de Tel Aviv otorgó la custodia de los bienes de Max Brod, amigo y editor de Franz Kafka, a la Biblioteca Nacional de Israel en Jerusalem.
La decisión de la Corte puso fin a una larga disputa entre la Biblioteca Nacional de Israel, que fue demandada por la posesión de los documentos, y Eva y Ruti Hoffe (las hijas de la secretaria de Brod, Esther Hoffe, a quien el editor le había dejado sus bienes después de su muerte en 1968).
Los jueces determinaron que después de su muerte en 2007, Esther Hoffe había legado ilegalmente la colección a sus hijas, después de vender, también ilegalmente, varios de los manuscritos más importantes del escritor checo en todo el mundo.
"¿Está en consonancia con la justica la venta de los escritos personales de Kafka – que ordenó que fueran destruidos – al mejor postor por la secretario de su amigo y por sus hijas? Al parecer, la respuesta a esto es clara", escribieron los jueces en su fallo.
En el centro del debate estaba el estatuto jurídico ambiguo de la finca Kafka. Brod – una figura cultural importante, conocido por su trabajo como novelista, periodista, activista sionista y compositor – había recibido la colección de Kafka. Varias décadas después, se la regaló a su secretaria y socia Hoffe.