Itongadol.- Entre muchas consideraciones posibles, quisiera comenzar estas reflexiones diciendo que la creación del Estado de Israel pareció constituir el comienzo de una nueva etapa en el devenir del Pueblo Judío; vale decir, el inicio de un ciclo cualitativamente distinto de aquel otro que, signado por la más cruel intolerancia, caracterizó una buena parte de la historia de Europa y que tuvo su punto culminante en la Shoá.
Como lógica consecuencia era de esperar que la comunidad internacional considerara a Israel el peor país del mundo (o al menos el más fácil de agredir diplomáticamente) mientras simultáneamente ignoraba los manifiestos desastres en derechos humanos ocurridos, por ejemplo, en Sudán, Somalía, Nigeria, Irán, Corea del Norte, Pakistán, Bangladesh, Libia, Arabia Saudita y muchísimos más… Desde que no hay interés real en la justicia, Israel siempre es juzgada por una norma diferente, con una doble moral.