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Itongadol/AJN.- La empresa israelí SodaStream fue centro de una tormenta política y mediática a principios de año, cuando la organización BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones, por sus siglas en inglés), promovió sanciones debido a que está ubicada en Cisjordania. El escándalo incluyó a la actriz Scarlett Johansson – la cara de los anuncios publicitarios de SodaStrem – que renunció a su puesto de embajadora de la ONG Oxfam, que se había sumado a la campaña.
SodaStream se ha convertido en el blanco favorito de las campañas BDS (boicot, desinversión, sanciones), que incluye algunos grupos que boicotean los productos fabricados en Cisjordania y otros en todo Israel.
Aunque los estantes de las tiendas minoristas en Europa y los EE.UU. están llenos de productos hechos utilizando tecnología o componentes israelíes – los ordenadores Intel son un buen ejemplo de ello- SodaStream es uno de los productos hechos en Israel más identificables y exitosos que tiene una conexión con el tema de los asentamientos en Cisjordania , y como tal, se ha convertido en un imán para quienes protestan contra las políticas de Israel respecto a los palestinos.
Ahora SodaStream anuncia que muy pronto se mudará de Maale Adumim – en Cisjordania – y su director, Daniel Birnbaum, afirma que esta decisión no tiene nada que ver con el boicot y que las razones que se tienen en cuenta son sólo económicas.
De todos modos, quienes advirtieron en su momento que un boicot contra SodaStream afectaría tanto a israelíes como a palestinos pueden decir ahora que tenían razón.
La fábrica se mudará desde Maalé Adumim a Lehavim, en el Neguev – el sur de Israel – un sitio que no está en conflicto y sobre el cual no pesa ninguna amenaza de boicot. Según explican en la empresa, el cambio tiene que ver con una serie de ventajas que el gobierno israelí ofrece a quienes se sumen en estos tiempos al desarrollo de la región del Neguev.
De todos modos, debido a esta medida, 900 palestinos que trabajan en SodaStream se quedarán sin trabajo, ya que no podrán viajar cada día 120 kilómetros de ida y 120 de vuelta para ir a trabajar. Uno de los futuros desocupados de SodaStream, Nabil Bashrat, que vive en la ciudad de Ramallah, declaró: “La fábrica proporciona ingresos a cientos de familias, a aldeas enteras. Paz es lo que se vive aquí adentro, los de afuera no lo entienden”.