Itongadol/AJN.- La investigación proporciona la primera evidencia de los cambios en la actividad cerebral de hombres homosexuales que crían niños o que adoptaron a través de la subrogación y explicó que se asemeja a la de las nuevas madres y los nuevos padres.
Tener un bebé cambia la actividad cerebral de las nuevas madres, según los investigadores lo descubrieron, y un nuevo estudio añade la primera evidencia de estos cambios en los cerebros de hombres homosexuales que crían niños o que han adoptado a través de la subrogación.
El patrón de actividad cerebral de hombres se asemeja al de las nuevas madres y los nuevos padres en el estudio.
El estudio actual, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, se llevó a cabo en Israel, y se basa en el trabajo de la neuropsicóloga Ruth Feldman, de la Universidad Bar-Ilan, que mostró que los cerebros de las madres se vuelven hiper-reactivos a los llantos de sus hijos y otras señales emocionales.
No estaba claro si ese patrón es el resultado de los cambios hormonales y otros que acompañan el embarazo o una respuesta a la experiencia de la maternidad.
Para averiguarlo, Feldman y sus colegas grabaron 89 nuevas madres y padres en interacción con sus hijos en casa. Luego midieron la actividad cerebral de los padres mientras veían los videos en un tubo de resonancia magnética, y otra vez (para establecer una línea de base) mientras veían videos que sus hijos no protagonizaban.
En las 20 madres del estudio, todas, cuando miran a sus bebés, desencadenan una mayor actividad en las regiones de la emoción de procesamiento del cerebro.
A los 21 padres heterosexuales – que estaban muy involucrados en la crianza de su bebé, pero cuyas esposas se pusieron por delante en la crianza – que miraron a su bebé, mostraron mayor activación de los circuitos cognitivos, particularmente una estructura que interpreta el llanto de un bebé y las señales no verbales.
Los 48 padres gays que crían a niños con sus maridos parecían ser tanto la mamá como el papá. “Sus circuitos emocionales eran tan activos como los de las madres y los circuitos interpretativos mostraron la misma actividad extra como la de padres heterosexuales."
En los padres gays, pero no los heterosexuales, el cerebro también tenían líneas de comunicación adicionales entre las estructuras emocionales y cognitivas. Cuanto más tiempo un hombre pasó como cuidador principal, mayor era la conectividad. Era como si estuviera tocando ambos roles parentales para integrar las estructuras necesarias para cada uno.