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Entrevistas de verano. Manuel Junowicz: “El diálogo debe ser el GPS que guíe a la comunidad”

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 Itongadol.- En una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN), el ingeniero Manuel “Mendl” Junowicz (foto) compartió su visión sobre la actualidad comunitaria y la importancia del diálogo.

 
“Formamos un movimiento nuevo, que se llama Unidad Comunitaria, en el cual planteamos tres pilares, que son: una comunidad unida e incondicional con Israel, ‘lashón harrá (maledicencia) cero’ y difundir el judaísmo y el conocimiento de la historia de nuestro pueblo, que forman parte de la cultura universal”, resumió.
 
P- Políticamente hablando, ¿qué estás haciendo desde que terminó la elección de la AMIA?
 
MJ- Sigo trabajando en la Organización Sionista Argentina: como presidente honorario, trato de estar cerca para ayudar a la institución. A nivel de la AMIA, dos meses antes de la última elección formamos un movimiento nuevo, que se llama Unidad Comunitaria. Planteamos tres pilares, que son: una comunidad unida e incondicional con Israel, “lashón harrá (maledicencia) cero” y “nadie puede querer lo que no conoce”, una frase de Rambam (Maimónides) que quiere decir que hay que brindar más judaísmo y conocimientos sobre la historia de nuestro pueblo -que es tan rica-, que forman parte de la cultura universal. Lo que dimos y estamos dando, especialmente hoy, con el Estado de Israel. Finalmente obtuvimos un 5 por ciento; es decir, cuatro delegados en un RAT de 90. Cuando se conformó la Comisión Directiva resolvimos que, así como queremos una comunidad unida, para lograrlo debíamos “meter mano” en los temas, y participamos en forma activa. En lo personal, como no quería ocupar un cargo específico, soy invitado permanente al Ejecutivo y me focalizo, entre otras cosas, en fortalecer el vínculo de la Kehilá con nuestro querido Estado de Israel.
 
P- ¿Cómo estás viendo lo que está pasando actualmente en la Kehilá?
 
MJ- La idea de Unidad Comunitaria es que queremos una “Kehilá de todos, con todos y para todos”, y lo dijimos en la campaña electoral. Ésa es la comunidad por la que vamos a trabajar. Consideramos que el pueblo judío es muy rico y la gente tiene diferentes posiciones en distintos tópicos. Queremos que cada uno tenga su lugar. La única forma de resolver las distintas ideas es sentarse y dialogar. La pelea o el aislamiento nada solucionan. La idea es escuchar al otro. Como suelo decir, esto es lo que hacían nuestros sabios: cada uno planteaba su posición y buscaban un camino intermedio. Eso es lo que debemos hacer para tener la comunidad que todos queremos. Obviamente, no será idéntica a la que uno aspira, pero permitirá que todos estén adentro. Porque si cada uno tiene una comunidad como le parece, entonces está dejando fuera a un montón de gente que no piensa igual. A partir de ahí, en la mesa (directiva) de la AMIA hemos sugerido continuar con las conversaciones entre los cuatro factores que estuvieron en la última contienda electoral y tratar de que Acción Plural, AMIA es de Todos, Bloque Unido Religioso y Unidad Comunitaria tengan un diálogo y puedan encontrar un camino intermedio que satisfaga a todos.
 
P- ¿Ésta puede ser la respuesta al reclamo que hubo desde algunos factores?
 
MJ- Ante distintas posiciones, no hay otra manera (de dririmirlas) que mediante el diálogo porque si cada uno se considera el “dueño de la pelota” y solo hay que hacer lo que ese grupo diga, estamos en un conflicto. En la medida que se formen espacios de diálogo, donde se baje el nivel de rispidez y cada uno pueda entender al otro y se genere confiabilidad, se irá progresando. No digo que se puedan resolver todos los conflictos, pero sí ir solucionando los más fáciles en un principio, y en la medida que el diálogo se vaya fortaleciendo, los más complicados después. Pero aceptando desde el comienzo que no hay algo que no se pueda conversar porque el diálogo no ofende.
 
P- Hubo una propuesta de ustedes para generar este espacio de diálogo ante las pequeñas fricciones que puedan surgir…
 
MJ- (Este miércoles) habrá una reunión de los cuatro factores que intervinieron en la última contienda electoral y la idea es ver qué aporta cada uno y generar la confianza que la comunidad requiere. En nuestro nombre mismo está el concepto porque con “Unidad Comunitaria” queremos decir que cada persona de la comunidad encuentre su lugar y sea feliz pese a las divergencias y distintas maneras de pensar. Éste es nuestro factor fundamental: que todos puedan sentarse a una mesa y entender al otro, y así trabajen y estructuren con una inteligencia tal que el otro también pueda tener lugar en la comunidad.
 
P- ¿Por qué nos salimos del eje y nos está costando tanto volver?
 
MJ- Veo que a veces la gente no se mueve de una línea y cada uno se amuralla pensando que el otro lo va a agredir, que nada se le puede plantear, y debemos aprender lo que nuestra sabiduría nos enseña. Por ejemplo, vemos en la Hagadá de Pésaj que nuestros sabios planteaban distintas posturas sobre varios conceptos, respetándose los unos a los otros. Así es nuestro pueblo. Hay muchísimas posturas distintas y no hay otra manera de resolver los conflictos y diferencias que mediante el diálogo.
 
P- Es lo que vemos hoy en la AMIA con la gente que representa a Avodá. ¿Qué pasa con ese partido hoy, particularmente con quienes están en el gobierno?
 
MJ- Yo integraba Avodá y renuncié por actitudes e incompatibilidades de ciertas personas. Nací en ese partido, pero con un grupo de personas decidimos renunciar. Para mí hubo gente de Avodá que se equivocó. Hay mucha que no y se contacta con nosotros: mantenemos un diálogo fluido y aceptan que fue un error. A la vez, nos piden disculpas por los malos momentos (vividos). Queremos a la comunidad y trabajar para ella. Lo hacemos con muchas ganas. Si la gente está orgullosa de ser judía, la existencia y la continuidad del pueblo judío están garantizadas; caso contrario, la asimilación devendrá.
 
P- ¿Qué te sugiere la ortodoxia en los últimos años, para atrás y para adelante?
 
MJ- No soy ortodoxo, pero en la ortodoxia tengo muchas personas conocidas. No adhiero totalmente a su forma de pensar, pero eso no me inhibe para sentarme a dialogar con ellos, que son una parte sustancial de nuestra comunidad. En nuestra campaña pusimos la foto de un chico con kipá y otro sin ella. No pienso como ellos, pero tengo que escucharlos, así como pido que nos escuchen. Entre todos tenemos que conformar la comunidad que todos queremos. Noto un incremento de la ortodoxia; por ejemplo, en la red escolar. Hay que sentarse con ellos como con cualquier otro; por ejemplo, los no creyentes, a quienes también -por supuesto- debemos incluir. Entre todos tenemos que solucionar los temas: entender cuál es la problemática del otro y encontrar una línea intermedia. Respeto a mis hermanos ortodoxos y me siento respetado por ellos. Hay una frase en Pirkei Abot, la máxima de los maestros: “¿Quién es una persona respetada? Aquella que respeta al otro”. Respeto a todos en tanto y en cuanto no me falten el respeto. Soy el primero que respeta al otro y también pido explicaciones. Todos tenemos derecho a hablar y dar nuestra opinión, y ésa es la comunidad que queremos. Buscamos que todos se sientan parte.
 
P- ¿Qué esperan para los próximos dos RAT (Asamblea de Representantes de Asociados de la AMIA) que pidieron? ¿Cuál es el espíritu?
 
MJ- No hay otra posibilidad: o dialogás o cada uno se amuralla en su idea y la comunidad no prospera. El diálogo debe ser el GPS que nos guíe. Si cada uno se va a encerrar en lo suyo, no es la comunidad que quiero. Todos deben escucharse y ponerse en la cabeza del otro. Dicen los jajamim (sabios): “No juzgues a tu interlocutor hasta que estés en su posición”. Le pido a todo el mundo que se ponga a pensar con la cabeza del otro y luego con la propia. No vemos otra posibilidad de diálogo.
 
P- ¿Esto lo conversaron con el presidente de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky?
 
MJ- Lo hablamos y no hay otra opción: tenemos que generar un ámbito de diálogo. Creo que cada persona tiene derecho a presentarse, acercase y dar su opinión. Estábamos sentados a una mesa, se plantearon estos temas, sugerí que no había otra posibilidad que el diálogo y se lo gestionó rapidísimo. Hay voluntad. Si todos vamos a la reunión con una sonrisa, sabiendo que hay que respetar al otro y no estando tan seguros de que tenemos el 100 por ciento de razón, garantizo que se encontrarán soluciones a muchos problemas que tiene la comunidad. Estos temas los dialogamos dentro de nuestro ámbito y es la postura que tuve toda mi vida.
 

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