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Scholem Aleijem, una tradicional escuela judía y sionista presidida por alguien que “nació” en ella

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 Itongadol.- Desde hace unos meses preside la escuela Scholem Aleijem Marcelo Kornblau (a la izquierda en la foto, junto con el director general, Gustavo Weich), un licenciado en sistemas de 45 años que está relacionado con el prestigioso “Shule” de Villa Crespo desde su infancia, pues primero fue alumno, luego janij de la tnuá Nofesh, que desarrollaba sus actividades en ese edificio, y más adelante -ya casado y padre- se integró a colaborar con el jardín de infantes al que concurrían sus hijas y del cual su esposa es docente.

Luego fue invitado a formar parte de la Comisión Directiva, y tras ser vocal durante varios períodos y vicepresidente, llegó a ocupar el cargo de máxima responsabilidad.
Kornblau integra la nueva camada de dirigentes que toma la posta de quienes cimentaron la relevancia de Scholem Aleijem en la Red Escolar Judía a lo largo de décadas.
La Agencia Judía de Noticias (AJN) lo entrevistó con la finalidad de que se refiera a la situación actual de la institución y a los proyectos que se están implementando, entre los cuales se encuentra un importante emprendimiento destinado a ampliar el edificio que ocupa el Jardín.
 
P- ¿Cómo se integró a los voluntarios que colaboran con la institución?
MK- La verdad fue un proceso natural: me crié en el Scholem y después fui a la tnuá, Nofesh. Siempre estuve ligado al Shule, y cuando mis hijas fueron naciendo, no había opción: mis tres hijas fueron al Gan y luego a la Primaria, donde todavía estudian las dos menores. En cierto momento, Nora Dibner, la directora de Jardín, me preguntó si quería colaborar, y así empecé. Primero organicé la fiesta de Fin de Año y otros eventos; luego me invitaron a asistir a las reuniones de Comisión, donde escuchaba más de de lo que participaba; después integré la Subcomisión de Aranceles; y en los dos últimos años fui vicepresidente de mi antecesor, David Sujarchuk. Si bien no tengo mucho tiempo para trabajar por el Shule, tanto por mi vida familiar como por mis obligaciones profesionales -soy coordinador del Área de Informática de la escuela Toratenu y tengo una empresa de sistemas de gestión comercial-, no me pude negar (a presidirlo) pues soy parte de una nueva camada de dirigentes: en el Ejecutivo había gente que llevaba muchos años trabajando, y varios de ellos me acompañan, como la secretaria (Liliana Furrer de Waldhorn) y el tesorero (Jorge Hakman). Además de mi vínculo con la institución, estoy identificado con su ideología: creo profundamente en la importancia de la educación judía, y cuando -producto de nuevas corrientes educativas- algunos tratan de adaptarla a la necesidad del momento, sostengo que en la educación primaria y en el Jardín, donde se forma al chico en sus valores y raíces, es muy importante que se haga en el marco de las costumbres y tradiciones judías. Soy un gran defensor de la enseñanza del hebreo, y también son temas centrales la solidaridad y la inclusión de todo aquel que quiera recibir educación judía. El que pasa por el Shule queda con una pertenencia difícil de explicar para quien no lo experimentó, y en ese contexto fue natural que se tomara la decisión consensuada de designarme presidente.
P- ¿Cuál es la situación actual del Scholem Aleijem?
MK- Hoy el Shule está en una situación muy buena, producto de las diversas gestiones anteriores y de los procesos que se fueron dando, tanto en el área profesional como en la voluntaria, luego de una crisis como la de 2001, que afectó a todas las escuelas. Se hizo un trabajo en todos los sentidos, y la escuela está muy ordenada tanto en lo económico como en lo administrativo. En lo académico y edilicio se hicieron cambios muy grandes, tanto en el Primario, que está en la calle Serrano, como el Secundario, al cual se entra por Gurruchaga, y en el Jardín, que está en la manzana de enfrente, en Padilla, entre Serrano y Thames. Ese terreno es una especie de “L”, con salida por Serrano, donde se está construyendo un nuevo edificio, que complementará al existente. Allí se ubicaran las salas de 4 y 5 años, lo cual nos permitirá incorporar nuevas salas para las que actualmente no tenemos cupo, especialmente las de 18 meses y 2 años. La escuela tiene 1.300 alumnos en sus tres niveles: 400 en Jardín, 600 en Primaria y 300 en el Secundario, que también está al tope de su capacidad. Ésta es una de las áreas que más creció, en cantidad de alumnos -tenemos dos divisiones por año en los cinco del ciclo completo- y por cómo se profesionalizó, pero por ahora no apuntamos a un crecimiento (edilicio) de ese sector. Completar el Jardín tal vez nos agregaría una división más por año a la Primaria, y con eso estaríamos en el “superlímite” de lo que podríamos absorber ediliciamente.
P- ¿Por qué hay menos alumnos en el Secundario que en el Primario?
MK- Naturalmente, el grueso de los alumnos del Primario sigue en el Secundario de la escuela, pero algunos que están desde muy chiquitos, buscan otro colegio. La mayoría de los alumnos del Secundario viene de otras escuelas. Es algo que estamos tratando de revertir, pero todavía no lo conseguimos.
P- Usted llega a la presidencia con una experiencia muy especial: fue alumno y padre de la institución. ¿Existen casos similares?
MK- La gente que se integró a la Comisión en mi gestión son todos padres del Shule. Entre los padres hay un porcentaje grande que fue alumno, y en la Comisión también los hay. En general, uno genera un vínculo, y salvo por una situación geográfica -que se hayan ido a vivir lejos-, todos los que fueron alumnos del Shule envían aquí a sus hijos.
P- ¿Qué actividades extracurriculares llevan a cabo?
MK- Hay una importante cantidad de talleres -rikudim, hebreo y deportivos- para los chicos, que funcionan a pleno, y siempre que podemos, tratamos de realizar actividades para los padres. Hoy hay una gran actividad comunitaria y toda nuestra energía está puesta en mejorar la calidad educativa de la escuela: aplicar nuevas tecnologías, mejorar planes de estudio y brindarles nuevas alternativas a los alumnos,  pues los padres tienen una gran exigencia respecto de la calidad de la enseñanza que reciben sus hijos. Nuestros docentes siempre han participado de los cursos de perfeccionamiento que organiza la comunidad, y constantemente se realizan capacitaciones en la escuela. Hay asesores en casi todas las áreas, y en algunos casos la institución subvenciona a docentes que quieren realizar capacitaciones en una universidad o en instituciones externas. Lo hacemos como una inversión. También creo que la dirigencia voluntaria tiene que respaldarse en el área profesional de la escuela. Considero que tenemos un director general “de lujo”, Gustavo Weich; un administrador muy bueno, y el personal docente tiene una gran identificación con la escuela, pues una gran cantidad de sus integrantes tiene muchos años de antigüedad en ella.
P- Dijo que la situación de la institución es muy buena y que está ordenada en lo económico y administrativo, ¿por qué no aclara un poco este tema?
MK- Hoy por hoy, la situación económica está compensada: los ingresos y los egresos están equilibrados, los docentes cobran en término sus remuneraciones mensuales y aguinaldos, la escuela tiene una administración muy eficiente, se suspendieron todos los gastos considerados superfluos y la escuela es sustentable. Nuestra única dificultad son las obras de gran envergadura que estamos encarando, no sólo por el edificio nuevo, sino también para cumplir con los requerimientos de “escuelas seguras” que exige el Gobierno porteño, ya que a partir de (la tragedia en el boliche) Cromañon se establecieron una serie de normas y elementos que tienen que tener todos los edificios; en este caso, las escuelas: accesos para personas con discapacidades y disposiciones sobre seguridad. Por los metros que tenemos, estos requerimientos son económicamente significativos. Además, estamos encarando la instalación de un ascensor para la Primaria y hubo que hacer una serie de obras, como ventilaciones y una escalera externa contra incendios. Hace unos años, la escuela encargó a un estudio, especializado en arquitectura escolar, un “master plan” con todo lo que se tiene que hacer en un período prolongado de tiempo -por ejemplo, en los próximos 20 años-, en forma planificada y con un criterio unificado de reformas edilicias que trascienda a varias dirigencias. Esto es sumamente importante y nos ayuda muchísimo.
P- ¿Cuál es el vínculo de la escuela con Medinat Israel?
MK- No hay duda del vínculo de la escuela con el Estado de Israel. Se respira no bien uno entra al Shule y hay un sinnúmero de actividades relacionadas con el Estado de Israel. No es casual que vinieran al Shule personalidades como Golda Meir, Igal Alón, Itzjak Rabín y últimamente Shimon Peres, entre otros, ya que a los alumnos se les trasmite un vínculo muy fuerte. Scholem Aleijem es una escuela altamente sionista, y queremos que al terminar sus estudios, todos los alumnos hayan conocido Israel. Por ahora no lo podemos lograr por motivos económicos. Continúa trabajando la tnuá, ahora llamada Dror, con la cual tenemos un diálogo permanente y una relación fluida, ya que cuentan con el apoyo del Shule.
P- ¿Quiere agregar algo?
MK- Que para mí es un orgullo ser presidente del Shule, que lo hago de corazón y que creo que no hay mejor recompensa que, al ver cómo los chicos llenan el patio el primer día de clases, y como cada mañana llegan al Shule, comprender que eso es consecuencia de lo que el voluntariado junto con los profesionales hacen todos los días. Soy un defensor y un luchador por la vida judía y creo que la educación judía es la base del futuro de la comunidad de Buenos Aires y de toda la Argentina.
 

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