Itongadol/AJN.- La visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama (foto), a Israel está siendo promocionada por la gente de Washington como, ante todo, una “ofensiva de seducción”. Han sugerido que el líder estadounidense desea comunicarse directamente con el pueblo israelí para expresar su fuerte apoyo a Israel y su seguridad.
Sin duda Obama alabará el sistema (antimisiles) “Cúpula de Hierro”, financiado por los Estados Unidos, que tan exitosamente funcionara durante la Operación Pilar de Defensa en noviembre pasado. Es un poderoso símbolo de la “alianza inquebrantable” que tanto Israel como los Estados Unidos desean transmitir durante la visita del presidente.
La Casa Blanca ha dejado en claro que Obama no traerá consigo planes grandilocuentes para impulsar el hace tiempo estancado proceso de paz con los palestinos. Esto representa un cambio en el enfoque de Washington para una histórica visita presidencial para el Estado judío.
En la primera cadencia de Obama la evaluación parecía ser que no tenía sentido ir a Jerusalem en la medida que las negociaciones con los palestinos estuviesen estancadas y el presidente de los Estados Unidos no pudiese tener tangibles logros diplomáticos para mostrar al pueblo estadounidense. Pero al parecer esta apreciación ha cambiado y una visita a Israel que no representa una oportunidad para cerrar un acuerdo, sino simplemente para mejorar la comunicación entre las partes ahora es vista como una buena idea.
Pero a pesar del esfuerzo concertado de Washington por bajar las expectativas -al menos respecto de soluciones para el conflicto israelo-palestino-, hay una serie de temas acuciantes que afectan a la región que pueden ser mejor abordados en encuentros directos entre Obama y el primer ministro Benjamín Netanyahu.
El primero es la marcha de Irán hacia armas nucleares. Obama y Netanyahu coinciden en que la contención no es una opción para la República Islámica y que los mulás chiitas que gobiernan de Irán deben ser detenidos antes de que obtengan una bomba nuclear.
Sin embargo, Obama y Netanyahu deben superar sus diferencias acerca de los tiempos, preferentemente en reuniones directas.
En una entrevista con Yonit Levi, del Canal 2, antes de su visita aquí, Obama dijo que a Irán le tomaría un año o más construir un arma nuclear. Por el contrario, Netanyahu dijo, en un discurso ante la ONU en el otoño (boreal) pasado, que Irán podría cruzar esta primavera o verano un umbral crítico para su capacidad de construir un arma.
Como líder del pueblo judío, que ha sido amenazado con la destrucción por los líderes de Irán, Netanyahu desea garantías de que los Estados Unidos lanzarán un ataque militar si es necesario para evitar un Irán con armas nucleares.
Lo ideal para él sería definir una mutuamente acordada “línea roja”, o el punto en el cual se determine que la diplomacia y las sanciones son inútiles y debe tomarse una acción militar. Ambos también compararán evaluaciones sobre el deterioro de la economía de Irán como resultado de las crecientes sanciones y estimarán las posibilidades de que la diplomacia tenga éxito.
Otra cuestión regional urgente es Siria. Existe un verdadero peligro de que el actual conflicto entre el régimen de Assad y una multitud de grupos opositores -incluidos aquellos afiliados a al-Qaeda- se extienda y tenga consecuencias para la estabilidad política de Jordania.
Jeffrey Goldberg, de The Atlantic, citó a “fuentes diversas” en Amman y Tel Aviv que dijeron que aviones no tripulados israelíes estaban monitoreando la frontera jordano-siria a pedido de Jordania y que oficiales militares y de inteligencia de ambos países están en constante contacto, preparándose para el inevitable caos post-Bashar Assad.
A Israel también le preocupa que una gran cantidad de armas -incluidos enormes arsenales de armas químicas y biológicas- puedan caer en manos equivocadas.
Terroristas yihadistas podrían tomar el control de los crecientes vacíos de poder en el norte de Siria. Pero el apoyo estadounidense a las fuerzas no islamistas de la oposición dentro de Siria podría evitarlo.
Antes que nada, la visita de Obama está siendo vista como una oportunidad para mejorar la comunicación, ya que los Estados Unidos e Israel están embarcados en administraciones recién electas. Tanto Obama como Netanyahu tienen interés en reflejar, en su conducta para con el otro durante la estadía de dos días del presidente de los Estados Unidos, los sólidos vínculos entre ambos países.
Hay que admitir que probablemente poco o ningún progreso se haga respecto del conflicto israelo-palestino.
Sin embargo, hay una serie de cuestiones de fondo -como Irán y Siria- en la agenda que necesitan ser abordadas durante las reuniones de Obama en Jerusalem y Amman. Y esto debería tornar la visita del presidente de los Estados Unidos a la región en algo más que una mera “ofensiva de seducción”.
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