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Tareq Qaadan y Jafar Ezzedine, dos terroristas en prisiones israelíes que han estado en huelga de hambre en las últimas semanas, terminaron con su protesta ayer por la tarde. Los dos hombres están hospitalizados bajo seguridad estricta en el Hospital Assaf Harofeh, donde se los está tratando debido a su larga huelga de hambre.
Son dos de los cuatro palestinos que han decidido protestar de este modo en las últimas semanas. Los otros dos son Samer Issawi y Ayman Sharawna. Los prisioneros terroristas de la Autoridad Palestina han convertido a las huelgas de hambre como una táctica de presión apuntada a forzar a Israel a liberarlos por temores de que mueran. El Estado Judío ha cedido ante la presión varias veces en el pasado y ha liberado a los huelguistas.
Árabes palestinos en Judea y Samaria se han aprovechado de las huelgas de hambre la semana pasada y las han usado como una excusa para amotinarse y chocar con las fuerzas de seguridad israelí. El jueves pasado cientos de árabes se manifestaron afuera de las puertas de la Prisión Ofer, tirando piedras y palos a oficiales de seguridad israelíes, y causaron que dos periodistas israelíes resulten heridos. Ambos fueron llevados a hospitales de Jerusalem para ser tratados.
Mientras tanto ayer, el huelguista Issawi fue llevado al Hospital Kaplan en Rehovot luego de que su salud deteriorara. Se espera que esté hospitalizado varios días para que sea examinado y controlado, en un intento por evitar que se perjudique aún más su condición.
La semana pasada una corte entregó a Issawi ocho meses más por violar su libertad condicional. Sin embargo, debido a una orden militar sobre los términos de su liberación, el destino del prisionero será solo determinado por una segunda audiencia en la corte militar israelí el 21 de marzo. Allí podría ser enviado nuevamente a prisión por años.
Esta semana, árabes han hecho manifestaciones debido a la muerte de Arafat Jaradat, un prisionero terrorista que murió bajo custodia israelí el sábado. Una autopsia conducida el domingo, sobre el preso que estaba en la Prisión Meggido, encontró que es imposible determinar la causa exacta de su muerte.
El ministro de prisioneros de la Autoridad Palestina, Issa Qaraqaa, sin embargo tomó ventaja del informe no conclusivo para culpar a Israel de torturar hasta la muerte a Jaradat.