El Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer” festejó ayer, martes, su cincuentenario con una emotiva cena multitudinaria, a la cual asistieron personalidades históricas del mismo, rabinos y autoridades comunitarias, quienes a su ingreso al edificio eran invitados a escribir una letra en el Séfer Torá que se está escribiendo con motivo de esta celebración.
El evento, conducido por el tesorero de la entidad, el rabino Gustavo Geier, tuvo numerosos momentos memorables, como el video recordatorio de estos 50 años, con imágenes en sepia que incluyeron las del propio Meyer cantando y salutaciones de rabinos de todo el mundo, o las ovaciones que recibieron su fallecido e histórico presidente, Mario Ringler, y su vice 1º, Adolfo Smolarz, responsable de la construcción del edificio actual, inaugurado en 1980.
A la hora de los discursos, el titular del Seminario Rabínico Latinoamericano, Gabriel Mysler, aseguró que “ésta es una institución central, que puede ayudar y acompañar a la comunidad judeolatinoamericana a seguir formando maestros, líderes y rabinos y resignificando su judaísmo”.
“Nos dedicamos a formar a quienes nos van a acompañar en los momentos importantes de la vida”, resumió.
El presidente también se acordó de los fundadores de la entidad: “Estamos aquí para honrar su memoria y seguir construyendo su obra con ladrillos de eternidad, en la búsqueda del milagro”, antes de agradecerles a quienes trabajan y colaboran con el Seminario o lo hicieron en el pasado y a los presentes “en esta noche maravillosa por ayudarnos a seguir recordando de dónde venimos y adónde queremos llegar”.
“Tuve la suerte de estudiar acá y parte del legado significa construir para que otros puedan seguir aprendiendo; el compromiso son otros 50 años construyendo sobre sueños, transformándonos como lo hace nuestro pueblo hace años, sin perder su esencia ni sucumbiendo al pasado, sino recordándolo y valorándolo”, agregó en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“La ortodoxia es un modo de observancia, pero creemos que otra manera, la que lleva a cabo el 90% de los judíos, es mantener nuestras tradiciones e integrarnos al mundo moderno respetando todas las opciones, pero recordando que el pueblo es uno, comprometido con el Estado de Israel”, finalizó.
A su turno, el vicepresidente ejecutivo del Seminario Rabínico Latinoamericano, rabino Ariel Stofenmacher, recordó que “en abril de 1962 comenzaron las clases y en junio fue la inauguración formal” de la institución.
“La base de la tarea de nuestro Seminario es una educación judía que integre el estudio de las fuentes sagradas y el abordaje académico multidisciplinario del judaísmo, que debe llevarnos a la transformación de la vida de todos los seres humanos”, sintetizó.
A modo de balance, el funcionario resaltó que “en los últimos años se renovó el minián diario, se amplió el staff docente y el liderazgo académico y religioso, se reformaron los programas de estudio, el Seminario se abrió más que nunca a las comunidades y judíos que lo requirieran, se fortaleció el trabajo con la juventud del movimiento masortí, se creó el CERES (Centro de Estudios de Religión Estado y Sociedad), se certificó el Seminario ante el CONICET, se renovaron los vínculos con múltiples instituciones locales e internacionales y la calidad y cantidad de alumnos aumentó notablemente”.
“Mirando al futuro vemos la tarea del Seminario focalizada en cinco grandes pilares: formación, desarrollo educacional e institucional, estudiar la Torá con el sentido de estudiar, desarrollo del liderazgo religioso, e investigación y comunicaciones. Lanzaremos un instituto universitario con capacidad de entregar diplomas en estudios judaicos, un Centro de Desarrollo de Liderazgo voluntario y profesional para toda América Latina -una prueba piloto existe en Chile-, un Centro de Innovación en Educación Judía para fortalecer a las escuelas y movimientos juveniles y el Centro Cultural Latinoamericano; el programa Beit Midrash Patuaj, una suerte de ieshivá anclada en la modernidad igualitaria, va a ser el centro de nuestra tarea en distintos países; fortaleceremos al CERES como un ‘think tank’ (grupo de expertos) de pensamiento estratégico latinoamericano; el proyecto Rut para el estudio, análisis y entendimiento de la demografía judía en la región, en particular de la situación de los judíos por adopción, es una realidad y nos llevará a la creación de un registro unificado de la población judeolatinoamericana; una plataforma de e-learning permitirá que tengamos contenidos judaicos al alcance de la mano, en nuestros teléfonos y computadoras; todo esto estableciendo sedes y programas en las principales ciudades de América Latina”, anticipó Stofenmacher.
Luego, la embajadora de Israel, Dorit Shavit, felicitó “la iniciativa de la creación del Seminario y el haber destacado el campo de la educación judaica y la asistencia al prójimo” en una institución cuyos “distintos sectores conforman un círculo virtuoso a favor de la comunidad” y en la cual “todos los aspectos de la vida están contemplados”.
“He leído y escuchado mucho acerca de este mítico sitio, que fue el refugio espiritual de muchos latinoamericanos y la fuente de energía de muchos rabinos que debían ayudar a sus comunidades en países gobernados por dictaduras, además de aprender sobre Israel; esto fue posible gracias a su fundador y gran luchador por los derechos humanos, el rabino Marshall Meyer”, reconoció la diplomática, quien enumeró una minibiografía de este último.
“Sin dudas, el Seminario Rabínico Latinoamericano y el rabino Marshall Meyer son una parte indivisible de la historia de la Argentina, América Latina e incluso Israel, con el cual trabajaron estrechamente para poder salvar vidas” durante la última dictadura militar en este país, finalizó.
Entre los invitados especiales se destacaron el titular y la vicepresidente ejecutiva de la Asamblea Rabínica, los rabinos Gerald Skolnik y Julie Schonfeld.
El primero expresó que era “un gran honor y un maravilloso placer personal saludarlos en nombre de los 1.700 miembros de la Asamblea Rabínica por haber llegado a este importante hito con esta obra sagrada”, dado que “el 50º aniversario de la fundación del Seminario es un motivo de celebración comunitaria en todo el mundo”.
“El trabajo del Seminario y el de nuestro movimiento es de vital importancia para hacer prosperar la causa de la expresión religiosa tolerante, apasionada, motivada y fundamentada en las culturas y experiencias del mundo, y con este fin debemos trabajar juntos -rabinos, administradores, maestros, estudiantes y líderes comunitarios- para hacer realidad el sueño que todos compartimos”, añadió, antes de concluir sus palabras recitando “Sheejeianu”.
En tanto, para Schonfeld “los 50 años del Seminario es el mejor momento” para apreciar “el compromiso con la justicia social, que es conocido en todo el mundo”.
“Ustedes son los testigos, y si cumplimos esta misión, otros vendrán atrás nuestro y celebrarán el amor y el compromiso de esta comunidad”, aseveró.
Otra presencia significativa fue la del presidente de la AMIA, Guillermo Borger, quien valoró que Seminario Rabínico Latinoamericano “es un lugar muy importante para el judaísmo argentino y forma parte de la importante historia” del pueblo judío.
“La AMIA es una institución inclusiva, que trabaja para una comunidad unida, y éste es un principio sine qua non”, enfatizó el dirigente ortodoxo en diálogo con AJN.
Por su parte, el vice 3º en ejercicio de la presidencia y titular electo de la DAIA, Julio Schlosser, memoró su historia: “En esta casa emblemática del movimiento conservador en la Argentina trabajé, fui director del periódico Masortí y acompañé a los jóvenes rabinos que recibían su smijá (ordenación)”.
En el futuro “veo un conservadorismo unido, que represente a todo el movimiento y tenga la oportunidad de demostrar lo que hizo por el judaísmo de la Argentina”, anheló en conversación con esta agencia.
Para el rabino Daniel Goldman, el cincuentenario del Seminario “es un momento importante, que tiene que ver con la historia de cada uno y de la comunidad judeoargentina, que se vio atravesada por esta creación renovadora de Marshall Meyer, en la cual laicos y religiosos liberales pudieron encontrar un lenguaje común”.
El festejo “me resulta muy significativo porque ésta es una de mis dos casas, a través de la cual transité lo judío a partir de los 16 años”, le contó a AJN.
Finalmente, el legislador porteño por PRO y rabino Sergio Bergman aseguró “En honor a la bendita memoria de Mario Ringler, cuando recibí la invitación no pude dejar de estar presente para reconocer y agradecer todo lo recibido en estos 50 años, si bien tengo un pensamiento crítico y no fueron pocas las veces que di a conocer mis opiniones”, comentó ante esta agencia.
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