Hanna Shapira es una médica que decidió abandonar la vida cómoda que tenía en Israel para trasladarse con su familia a Vanuatu, un país insular localizado en el océano Pacífico Sur, para luchar contra un importante flagelo: la mortalidad infantil.
Todo comenzó hace poco más de un año, cuando la Agencia Israelí de Cooperación Internacional para el Desarrollo (MASHAV), le hizo una oferta a la especialista en obstetricia y experta en ginecología para realizar una tarea médico-diplomática en Vanuatu, propuesta que muchos otros en su lugar fácilmente habrían rechazado.
Sin embargo, Aspira decidió darle un cambio drástico a su vida con el deseo de ayudar a la gente. “La oportunidad de mejorar la imagen de Israel era sólo una ventaja añadida”, aclaró la doctora.
Lo cierto es que la decisión de la Cancillería israelí de enviar un equipo médico a Vanutau surgió ante las desconcertantes estadísticas de mortalidad infantil, pero sobre todo de abortos espontáneos. A eso se agregaba también el elevado número de mujeres embarazadas fallecidas en los últimos años.
De acuerdo a los datos, por cada 1.000 nacimientos que tienen lugar en la isla, 110 embarazados son interrumpidos por la muerte del feto.
La electricidad y la salud no se ofrecen a gran parte del país y cuando los servicios médicos se ofrecen, a menudo son deficientes.
Desde su llegada a Vanuatu, Shapira recorrió las islas en una avioneta y un pequeño bote a motor, armado con una máquina portátil de ultrasonido a pilas que fue donado por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La misión israelí llegó a la conclusión después de cuatro meses de investigación, pero Shapira decidió continuar su buen trabajo a instancias del gobierno de Vanuatu. La médica planea permanecer en la isla durante dos o tres años más, ya que su salario será pagado por las autoridades locales.
"La sensación general es que estamos salvando vidas aquí casi a diario", dijo. "Los estándares médicos aquí son completamente diferentes. Cuando un recién nacido muere nadie lo investiga, y no hay discusión médica. No puedo salvar a todo el mundo aquí, pero sin duda puedo cambiar la vida de algunas mujeres", afirmó, por último, Shapira.
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