En el verano de 2005, Israel y Egipto mantenían buenas relaciones. Sentados alrededor de una mesa de conferencia de un día fueron los ejecutivos de la Corporación Eléctrica de Israel y el de la compañía egipcio-israelí de Gas del Mediterráneo. Y frente a las cámaras, el ministro del petróleo egipcio y su homólogo israelí firmaron el acuerdo que llevaría gas natural que fluye de Egipto a Israel.
La semana pasada el optimismo de aquel día fue disuelto completamente. El gasoducto de 500 millones de dólares, que corre a través de la península del Sinaí, fue saboteado 14 veces en dos meses. El IEC se encuentra en el borde de un abismo financiero. El Grupo de Gestión Ambiental se está desmoronando. El moribundo Mubarak está a la espera de ser declarado culpable de matar a su propio pueblo. El ex ministro de petróleo de Egipto, Sameh Fahmy, fue arrestado bajo sospecha de corrupción en el gobierno. Su homólogo israelí, antiguo ex ministro de Defensa, el ministro de Infraestructuras Nacionales, y actual diputado del Partido Laborista Benjamín "Fuad" Ben-Eliezer, dijo que el colapso de la oferta de gas natural fue “una punzada” en el corazón".
"Egipto es un estado crucial para Israel. La gente no tiene idea de su significado. Su pérdida será un golpe muy grande para nosotros. El ejército (Egipto) se está debilitando, perdiendo su autonomía en beneficio del gobierno. Eso es malo para nosotros. Es vital que mantengamos la relación con Egipto a cualquier precio", agregó.
El gas egipcio llegó por primera vez en Ashkelon el 1 de mayo de 2008. "El contrato reforzó el tratado de paz”.
Sin embargo mensaje dictado la semana por el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu, fue el siguiente: La suspensión del suministro de gas no es el resultado de los acontecimientos políticos, sino que es, en efecto, una disputa comercial entre una empresa israelí y una compañía egipcia.
En declaraciones sobre cómo se explica el argumento de Netanyahu, Ben-Eliezer expesó: "Bibi, con cierta razón, desea para sí mismo una situación en la que las relaciones con Egipto sigan como están. Él está haciendo lo correcto. Yo también estaría muy feliz si hubiera una manera de encontrar y renovar la relación entre Egipto y el EMG, y para hablar también de un contrato de gas nuevo y con nuevos precios. Pero si nos fijamos en las declaraciones de todos los candidatos presidenciales egipcios, encontramos que no hay uno que no hable de su intención de cancelar el proyecto de gas cuando sea elegido".
Pese a que el ex ministro aseguró que la decisión era “absolutamente política” también expresó que “este es un gobierno de transición temporal, por lo que debemos esperar y ver”.
Las voces de la oposición al proyecto de gas natural de Egipto e Israel surgieron por primera vez hace cuatro años, y dieron un giro después de la caída del régimen de Mubarak, en febrero del año pasado.
Durante la entrevista Ben-Eliezer recordó que "el mejor período para el Sinaí y los beduinos que habitan allí fue cuando Israel lo controlaba. Los negocios prosperaban, el turismo estaba en su apogeo, la pesca era libre. Hoy Sinaí es un barril de pólvora. Hay caos allí".
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