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Paul Schilperoord, autor de “La extraordinaria vida de Josef Ganz, el ingeniero judío detrás del Volkswagen de Hitler”, admitió haber tenido un interés “intenso” desde la infancia por el Beetle de VW. Pero el periodista holandés y escritor de tecnología nunca había escuchado de Josef Ganz hasta el 2004, cuando se cruzó con su nombre en un artículo de la revista Automobile Quarterly que sugería que Ganz había hecho las bases del auto.
Schilperoord quedó intrigado, y por cinco años investigó archivos privados y públicos en sus esfuerzos por descubrir la verdad. Él hace un argumento convincente de que Ganz, un judío alemán, podría ser considerado el “padre espiritual” del VW, conceptos de desarrollo y promoción claves que llevaron al “auto del pueblo”, el auto favorito de Adolf Hitler.
No hay duda de que Ganz era un ingeniero brillante y un pionero que creía fuertemente que Alemania necesitaba un auto pequeño, barato, seguro y accesible. Él empujó sin cansancio para lograr tal auto, motorizar a las masas, desde su posición como editor de una revista de comercio y de contratos de consultoría técnica con compañías establecidas como BMW y Daimer-Benz.
Pero en vez de honrar a Ganz por su visión, el autor escribe, los nazis eliminaron deliberadamente su nombre de los libros de historia. Mientras Hitler y su partido se alzaban al poder, Ganz fue llamado un “parásito” por escrito. Perdió su editorial y sus contratos, y tuvo suerte de poder escapar de Alemania con vida.