No creo que se deba presionar al jefe del Gobierno ni al propio Ejecutivo para retirarse de la franja de Gaza. Fue el primer ministro quien presentó su plan de separación sin que nadie le hubiera presionado», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Silvan Shalom, a «La Vanguardia» en su única entrevista a un diario español horas antes de partir hacia Madrid.
En la visita oficial de dos días, que empieza hoy, Silvan Shalom será recibido por el Rey, por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por su homólogo y viejo conocido, Miguel Ángel Moratinos. «Hay que dialogar con España . Es importante que haya alguien allí que conozca bien el conflicto israelo-palestino sin que tengamos que explicárselo. Yo tenía muy buenas relaciones con la ex ministra Ana Palacio, cuya postura era muy constructiva, y espero que con Moratinos podamos tener las mismas relaciones y la misma complicidad.»
«Muchas veces –añade el ministro israelí de Exteriores– tenemos con Europa relaciones de amor y odio. Diré en Madrid que el primer ministro Sharon está determinado a aplicar su plan de separación y se ha puesto un plazo de dos o tres semanas para presentarlo. Nosotros nos comprometimos a respetar los resultados del referéndum del Likud –que rechazó el plan en una votación interna–. Es un compromiso que sigue vigente. Esa es la razón por la que estudia alternativas para que sus ideas se presenten de forma diferente».
–En Europa algunos temen que el plan de retirada de la franja de Gaza sea una trampa de Sharon para preservar los territorios de Cisjordania que queden a occidente del muro. Solo así se explicaría, según dicen, que Sharon, el padre de las colonias, esté dispuesto a desmantelar 21 asentamientos en Gaza.
–Son temores esperpénticos. No hay ninguna conspiración tras este plan. El primer ministro, por los motivos que tenga, llegó a la decisión de que se necesitan políticas que incluyan concesiones. Su plan tiene un apoyo internacional, tanto de Estados Unidos como de Europa.
–Según las encuestas, gran parte de los israelíes apoya una retirada de la franja de Gaza. ¿Por qué pretenden hacerlo de forma unilateral y no por medio de un acuerdo con el primer ministro palestino Abu Ala?
–La opinión de la sociedad es conocida y muy importante. Yo preferiría que el acuerdo se hiciera pactando con los palestinos pero Sharon llegó a la conclusión de que no hay con quién hablar. Durante meses intentamos organizar una reunión de Sharon con Abu Ala, pero el primer ministro palestino no estuvo dispuesto. Podríamos no mover un dedo hasta las elecciones del 2007. Aun así intentamos dar esperanza, incluso poniendo en peligro nuestro Gobierno.
–¿Qué le diría a Abu Ala si pudiera? ¿Qué espera de los palestinos?
–Lo primero es que hay que luchar contra el terror y desmantelar la infraestructura terrorista. Forma parte de sus compromisos adquiridos. Es el punto central. Hasta ahora no hacen nada. Tiene que haber un liderazgo palestino responsable. Estamos en medio de una guerra muy larga contra el terror. Nosotros continuaremos la construcción de la verja de seguridad, ya que en todos los lugares donde se ha construido el número de atentados se ha reducido de forma espectacular. Militarmente seguiremos persiguiendo a los grupos radicales y, políticamente, intentaremos incluir a Hamas en el la lista de grupos terroristas, tal y como decidió la Unión Europea. Es muy importante por ello que se concluya la legislación que hay en Europa, incluyendo también a la Yihad y a Hezbollah. La tercera cuestión, en mi opinión, es tomar una decisión estratégica referente a Arafat. Mientras Arafat siga aquí, no hay ninguna posibilidad de que aparezca un liderazgo moderado. Y creo que hay palestinos moderados. Por último hay que impulsar un verdadero plan para conseguir un Oriente Próximo mucho más estable, que se dirija hacia la paz e incluya concesiones de las dos partes.
–Usted apuesta por el destierro de Arafat, aunque ahora Sharon se opone. ¿No teme que la zona se convierta aún más en un infierno?
–La presencia de Arafat impide cualquier esperanza de paz. Llegó en 1994, le entregamos Gaza, e incluso canales de televisión para que, como dijeron, pudiera educar a todo su pueblo en el camino de la paz. Y lo que hizo fue incitar a su pueblo a más odio, a que haya más terroristas suicidas. Todo este fenómeno de violencia, de terror suicida y de «intifada» es algo que trajo el propio Arafat. Él nunca estará dispuesto a un compromiso. Yo no estoy a favor de dañarlo sino que hay que actuar para que se vaya, y dar la oportunidad a que aparezcan líderes distintos. Ellos mismos nos dicen que mientras Arafat esté aquí, no hay posibilidades de concesiones ni de que se acabe el conflicto.
–¿Cree que las posturas de España y de la UE son propalestinas?
–En el último año se ha producido un progreso muy grande en este sentido en la UE, pero de vez en cuando expresan posturas cercanas al lado palestino. Creo que la UE no podrá estar involucrada en la negociación si toma medidas propalestinas. Nosotros no tenemos por qué aceptar a cualquier mediador. Si quieren tener un papel importante, no pido que sean proisraelíes, pero sí más equilibrados. Desde el 1 de mayo, Israel está a 32 minutos de Europa, en Chipre. Compartimos los mismos valores de democracia y libertad, y cooperamos en la lucha contra el terrorismo. El 50% de los ciudadanos de Israel tiene orígenes europeos.
Fte L.V.D