“Con monseñor (Justo) Laguna teníamos una relación profunda”, recordó el rabino Mario Rojzman en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), desde Miami.
“Valoré su honestidad, era genuino”, agregó quien compartiera viajes a El Vaticano y Jerusalem, entre muchas otras actividades, con el obispo de Morón (foto), fallecido hoy, jueves.
“Nos conocimos en el ’96: yo estaba oficiando la boda de la hija de Marcos Aguinis y cuando terminé, subió a la jupá (palio nupcial) y me dijo: ‘No entiendo cómo un rabino habla tan lindo y ni una vez nombró a D’s”, recordó el entonces rabino de la comunidad Bet El de Buenos Aires.
“Le dije: ‘¿Cómo que no nombré a D’s?’, y me preguntó: ‘¿Podemos juntarnos en la semana a discutir qué es D’s?”, prosiguió.
“Nos juntamos y a partir de ese día fuimos inseparables”, sintetizó el religioso.
En esa oportunidad, Rojzman le explicó a Laguna “la visión judía de D’s”.
“Cuando hablaba de amor, hablaba de D’s; cuando ellos se elegían en la jupá, lo hacían ante D’s, y la jupá representaba el primer hogar donde iban a encontrar a D’s”, sintetizó.
“Teníamos otro léxico, pero los dos creíamos en D’s”, agregó.
El rabino de la comunidad Beth Torah Benny Rok Campus de Miami también destacó que “en el ’98, Memoria Activa le pidió que abriera la catedral para hacer un servicio religioso por las víctimas (del atentado a) la AMIA, él dijo que sí y propuso: ‘¿Por qué no lo hacen interconfesional y lo traen al rabino Rojzman?’“.
“Si los cristianos hubiésemos tenido más sensibilidad y hubiésemos hecho sonar las campanas de las iglesias, la Shoá no hubiese ocurrido”, aseguró monseñor Laguna en esa oportunidad, subrayó el rabino, quien “no podía creer lo que estaba escuchando”, máxime siendo “nieto de los 6 millones” de víctimas del genocidio nazi.
“Estaban todas las cámaras, se nos acercaron y nos preguntaron cómo seguía nuestra relacion, él dijo que le gustaría invitarme a El Vaticano, que es el centro de la vida católica de hoy en día, y le respondí: ‘¿Cómo no? Pero con la condición de que me acompañara a Israel porque la verdad que quiero invitar al obispo a que conozca Jerusalem, por el 50º aniversario del Estado”, memoró Rojzman.
“No lo podía creer: él organizaba El Vaticano y yo, Jerusalem”, así que armó un viaje de “5 días de peregrinaje” en la Ciudad Santa.
El rabino contó a AJN que en El Vaticano, monseñor Laguna lo “hizo dormir en la Casa de los Cardenales y elegía restoranes kosher” para que Rojzman estuviese “cómodo”.
“Sentí que pudimos entrar de vuelta a El Vaticano con dignidad y kipá… ¡Y pensar que fuimos mala palabra para ellos durante milenios por no hacer una reverencia!”, reflexionó.
El 6 de mayo de 1998, Laguna y Rojzman se reunieron con el papa Juan Pablo II, tras la audiencia general de los miércoles, y le pidieron que apoyara los reclamos de justicia de los familiares de las más de cien víctimas de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, en 1992 y 1994, respectivamente.
Entre los muchos recuerdos que guarda de una larga y afectuosa relación, el rabino eligió uno en particular: “Me dijo: ‘Si tengo que dar la vida por vos, la doy’”.
Rojzman señaló a AJN que cree que el estrecho vínculo entre ambos era un símbolo de convivencia.
"Cuando íbamos a las universidades o caminábamos, la gente generosa decía que ésa era la actitud que esperaría de los líderes religiosos para un futuro”, ejemplificó.
Con monseñor Laguna “hablábamos de las miserias de la Iglesia y la sinagoga, de las bellezas de nuestra fe y de no fomentar el matrimonio mixto”, resumió el rabino.
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