Los fieles de la congregación jasídico Gur de la ciudad de Ashdod, en el Distrito Meridional de Israel, vivieron un verdadero milagro cuando en la mañana de hoy viernes, en plena oración, un cohete Grad sacudió el templo sin que llegase a detonar el explosivo.
De acuerdo a lo informado por el portal de noticias de Arutz Sheva, al menos tres personas se encontraban dentro del edificio participando de la ceremonia religiosa.
Al parecer, las tres personas que fueron sorprendidas por el cohete no llegaron a tiempo a escuchar la alarma que alertaba la llegada del artefacto explosivo en momentos en que se encontraban cumpliendo con la oración de Shajarit (uno de los 3 rezos –tefilot- diarios según la tradición judía.
Al ver que no llegaban a los refugios, las tres personas decidieron permanecer en el edificio en lugar de correr a esconderse.
Segundos después, se oyó un fuerte ruido y la sala de oración quedó llena de polvo blanco.
Un cohete Grad había chocado contra el edificio y quedó en el piso de la sinagoga, pero no llegó a ser detonado.
Los fieles señalaron que el ataque tuvo lugar poco después de que concluyeran los servicios regulares de oración.
Si el cohete caía unos minutos antes podría haber causado muchas muertes.
La policía y personal de seguridad acudieron al lugar y ordenaron demoler parte de la estructura con el fin de desactivar de forma segura del cohete.
Distinta fue la suerte de un grupo de personas que se encontraban en una yeshiva cercana que al escuchar los ruidos de los ataques con cohetes consideraron que era más seguro abandonar el edificio.
Sin embargo, al salir del edificio fueron alcanzados por un segundo artefacto que cayó cerca de la yeshiva.
De acuerdo al informe, seis hombres resultaron heridos y uno de ellos se encontraba en grave estado.
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