Los dos primeros aviones «Sufá» (tormenta), como se conocen en hebreo a los F-16 de la serie I estadounidenses, llegaron el jueves a la base militar de Ramón, en el desierto meridional del Neguev.
Estos aparatos, que en conjunto han costado a Israel 4.500 millones de dólares, representan un espectacular incremento de la capacidad operativa y el poder ofensivo de las FFAA israelís, y en este sentido se expresó un alto mando militar al comentar que «pueden llegar a todas las capitales de los países de la región».
Para pagarlos, Israel usará los 1.800 millones de ayuda militar que Washington le da cada año, dentro de un paquete global de 3.000 millones anuales y que deben ser gastados en EEUU.
El jefe de la fuerza aérea de Israel, Dan Jalutz, subrayó que se trata del «proyecto más importante de las FFAA israelíes» en toda su historia, y justificó la compra de 102 aparatos, a un precio de 45 millones, la unidad con el argumento de que «la Fuerza Aérea necesita renovar periódicamente su flota».
Analistas y expertos en armamento consideran que el principal objetivo del «Sufá» será Irán, último reducto del «eje del mal» para Israel, y que antes también integraban Irak y Libia.
El avión, que a diferencia de otros F-16 tiene dos grandes tanques externos de combustible, fue adquirido en 2000 antes de los atentados del 11-S en EEUU, ataques que alteraron el orden internacional y llevaron a la ocupación de Irak y a la reconciliación de Libia con el mundo occidental.
Se trata de un proyecto conjunto con la Corporación Lockheed Martin, que ha dado la inicial «I» a esta serie por «Israel», país que ha aportado al aparato sus principales sistemas de navegación y combate.
«Es el avión perfecto para las necesidades de Israel», dijo un alto mando militar en la ceremonia de bienvenida que el Ejército dio a los aparatos y en la que participaron el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, y el jefe de la Fuerza Aérea, Dan Jalutz.
«Es un pequeño avión, de gran versatilidad al que hemos integrado lo mejor de nuestra tecnología y experiencia en situaciones de combate», aseveró el general Jalutz.
Los dos primeros de cazabombarderos llegaron a la base de Ramón desde Texas pilotados por estadounidenses, pero con copilotos israelíes.
El nuevo avión tiene más espacio para armas, su radar es cinco veces más rápido al procesar la información y tiene 10 veces más capacidad de memoria que los instalados en versiones anteriores del F-16. También tiene un avanzado sistema de navegación por satélite que ayuda al piloto a mantener la trayectoria correcta.
«Es el único avión en este país que puede utilizar todos los tipos de armas que tiene Israel», subrayó un experto militar en armamento al explicar la dotación de misiles y bombas inteligentes que transportará bajo las alas.
Los nuevos aparatos podrán llevar de forma simultánea todos los misiles aire-aire y aire-superficie de fabricación israelí, entre ellos los «Python» 4 y 5, así como una amplia gama de los estadounidenses, como es el caso de los «Sidewinder AIM-9».
Para misiones netamente ofensivas, el F-16I transporta una amplia gama de bombas inteligentes guiadas por láser o radar.
«Este avión es ideal para conflictos de baja intensidad y guerras a gran escala, así como amenazas que surjan en el futuro en la región», aseveró el experto en armamento.
En la ceremonia, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Moshé Yaalón, presentó al F-16 como un instrumento efectivo contra la amenaza de la proliferación de armas no convencionales en países vecinos, en una clara alusión a Irán.
«Se trata de un aporte considerable a la capacidad disuasoria de Israel», aseveró por su parte el ministro de Defensa al justificar la decisión de su país de seguir apostando por la doctrina de la supremacía aérea.
Llego al aeropuerto dirigido por pilotos americanos y los navegadores israelíes, los primeros dos de una flota nueva de los jets más avanzados del combate F-16 aterrizaron jueves en una base aérea polvorienta del desierto en Israel meridional. (Ap Photo/Lefteris Pitarakis)
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