El secretario de Estado Adjunto para asuntos de Oriente Próximo Wiliam Burns; Steve Hadley, segundo de Condoleezza Rice, asesora de Seguridad Nacional y Elliot Abrams, encargado de su Departamento para Oriente Próximo, finalizaron el encuentro en la residencia de Sharón sin hacer declaraciones.
La administración Bush -según los israelíes- quiere conocer cómo Sharón va a ejecutar el plan, qué ocurrirá «el día después» de la retirada de Israel de la Franja de Gaza, y cómo la llamada «desconexión» puede afectar a las posibilidades para un futuro acuerdo de paz.
Fuentes del Gobierno israelí dijeron que Sharón no planteó a los estadounidenses el tema de la financiación para la evacuación de los asentamientos con unos 7.500 colonos, ni tampoco presentó los mapas detallados del desmantelamiento.
Una retirada de la Franja de Gaza no aclarada, pues fuentes israelíes aseguran que el Ejército se retiraría a una «línea de seguridad» no especificada y controlaría su puerto e impediría la reconstrucción del aeropuerto de Gaza que fue bombardeado por la aviación israelí hace dos años.
Los tres enviados se reunieron ayer con Dov Weisglass, jefe de la Oficina del Primer Ministro y dijeron que su propósito es escuchar a Sharón e informar después al presidente Bush.
El embajador de EEUU en Israel, Dan Kurtzer, aseguró hoy jueves a la radio de Israel que la intención de la visita de los enviados es saber si es posible cambiar la Hoja de Ruta por un plan de paz alternativo que combine paz con seguridad.
Kurtzer añadió que los israelíes explicaron ayer a los enviados que el plan de desconexión no contradice la visión de Bush para Oriente Medio y que la creación del Estado Palestino será viable.
Tras la reunión con Sharón, los enviados se reunirán con el jefe del Ejército, Moshé Yaalon y el jefe de la inteligencia militar de la división de investigación, Yossi Kuperwasser.
Los tres se reunirán también con el primer ministro palestino, Abú Alá.
Fuentes del Gobierno dijeron que la desconexión tendrá lugar sólo cuando pasen las elecciones de EEUU en noviembre, y que hasta entonces Israel no finalizara los preparativos.
Sin embargo -añadieron-, una muestra de actividad ayudaría a la campaña electoral de Bush, si Israel parece que se mueve hacia la paz.
Los palestinos temen que la desconexión puede significar un intercambio de los asentamientos de Gaza por el control permanente de Cisjordania y la creación allí de bloques de asentamientos.
Los ministros de la ANP han insistido en que el presidente Bush ya no hace alusión a la «Hoja de Ruta», que es una invención de EEUU, y está claro que se desentiende del proceso de paz, según dijo Saeb Erekat, ministro de negociaciones.
Erekat agregó que mientras presenta el plan, Israel construye rápidamente el muro de separación, lo que causa más deterioro y mayor inestabilidad e inseguridad en los territorios.
En los mimos términos se expresó ayer el enviado de la ONU a Oriente Medio, Terje Roed-Larsen, quien advirtió que «la desconexión unilateral llevará a los territorios palestinos al caos», ante el Consejo de Seguridad en sesión a puerta cerrada.
Reconoció que «ningún ministro israelí ha tenido las agallas y la visión de decir que desmantela los asentamientos».
Aunque, subrayó que «para acometer la retirada de Gaza hay que negociar los términos por adelantado con la ANP y buscar ayuda de la comunidad internacional, como parte de la reanudación de un vigoroso proceso de plan de paz».
Tanto la desconexión de los palestinos, como propone Sharón, o un fracaso en lograr la retirada de Gaza, puede conllevar una mayor erosión de la ANP «y un creciente desorden, caos, y la posibilidad incluso de que las mafias lleguen a controlar los territorios palestinos», concluyó el enviado de la ONU.
Fte Efe
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