La suicida se inmoló en un puesto de control donde varios trabajadores palestinos eran sometidos a comprobaciones de seguridad antes de su entrada en un cercano complejo industrial. La bomba estaba escondida bajo el abrigo de la terrorista, que no llamó la atención de los soldados por el mal tiempo que hacía en la zona.
La kamikaze es una joven de 21 años Reem Saleh Al-Riyachi, perteneciente a Hamas, el principal movimiento islamista palestino.
La explosión se produjo hacia las 10.30 hora local (8.30 hora española).
«El humo negro y una lluvia de cristales lo invadieron todo», dijo un testigo palestino. «Los árabes y los judíos gritaban, nadie sabía lo que ocurría». Además de las víctimas mortales, otras siete personas han resultado heridas.
Varios grupos terroristas palestinos han reivindicado la autoría del atentado y aseguran que es obra conjunta de Hamas y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas a Fatah.
Las autoridades militares cerraron temporalmente esa frontera que separa a la franja de Gaza del territorio israelí, y por la cual habían pasado durante la madrugada miles de obreros palestinos que se ganan la vida en Israel en granjas del sur y en Tel Aviv.
El de hoy es el primer ataque suicida palestino desde el pasado 25 de diciembre, cuando un ataque mató a otros cuatro israelíes cerca de la capital israelí, Tel Aviv.
Estas muertes elevan a 3.704 el número de personas muertas desde el inicio de la Intifada, en septiembre de 2000, incluidos 2.772 palestinos y 865 israelíes.
Fte El Mundo