– ¿Cuál es el balance que hace de este año como “AMIA es de Todos”?
– Creo que fue un buen año, de mucho trabajo y de muchos logros, aunque todavía tenemos asignaturas pendientes como agrupación. Cuando iniciamos este movimiento teníamos ideas claras sobre la comunidad que queríamos y por las cuales la gente nos votó y nos permitió ganar un espacio de participación con el compromiso de mantener nuestros principios de plataforma ideológica.
Es por ello, que junto con compañeros de otras agrupaciones estamos trabajando, aún siendo minoría, por una Kehilá (comunidad) que cumpla sus funciones y que tenga criterios amplios y no sectarios para leer la realidad de nuestra comunidad.
Aceptamos integrar esta conducción porque creemos que la lucha hay que darla desde adentro, sin dejar espacios libres y haciendo oír nuestra palabra en cada tema. Porque no sirve la critica cómoda desde la PC de mi casa, porque hay que poner el cuerpo, discutir ideas, enojarse, aceptar errores propios y ajenos y así, podremos construir una comunidad mejor.
No es una tarea sencilla. Este es nuestro gran desafío. Debemos trabajar con humildad y respeto, fomentando criterios de convivencia comunitaria, en el que cada parte del mosaico judío vea a la otra como parte de un tronco común, en el que cada rama enriquece a la otra, aún en sus diferencias y gracias a ellas.
En este sentido, un logro de nuestra agrupación y que se corresponde a un objetivo fundacional, fue el de romper una situación que se estaba dando en la comunidad en los últimos años, en la cual la dirección de las instituciones centrales siempre caía en las mismas manos.
Algunas fueron conducciones más o menos exitosas y siempre contaron con la mejor buena voluntad y deseos de la gente que la componían. Pero la mayoría fueron direcciones muy personalistas y esta situación producía que en algunos casos los objetivos personales de los directivos o de las cabezas se confundieran con los objetivos de la organización.
Pensamos que eso no era lo correcto y por eso una de las banderas que levantamos era tratar de romper con ese tipo de conducciones.
Fuimos consecuentes en el momento de votar y hoy podemos afirmar que nuestra decisión fue correcta. Creemos que le hicimos mucho a la otra lista mayoritaria, porque es un partido con mucha tradición y donde al día de hoy cuenta con muchos dirigentes muy valiosos. Pensamos que nuestra decisión fue como un disparador y hoy vemos que los compañeros de Avodá están trabajando para su renovación y están produciendo cambios en su organización que seguramente van a ser positivos para la comunidad.
Quiero destacar que tenemos un diálogo constante y amistoso con los compañeros de Avodá y estamos trabajando mancomunadamente para lograr la unidad comunitaria.
– ¿Cuál es el balance que hace de este año de su actuación dentro de la conducción de AMIA?
– En primer lugar, quiero destacar que estamos logrando y consolidando un buen equipo de trabajo con nuestros hermanos raigales y los compañeros de otras agrupaciones no religiosas. No es tarea fácil, ya que en algunos temas tenemos profundas diferencias ideológicas, pero lo estamos logrando en un clima de respeto mutuo.
Nuestra agrupación no es un movimiento antiortodoxo. Simplemente proponemos una AMIA donde todos estemos y seamos respetados en nuestra diversidad tan propia del pueblo judío y que todos asumamos las obligaciones de trabajar y sostener a la mutual como institución central de la vida judía.
Uno de los temas sobre el cual esta conducción está trabajando es el de los cementerios, especialmente centrado en el tema de quiénes pueden o no ser enterrados en los mismos, en especial los judíos conversos por las distintas corrientes religiosas.
En este punto quiero dejar claro mi posición personal, compartida por un gran número de compañeros de “AMIA es de Todos”: Considero que AMIA no es una institución de carácter religioso y por lo tanto no puede llevar a cabo potestades de ese tenor, es decir, arrogarse la facultad de determinar quien reúne las calidades para ser considerado judío o no. Desde su fundación hasta nuestros días, AMIA se pronuncia sobre la condición de judíos de sus asociados y a tal fin aplica los criterios del judaísmo ortodoxo.
Ya hemos iniciado la discusión interna sobre este tema. Tenemos la convicción y la decisión de impulsar un cambio al respecto, a la luz de las realidades de la comunidad judía argentina del siglo XXI.
Independientemente de esta profunda discusión ideológica, tenemos una realidad concreta que debemos solucionar, aún dentro de las actuales condiciones: Tenemos mucha gente que quiere ser enterrada bajo el rito judío y que actualmente no es factible a la luz de las disposiciones vigentes, me refiero a los conversos por las distintas corrientes, porque ninguna tiene validez en Argentina, y que son más de los que pensábamos y hoy tenemos problemas.
Hubo distintos proyectos para solucionar el tema pero ninguno se llevó finalmente adelante. Uno de ellos fue elaborado y aprobado por la anterior conducción y no fue concretado por distintos motivos. Nos pareció un proyecto razonable que permite solucionar este tema puntual de los judíos conversos y hemos decidido llevarlo adelante. No es el proyecto que hubiésemos elaborado nosotros, pero es el proyecto posible hoy y debemos ser responsables y resolver el problema de una parte de nuestra comunidad.
Debemos tener claro que modificar una política de la AMIA de más de cien años, que era la de cumplir al pie de la letra la ley alájica (ley judía) para enterrar, no se modifica por decreto sino que es un proceso lento, donde todas las partes intervinientes tienen que dialogar, escucharse y entender. Quizás cuando entré a la AMIA era menos conciliador respecto a estos temas, pero al escuchar a todas las partes me di cuenta que debíamos avanzar paso a paso y profundizar el diálogo y el consenso.
Entonces aunque parezca mentira, fruto de este diálogo, durante una conducción con mayoría ortodoxa vamos a inaugurar una ampliación del actual cementerio de Tablada y que va a formar parte del actual cementerio. Creo que este es un logro que hemos tenido. Esto significó mucho trabajo, hablar con nuestros compañeros de la conducción que pertenecen al grupo ortodoxo, entendernos y respetarnos mutuamente y finalmente se iniciaron las obras. El proyecto está a disposición de los que lo quieran conocer y antes de que termine esta cadencia lo vamos a inaugurar.
Este es otro de los aciertos de esta conducción y sentimos que fuimos una parte motora de esto. Este proyecto está ligado a nuestro compromiso con quienes nos votaron.
Ligado a este tema, quedan otros temas pendientes como la inclusión comunitaria de los matrimonios mixtos y el reconocimiento de la condición judía tanto por línea materna como paterna. En estos temas estamos trabajando.
Creo conveniente agregar entre los temas pendientes, nuestro compromiso de trabajar por un rabinato compartido o como se quiera llamar.
Cuando hablamos de este tema en nuestra campaña, y como se sabe a nuestro movimiento adhieren muchos de los templos del movimiento conservador, nos referíamos a que si los estatutos de AMIA fijan como uno de sus objetivos dar asistencia espiritual a los asociados y a la comunidad toda, fundacionalmente la asistencia es hecha por un rabino ortodoxo, de hecho el Gran Rabinato de Argentina depende de la AMIA.
La gente tiene derechos personales de conciencia y el planteo es por qué siendo la mayoría de la comunidad no ortodoxa, la asistencia espiritual es solamente de ortodoxos. Obviamente modificar esto no es sencillo. Nosotros pensábamos que no iba a ser fácil pero sí posible. Al día de hoy todavía no pudimos avanzar en este tema y no sé si lo vamos a concretar en esta cadencia. Pero seguimos sosteniendo que es lo correcto y seguimos pensando que tenemos que seguir conversando con todas las partes para lograrlo.
Quizás sea uno de los temas más complicados, porque es cambiar una preeminencia de un sector religioso de la comunidad de muchos años, un sector fuerte de la comunidad. Pero acá no se trata de imponer una idea sobre la otra sino de consensuar lo que tiene que ser.
Después hay varios otros temas. Uno de los que nos preocupaba es el de la educación, que es otro de los objetivos primordiales de la AMIA. Con el tema de educación, esta conducción se encontró con un Vaad Hajinuj desvalorizado, con muy poca actividad y un sistema de subvenciones de la AMIA a distintas escuelas, con las cuales ninguna estaba conforme. Y sobre todo y para mí lo más importante, la red escolar judía, en la cabeza de sus presidentes y directores, no sentía a la AMIA como su referente y sólo les interesaba si podían conseguir algún tipo de subvención, en realidad no había otra oferta.
La idea fue generar un cambio de esta situación, ya que todos coincidimos que fortalecer la red escolar judía es fundamental para la continuidad, la no asimilación y la transmisión de nuestros valores.
Toda la mesa directiva, independientemente de su extracción ideológica, se involucró en el tema. Inclusive el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, lo tomó como un tema hasta diría personal y visitó cada uno de los colegios de la red escolar. Y este proyecto demostró además que en los grandes temas podemos trabajar todos juntos. Cuando hay unidad y objetivos comunes, este es un ejemplo porque quien llevó esta tarea adelante que fue el compañero Fernando Romarosky, que no pertenece al lineamiento ortodoxo ni a nuestra agrupación, es un hombre de Avodá que hizo un excelente trabajo al cual le estamos dando todo el apoyo y creo que se avanzó mucho, se formó un nuevo Vaad Ajinuj, una mesa de presidentes, un proceso que recién se está consolidando. No es fácil y no va a ser fácil ponerlo en marcha, pero se inició un camino y creo que es muy positivo. Nosotros desde el apoyo como agrupación, a través de nuestra gente que trabaja en AMIA apoyando, empujando, este tipo de proyectos, hicimos bastantes cosas. Por eso pensamos que midiendo la actuación de AMIA es de Todos dentro de su función específica en AMIA y dentro de lo que nos habíamos comprometido con nuestros votantes o entidades que nos apoyaron, estamos cumpliendo y vamos a tratar de seguir cumpliendo.
– ¿De qué se trata el nuevo Vaad Hajinuj, y por qué va a costar su implementación?
– El cambio fundamental es que va a haber una mesa de presidentes, representada prácticamente por todos los colegios de la red y la AMIA.
Esta mesa es la que va a trabajar sobre políticas comunes para la educación y también para generar fondos. Cada colegio va a aportar fondos a este Vaad Hajinuj, se va a fijar un cargo por alumno que lo van a pagar todos los colegios, más los fondos que aporte la AMIA y se va a determinar de común acuerdo la distribución de los mismos para suplir necesidades de cada colegio y para los planes de educación, entre otras cosas.
En realidad quedan algunos puntos que no se terminaron de consensuar. Hay algunos colegios, sobre todo los que tienen mayor cantidad de alumnos, que no dieron todo el apoyo que corresponde a este proyecto. Están, pero no en una actitud proactiva sino en una actitud de observadores críticos, avalados por el éxito de sus proyectos.
Considero que no es correcta esta actitud. Quienes han logrado proyectos educativos exitosos tienen la obligación de aportar a las otras instituciones su visión educativa, sus criterios organizativos y sus recomendaciones para lograr una red escolar judía exitosa.
Creo que esta postura es consecuencia de algún proyecto personal o de sentirse un poco los padres de un sistema, pequeñas mezquindades. Suena fuerte la palabra, pero no se me ocurre otra. Estoy seguro que finalmente va a primar el buen criterio y va a funcionar esto bien. Lo menciono como una de las cosas que demoran un poco el proyecto.
– ¿Hablamos de profesionales?
– La parte organizativa la están manejando los presidentes de los colegios.
– ¿Y cuándo se habla de la AMIA que preside? Pone el edificio…
– Efectivamente preside. En las posiciones que se armaron de este nuevo Vaad Hajinuj con el consenso de todos los presidentes, el titular de este Vaad Hajinuj va a ser el presidente de la AMIA. Puede ser que en la actividad cotidiana, otra gente de AMIA intervenga, pero la función del presidente del Vaad Hajinuj es ejercida por el presidente de la AMIA lo que tiene un significado político.
– ¿Qué pasa con las comunidades del interior de la Argentina ante estos cambios?
– Creo que algunos se han incorporado, pero no tengo certeza. Algunas comunidades del interior se manejan con sus propios mecanismos.
– Vuelvo al comienzo, al tema de los cementerios, y primero le pregunto, ¿cómo se pudo destrabar una discusión de este tipo?, y segundo ¿qué condición va a tener este futuro cementerio?
– No sé cómo se destrabó porque yo nunca lo sentí trabado. Del momento que se inició esta nueva conducción y empezamos a hablar este tema, obviamente otras agrupaciones no religiosas apoyaban y estaban de acuerdo, pero tuvimos total apoyo de nuestros compañeros ortodoxos y también ellos sintieron que era un tema que había que resolver. ¿Por qué estuvo trabado antes? No lo sé. Pero debo aceptar que desde que entramos en esta conducción y empezamos a hablar el tema no hubo ninguna traba.
El grupo que está a cargo del proyecto lo componen ortodoxos y no ortodoxos, toda decisión es consensuada y las novedades se tratan en la mesa directiva.
Es bueno que esto se conozca, porque rompe algunos estereotipos y demuestra que se puede trabajar en unidad y consenso.
– Pero ¿tuvo que ver la presencia de AMIA es de Todos, más allá de que el tema estaba destrabado?
Por supuesto. Desde el primer día nosotros lo planteamos como un tema de base y lo hemos llevado a la mesa. Era un tema básico para nosotros porque era una idea de transformación. Debo reconocer que tuvimos rápida respuesta. Obviamente hubo algunos puntos de discusión pero lo fuimos consensuando.
El cementerio es una ampliación del actual cementerio (no es un cementerio nuevo) y se va a llamar Cementerio Israelita de Tablada.
El Cementerio de Tablada ahora va a tener tres entradas, dos por la que llamamos hoy parte nueva y parte vieja y otra esta nueva ampliación. Seguramente después vamos a proponer que a los distintos sectores les demos algún nombre que consensuemos.
El terreno ya era de la AMIA y tiene el problema que es una zona inundable. La provincia de Buenos Aires nos dio el soporte y ahora se iniciaron las obras de canalización con lo cual pueden empezar las obras. El proyecto lo hizo el ingeniero Altman, que consideró todos los pedidos que hizo en su momento el rabinato, dentro del acuerdo aprobado por la anterior conducción.
Mi querido rabino Benhamú colaboró bastante en esto, también en destrabar lo que se trababa desde el punto de vista del Alajá. Vamos a tener un lugar en el cementerio donde vamos a poder enterrar a los judíos conversos. Inmediatamente que lo inauguremos seguramente va a empezar la presión de otros judíos que quieren ser enterrados, estoy hablando de los matrimonios mixtos y toda una serie de cosas…
– ¿Ese sector que se va a inaugurar va a ser solo para conversos?
– No. La ampliación del cementerio estará habilitada para efectuar sepelios en un todo de acuerdo a las reglamentaciones actuales. Dentro de ese predio habrá un sector para los judíos por adopción.
– Si se muere el converso, ¿su cónyuge judío puede estar enterrado con él?
– Todos esos detalles, que no son menores, cónyuge, matrimonios mixtos, etc. no están previstos. Pero estos temas deberán ser tratados en una etapa posterior. Nosotros así lo pensamos desde AMIA es de Todos y creo que coinciden también nuestros hermanos raigales. Hoy tenemos que hacer foco en la ampliación del cementerio.
Resolvamos este tema y luego, en esta administración o en las próximas, se deberá reglamentar el resto.
Hay muchos temas a considerar y de difícil concreción.
– ¿Por qué en el actual cementerio no se puede enterrar a los conversos?
– Se plantea un argumento que es respetable, si queremos consensuar y negociar. Hoy todos los enterrados en el cementerio se enterraron porque de hecho se acordaba que en los cementerios de AMIA se entierran solo judíos en base a la ley alájica o sea hijos de madre judía. Si yo cambió ese contrato tácito no estoy respetando lo acordado con muchos de los miles de muertos que están enterrados ahí. Les puedo asegurar que es un problema complejo y de múltiples facetas a considerar. Insisto que debemos avanzar y consensuar, avanzar y consensuar…
– ¿Cómo se puede explicar que haya acuerdo para el tema del cementerio pero no con el tema del rabinato?
– Un sector importante de AMIA es todos no está conforme con esto, pero no voy a personalizar. Seguimos trabajando pero en este punto en particular no es todo lo que queríamos. Yo sí estoy conforme y hay otros compañeros que están conformes. Estamos tratando, incluso en la discusión interna, de entender que son pasos que durante ciento y pico de años no lo pudimos hacer. Ahora estamos dando un paso. Yo también creo que tenemos que tener un lugar reservado para los matrimonios mixtos o alguna forma de resolver todo esto que no es sencillo. Inclusive una propuesta que hicimos en una reunión pero que la vamos a fundamentar y la vamos a seguir peleando dentro de la AMIA y es que nosotros pensamos que para ser socio de la AMIA tenemos que aceptar a los hijos de madre judía y a los hijos de padre judío. Hay mucha asimilación, hay mucho matrimonio mixto y nosotros tenemos que hacer una política de inclusión y no de exclusión. Creo que en eso coincidimos todos. No coinciden nuestros compañeros del movimiento ortodoxo. Sabemos que va a ser una tarea dura, pero creo que tenemos que plantearla y sostenerla. Estoy hablando de ser socio de AMIA que es un paso. Todavía no podemos modificar como van a ser enterrados. Pero son todos pasos que tenemos que ir dando para lograr una comunidad más inclusiva.
– Respecto del futuro político de la AMIA, teniendo en cuenta la cantidad de partidos que aspiran a conducir la institución, ¿cuál sería la alternativa?
– Estamos trabajando mucho en el tema de la unidad, una unidad verdadera. Quisiéramos que para la próxima elección de la AMIA no haya ni AMIA es todos, ni Avodá, ni Plural Jai, ni movimiento sionista X, somos como veinte partidos para una comunidad pequeña. Hemos empezado a trabajar en eso, tuvimos muchas conversaciones con la gente de Avodá, muy buenas charlas. Nos dimos cuenta que tenemos más cosas en común que las cosas que nos separan. En realidad lo que pudo haber separado eran los intereses de algunos dirigentes nada más, pero desde el punto de vista como agrupación sionista o ideológicamente no nos separa absolutamente nada. Inclusive tenemos algunas conversaciones con algunos referentes del movimiento ortodoxo, donde también tenemos muchos temas en común. Excepto en aquellos temas que tocan específicamente temas alájicos de muy difícil resolución porque son dos puntos de vista.
– ¿Cómo fue la convivencia con los ortodoxos?
– Muy buena convivencia, rompimos ese mito de que con el movimiento ortodoxo no se puede trabajar. Por lo menos, mi vivencia es esa e incluso me genera discusiones con algunos compañeros que tienen una ‘fobioortodoxía’. El trabajo de diálogo lo vamos a hacer y esperemos llegar a una lista de consenso. No va a ser fácil, no porque no tengamos consenso, sino porque seguramente algunos dirigentes van a priorizar su interés personal.
– ¿Es AMIA de todos quien básicamente promueve esta unidad?
– Estamos trabajando sobre esto pero no somos los únicos. El planteo de Avodá en las primeras reuniones que teníamos fue también que ellos planteaban que hay que ir con una sola lista en las próximas elecciones.
El panorama se presenta con al menos cinco candidatos para las próximas elecciones.
Si va a ser así, nosotros habremos fracasado en el intento y no va a ser lo mejor para la comunidad. Creo que incluso la ortodoxia está dispuesta a trabajar en un proyecto de unidad. Por lo menos con algunos referentes que hemos conversado, ellos también entienden que hay que trabajar unidos. Demostraron que sirvió que ellos hayan tenido la conducción aunque es compartida con otros para desmitificar ese cuco que había que iban a llegar a la AMIA y que iban a cambiar todo.
– En el medio de todo, existen comentarios de que el Gran Templo Paso iba a convertirse en un templo ortodoxo.
– No tengo para ampliar mayores detalles. Sé que hay un proceso de cambio en el templo pero no lo conozco en detalle, es conocida mi amistad con Pedro Buki, que es el presidente del Gran Templo Paso y es el secretario general de AMIA de todos, por lo que no puedo hacerme el distraído. El y su consejo están en un proceso de cambio. No sé si va a ser un templo ortodoxo o no. Mi única pregunta fue si eso significaba alejarse de la Fundación Judaica y me dijo que de ninguna manera. Me dijo que el templo de Paso sigue estando dentro de Fundación Judaica y los cambios que el templo propone ya fueron hablados y consensuados.
– En cuánto a su papel en la comisión directiva de AMIA, ¿en qué situación está?
– Me siento muy cómodo, es una tarea muy gratificante. Estoy aprendiendo lo que es la AMIA porque vengo de una sociodeportiva, que es totalmente distinta. Cuando decidimos ser la primera minoría nuestro objetivo era que gente nuestra pueda trabajar desde dentro de la AMIA. Formó parte del mini ejecutivo y me siento trabajando con la misma comodidad con la cual trabajaba en Hebraica con mi comisión. Tenemos una excelente relación personal con los compañeros de la mesa.
– Sobre Sergio Bergman, ¿cómo se puede describir su relación con la mesa directiva de Judaica?
– AMIA es de Todos no es miembro de Fundación Judaica. Nos unen vínculos afectivos e ideológicos con sus miembros y no debemos olvidar que el grupo fundador de AMIA es de Todos, pertenecía en su mayoría a esta Fundación.
Para nuestra agrupación el rabino Sergio Bergman es uno de sus referentes y es una fuente constante de consulta, consejos y asistencia espiritual.
La mayoría de los rabinos del movimiento conservador trabajaron con nosotros, Alejandro Avruj, Abraham Skorka y en gesto a destacar, aclararon en todo momento que no iban a aceptar ningún cargo.
– ¿Sería presidente de la AMIA?
– Sé que algunos compañeros me consideran un candidato, pero es muy temprano para estas elucubraciones. El candidato deberá surgir de una lista de unidad y consenso, que deberá elegir a los mejores para cada cargo.
Pero hoy tenemos como tarea fundamental incorporar nuevos socios y realizar un trabajo de esclarecimiento. La mayoría de nuestra comunidad no está comprometida con el quehacer comunitario y sólo recurre a la comunidad organizada cuando necesita servicios. Para sostener las ideologías hay que participar. Lo que tenemos que lograr es compromiso, militar la comunidad y asumir las posiciones. En este sentido debemos imitar a nuestros hermanos raigales que desde hace varios años están asociando a todo joven mayor de 18 años. En la última elección, mientras buena parte de los miembros de la comunidad estaban disfrutando en sus clubes, los judíos ortodoxos fueron a votar.
Repito: para cambiar la comunidad debemos lograr participación y compromiso.