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«La región entera va a empeorar tras la guerra»

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Todo el mundo se pregunta ahora cómo será la respuesta árabe a la guerra de EE.UU. en Irak. Es evidente que variará en cada país, aunque es muy cierto que la mayoría de los Estados moderados y aliados de EE.UU. experimentarán graves dificultades con el enfoque estadounidense global a los problemas de Oriente Medio.

Las diferencias pueden resumirse en algunos puntos. En primer lugar, el enfoque de Washington ha compartimentado la problemática de la región en cuestiones separadas: Irak, Irán, los palestinos y los israelíes, el fundamentalismo y el terrorismo. Pero para un árabe, todas estas cuestiones están interrelacionadas.

Tras el fin de la guerra, lo más probable es que toda la región vea empeorar su situación: el conflicto árabe—israelí se agravará, el nivel de terrorismo y fundamentalismo en la zona se incrementará y los regímenes e ideas radicales se verán reforzados. Por ahora, la paradoja de los árabes moderados es que una abrumadora victoria de EE.UU. hará que sus planes para «reformar» la región tengan efectos muy desestabilizadores para los sistemas políticos árabes. Pero también no dejará de ser menos cierta otra cosa: una guerra llena de dificultades y resistencia alentará a todos los radicales que desean repetir las experiencias de Vietnam o de Hezbollah en el Líbano.

En segundo lugar, los árabes no están de acuerdo con el escenario «optimista» de EE.UU. sobre Irak. Ese país, dicen, no es Alemania. El derrocamiento de Saddam Hussein no es el final de la intervención, sino más bien el principio. Y muchos árabes percibirán a los triunfadores como los nuevos colonialistas que han venido a invadirlos.

Por último, EE.UU. ve a Irak como parte de su guerra mundial contra el terrorismo. En ausencia de pruebas claras sobre los supuestos lazos entre Saddam y Osama bin Laden, los árabes creen que la campaña contra Bagdad es una «distracción» de la guerra contra el terror. Los árabes consideran que Irak es un país muy debilitado e incapaz de amenazar a otros Estados de la región.

Lo cierto es que al atacar a Irak, EE.UU. está avivando el terrorismo. Evita una guerra muy compleja y prolongada para pasar a una guerra clásica, donde encuentra una capital que bombardear, un régimen que derrocar y armas que desmantelar. Pero olvida al mismo tiempo que el terrorismo es algo diferente. Tiene unas dimensiones socioeconómicas que exigen desesperadamente paciencia y tiempo para ser acotadas.

Said es director del Centro Al Ahram de Estudios Estratégicos y Políticos de El Cairo

Fte.-A. Monem Said. LA VANGUARDIA

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