«Es hora de que cada uno nos reconozcamos en el viejo que algún día seremos», dijo Luis Grynwald, presidente de la AMIA en la inauguración de «LeDor VaDor», el nuevo hogar de ancianos de la comunidad judía. El proyecto creció sobre la antigua estructura de una planta industrial y se hizo en tiempo récord: la obra comenzó en enero de 2006. La rapidez era urgencia: el 60 % de total de las personas que reciben ayuda social en AMIA son mayores de 60 años. El hogar, en el barrio de Chacarita, alojará a 290 internos. Habrá una guardia médica las 24 horas y asistido por un equipo multidisciplinario. Pero también allí «funcionará un hogar de día para gente que está sola y necesita compañía», explicó Alejandro Kladniev, director del Joint, una organización judía norteamericana que da ayuda en el mundo y que participó del proyecto.
Clarin
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