Por Sergio Dattilo. El comunicado se conoció pocas horas después de que el rabino Sergio Bergman pidiera públicamente que la Iglesia Católica se pronunciara. «Habría que preguntar el tema no necesariamente al padre Farinello sino a la Iglesia. Todos sabemos que el padre no puede participar como está participando sin algún tipo de aval o de relación institucional», dijo Bergman por radio. Tradicionalista La reacción de Stöckler -un obispo de 71 años, nacido en Alemania, de perfil tradicionalista y que se contó entre quienes cuestionaron, por caso, el nombramiento de Carmen Argibay en la Corte Suprema- llega después de la catarata de cuestionamientos que provocaronlas declaraciones de Farinello a favor de Irán («quise viajar para ver a ese pueblo lleno de fe, entender por qué nosotros perdimos vocaciones, fieles…») y su obvia cercanía a los dichos de su compañero de viaje, Luis D’Elía, contra los judíos e Israel, hasta bordear la negación del Holocausto. La operación pro iraní del piquetero ex funcionario llega al punto de asegurar tener en su poder una carta de la comunidad judía iraní dirigida a sus correligionarios argentinos, cuyo contenido es una incógnita y cuya autenticidad es al memos cuestionable: los judíos iraníes tienen prohibido salir del país y están sometidos a un régimen que las entidades israelitas internacionales califican de «cautiverio». Entre quienes cuestionaron a D’Elía se incluyó ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien calificó de «viaje personal» el del ex piquetero oficial, que -según el funcionario- «ya no representa al gobierno. No hacemos ni siquiera un análisis sobre este tema, porque se trata de atribuciones personales entre personas independientes que en algún momento fueron funcionarios de gobierno, pero que ya no lo representan. Lo que D’Elía hace es un tema de D’Elía y de quien lo reciba». Para acentuar la desvinculación oficial de quienes visitaron Teherán, Fernández agregó que «no es un tema que le competa al gobierno; se trata de particulares que fueron a otro país y a los que una autoridad quiso recibir no sé por qué». Las razones de que D’Elía y Farinello fueran recibidos por el canciller iraní parecen obvias: buscaba un vocero en la Argentina para cuestionar el fallo del juez Rodolfo Canicoba Corral pidiendo la extradición de nueve ex funcionarios iraníes. Consecuencia Sin embargo, Bergman aseguró que el viaje «es una clara consecuencia de una política de Estado de la Argentina: D’Elía reporta a determinadas líneas del poder» y lo relacionó en forma «indirecta» con el vínculo que el gobierno tiene con Venezuela, un país que se muestra como aliado de Irán. Por su parte, Aldo Donzis, titular de la DAIA, dijo a este diario que «me parece muy correcto el comunicado del obispo de Quilmes; yo realmente me sentía muy mal cuando me pedían opinión respecto del viaje y los dichos de D’Elía y de Farinello porque los judíos argentinos somos una comunidad más de las que forman nuestro país. Y cada una de las partes del país debería expresar su disgusto ante actitudes de argentinos que cuestionan en el exterior fallos de la Justicia argentina en relación con atentados en que murieron argentinos». En lo que hace a la decisión de Interpol de no buscar al ex presidente, al ex canciller y al ex embajador de Irán en Buenos Aires, Donzis dijo que el hecho de que sí hayan aceptado capturar a los otros seis acusados de participar en el atentado contra la AMIA «al menos es un comienzo alentador; Interpol está reconociendo la veracidad de las pruebas aportadas por la fiscalía y lo procedente de la decisión de la Justicia».
Ambito Financiero.-
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