En una rueda de prensa con periodistas extranjeros, Olmert fue preguntado por la importancia de que, por primera vez, haya un ministro árabe (Raleb Majadele, laborista, sin cartera) en un Gobierno de Israel, y por el papel que pueden desempeñar los palestinos con nacionalidad israelí en el proceso de paz.
El nombramiento de Majadele -dijo- aunque es muy importante es ‘un primer paso en un largo y doloroso proceso’.
Dentro del Estado judío, añadió, los árabes-israelíes, por un lado, ‘tienen una identificación natural y emocional’ con los palestinos, y por otro, están ‘comprometidos con un Estado del que son miembros con igualdad’ de derechos.
‘Es un conflicto emocional y hay que encontrar el patrón para resolverlo de forma que los árabes-israelíes puedan ser ciudadanos de Israel sin tener que desvincularse de su pueblo’, explicó el primer ministro quien recalcó que ‘hay que invertir mucha energía y esfuerzo en ello’.
El que haya un miembro del gobierno que sea árabe es ‘un paso muy significativo, aunque no es la solución, ni lo único que hay que hacer’, indicó Olmert quien expresó el deseo de que las relaciones con esa minoría mejoren.
Si mejoran, concluyó, se podría a la larga ‘crear el ambiente apropiado para la paz’.