Tras la reunión del gabinete de seguridad, se han anunciado varias medidas dirigidas a liberar al soldado israelí secuestrado desde el pasado 25 de junio, como la posible creación de la zona de seguridad al norte de la franja de Gaza y la gestion de una presión internacional sobre Siria, donde reside el dirigente político de Hamás, Jaled Mishal, de acuerdo con las autoridades israelíes.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer que el movimiento islámico Hamás será el primero en sentir las consecuencias del ataque de ayer por la tarde contra la ciudad de Ashkelón. El gabinete de seguridad israelí ha autorizado esta mañana la creación de una zona de seguridad en el norte de la franja de Gaza, para protegerse de nuevos ataques con cohetes.
El cohete, de cuyo lanzamiento se ha responsabilizado el brazo armado de Hamás, los Batallones Izadon Al-Kasam, según la radio pública israelí, cayó en las proximidades de un colegio de Ashkelón, otras veces atacada pero que nunca había sufrido un impacto en el centro de la ciudad. Por ello, Olmert ha declarado que el «ataque tendrá consecuencias de largo alcance, y el movimiento Hamás será el primero en pagarlas».
Primeras medidas
La primera medida fue tomada ayer por el ministro israelí de Defensa, Amir Péretz, quien ordenó al Ejército intensificar las operaciones militares contra los grupos armados palestinos, según informó la edición electrónica del diario Haaretz. Aviones del ejército israelí atacaron el edificio del Ministerio de Interior palestino y diversos objetivos de los rebeldes, incluido un campo de entrenamiento en la Franja de Gaza, mientras soldados de tierra establecieron posiciones en la parte norteña de la Franja. Testigos presenciales afirmaron que un cohete lanzado por un avión de reconocimiento no pilotado impactó en el tercer y cuarto piso del ministerio de Interior en la zona Remal de la ciudad de Gaza.
Además y según fuentes palestinas, un helicóptero Apache disparó seis misiles aire-tierra contra un campo de entrenamiento de los Batallones Izadon Al-Kasam, el brazo armado de Hamás, pero que no se tenia noticias de que hubieran producido heridos. Asimismo,otra escuela de enseñanza primaria, dirigida por Hamás, ubicada al norte de Gaza, fue alcanzada por un misil lanzado desde un avión no pilotado que ha causado graves daños en el inmueble, aunque no ha producido heridos puesto que el centro de enseñanza estaba vacío, según testigos presenciales.
Acciones inmediatas
Además, y mientras tanto, el ejército israelí continúa con la operación Lluvia de verano en la Franja de Gaza con el objetivo de presionar a los rebeldes y a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a liberar el soldado israelí secuestrado por tres grupos rebeldes palestinos liderados por Hamás.
En la madrugada de ayer venció el plazo dado por los grupos, que mantienen secuestrado a Gilad Shalit desde el pasado 25 de junio, al Gobierno de Israel para que pusiera en libertad a más de 1.000 presos palestinos a cambio del soldado de 19 años.
El Gobierno israelí rechazó el ultimátum, y manifestó que están está seguros de que el soldado sigue vivo y que proseguirá su ofensiva militar «contra los terroristas y quienes les mandan.» Por su parte, los captores han declarado, en un comunicado, que no ofrecerán más información sobre el secuestrado, incluso si deciden ejecutarlo.
Ante la gravedad de la situación, el primer ministro palestino, Ismail Haniya, se reunió ayer con su gabinete en sus oficinas, bombardeadas hace tres días por el Ejército israelí, e hizo un llamamiento a los secuestradores para que respeten la vida del soldado, de 19 años, y pedirles un nuevo plazo para negociar. Sin embargo, los captores se retiraron de la reunión y el líder de los negociadores de Hamás, Osama al Muzaini advirtió que «[los militantes que tienen en su poder al soldado] pueden matarlo, llevarlo a otro país o esconderlo. Todas las opciones están abiertas».
El Pais