Hace falta que el pronunciamiento sea lo antes posible. Es urgente», declaró tras la reunión el ministro español de Exteriores, Josep Piqué.
Bush se reúne el jueves en la Casa Blanca con el ministro saudí de Exteriores, Saud al Faisal, con lo que cierra una serie de reuniones con dirigentes de Oriente Medio con los que estudia sus ideas.
Tras las últimas dudas surgidas en Washington acerca de si se reunían las condiciones para celebrar la conferencia internacional, Powell eliminó cualquier duda y certificó el compromiso de la Casa Blanca con la puesta en marcha de esa reunión.
Sin embargo, varias voces en la reunión pidieron que esa conferencia tenga un auténtico contenido que ofrezca una salida, y no algo que sea interpretado por el mundo árabe como una nueva humillación, después de que la Liga Arabe ofreció ya la paz a Israel.
A fin de facilitar su desarrollo, la conferencia no podría partir de cero, ya que debería asumir las resoluciones de la ONU y los resultados de la Conferencia de Madrid de 1991.
«Convocar una conferencia que no tuviera en cuenta esas cosas sería un error», señaló el ministro español.
Piqué explicó que el objetivo del proceso de paz continua siendo la creación de dos estados sobre la base de la retirada israelí de los territorios ocupados en 1967.
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