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KKL. Ulises Taitelbaum: “El Keren Kayemet es una Organización Positiva”

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 Itongadol.- Ulises Taitelbaum preside desde hace casi dos años el Keren Kayemet Leisrael en la Argentina, al cual le ha transferido su liderazgo positivo y su impronta joven y emprendedora, tal como se refleja en la siguiente entrevista con Itongadol.

– ¿En qué situación se encuentra el Keren Kayemet Leisrael en la Argentina?
– Hoy el Keren Kayemet es una organización positiva, es decir se enfoca en desarrollar las fortalezas de la gente del staff, del equipo de voluntarios y busca también sumar fortalezas de todas las instituciones que la acompañan. Al mismo tiempo, se promueve que fundamentalmente haya un clima donde las relaciones y el trabajo en equipo sean lo más importante.

En cuanto a los objetivos y las actividades de la institución tiene dos ejes centrales. Uno tiene que ver con aquello para lo cual se ha fundado el Keren Kayemet, que es hacer proyectos para que Israel se desarrolle. Entre los últimos proyectos hemos apadrinado el Bosque de la Amistad Argentino-Israelí y un hermoso Bosque en el corazón de Jerusalem muy cerca de Yad Vashem y una bicisenda en el norte de Israel. Además continuamos con la plantación de arboles de manera individual, grupal o colectiva, a través de instituciones, para que Israel siga reverdeciendo.

El otro foco muy fuerte y con mucho vigor en la decisión, es seguir apostando a la educación judía en la Argentina y la diáspora. Esto lo hacemos a través de más de cien instituciones, donde desarrollamos programas contándoles a los chicos que Israel no es fruto de un milagro, sino del trabajo de gente que ha recibido un desierto y lo ha transformado de la manera en que todos lo vemos. Para que los chicos sepan sobre Israel y a donde vamos como judíos es importante conocer de dónde venimos, y eso es lo que nos propusimos.

– ¿Ayuda a la institución el ser presidida por alguien joven para la media de la dirigencia de la comunidad judía de la Argentina?
– Creo que tengo una edad media y consecuentemente cada momento del ciclo vital tiene una perspectiva distinta. En mi caso tengo una mujer que me acompaña en todos mis desafíos y sueños, tengo hijos chicos en el Shule, y soy tanto emprendedor como profesional. Pero también sé de donde vengo, tengo siempre presentes a mis padres y abuelos. Eso me da una posición privilegiada porque tengo una visión panorámica que me permite pensar la actividad aprendiendo del pasado y enfocando en el futuro de mis hijos y de la comunidad. Creo que es una gran ventaja.

– En los seis festivales tanto de Idan Raichel como Li-Laj hubo dirigentes y profesionales de todas las instituciones y uno de los teatros más grandes estuvo lleno para las actividades del Keren Kayemet, lo cual es un logro…
– Siempre tuvimos la idea clara de que el pueblo judío es uno y hay que sumar, no dividir. La llave es saber combinar las diferencias y las consecuencias fueron muy rápidas: había dirigentes de todo tipo de instituciones, empresarios y profesionales. Este ciclo de seis festivales, por el cual nos acompañaron más de 10.000 personas, no es una casualidad, sino un reflejo espontáneo de trabajar pensando en la comunidad y en que la gente se vea identificada y -¿por qué no?- de una dirigencia que sabe que está al servicio de la misma.

– En el video que se presentó en los festivales, la gente que preside el Keren Kayemet en Israel puso énfasis en tu presidencia como pocas veces antes. ¿Cómo vivís ese apoyo político?
– Lo primero es agradecer la confianza y la oportunidad que me dieron. Quizá fue un cambio de paradigma el que hayan elegido a una persona joven al frente de esta institución, lo cual realmente es un desafío, ya que tengo que coordinar los planes que tiene el Keren Kayemet Leisrael central con sus 46 oficinas en el mundo, con los voluntarios que conforman mi equipo, con el staff profesional, con todos los dirigentes de instituciones, con las kehilot y con los participantes de la comunidad. Para mí es un privilegio, pude darme el gusto, y estoy muy satisfecho con lo logrado. Como dije en varios discursos: esto ha sido para mí una devolución a Israel por todo lo que hace por nosotros y a mis padres y abuelos por lo que hicieron por mí, y también es una forma de mostrarles un camino a mis hijos, de que hay que co-construir para llegar a algo.

– ¿Cómo ves a las instituciones que tienen que ver con la educación judía?
– Desde mi experiencia como profesor en la Universidad (Torcuato) Di Tella, aprendemos desde la experiencia y las vivencias entonces hay que promover esto. Hacer un Festival Li-Laj, en donde los chicos comparten con más de 2.000 pares de otras instituciones, puede llegar a ser inolvidable. Nuestro énfasis en que se hagan actividades conjuntas tiene que ver con compartir, sumar y vivir experiencias significativas que refuercen su identidad judía. Además de los tres festivales, en los que participaron más de 6.000 personas, este año hicimos “Eco-cuentos”, donde todos los jardines de infantes compartieron una obra del Keren Kayemet sobre lo importante de la ecología y el cuidado del planeta.

– ¿Creés que el Keren Kayemet logra esclarecer a las nuevas generaciones acerca de la importancia que tiene para la vida judía y retomar la herencia que tenía para las anteriores?
– Creo que sí. Por supuesto que trasmitirles a las nuevas generaciones esta importancia no es un trabajo de dos años y va a llevar tiempo. Estamos muy enfocados y lo hemos trasmitido en todo lugar en que se nos ha presentado la posibilidad. Estoy convencido de que Israel es nuestra casa, aunque muchos estamos en la Diáspora, hay un ida y vuelta constante, hay un puente, y uno de mis objetivos fue difundir este mensaje. Después de varios viajes quedé conmovido con el trabajo que han hecho y me pareció que la mejor manera de agradecerle a la gente que vive en Israel por cuidar la casa de todo el pueblo judío era ocupando este rol.

– ¿Tomás conciencia de que sos un dirigente políticamente importante en el escenario de la comunidad judía y un ejemplo para las nuevas generaciones?
– Me emociona escuchar esto y lo agradezco. Realmente no me puse a pensar cuán importante es mi figura, pero sí, recibo mucho cariño de la gente del KKL, de las instituciones que nos acompañan y de la kehila en general. Si puede servir para que futuras generaciones vean que la edad no es limitante, bienvenido. En realidad, la clave está en hacer las cosas de manera profesional pero fundamentalmente de corazón. Ser una persona simple, con ideales y valores para llevar el proyecto adelante.

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