Itongadol.- En el marco de la cobertura por el 70º aniversario de la independencia del Estado de Israel, la Agencia AJN visitó escuelas del Keren TALI y dialogó en Jerusalem con su director general, Eitan Chikli [foto].
Esta fundación fue creada hace cuatro décadas por inmigrantes estadounidenses que observaron que en Israel no existía una educación judía con mirada conservadora como en su país.
En Latinoamérica, TALI está asociada al Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer”.
– Éste fue un año muy interesante: enseño en tres instituciones diferentes y hay cosas que ahora entiendo mucho mejor que en años anteriores. Creo que hay algo que todas las kehilot del mundo no entienden y escribí un artículo sobre eso tres meses atrás, en [el diario] Haaretz. Lo titulé “Volver al conflicto judío-israelí”. Algo diferente, porque estamos acostumbrados a escuchar del conflicto árabe-israelí. Hace 20 años doy un curso sobre educación judía y siempre les explico a los alumnos que ellos no lo sienten, pero por debajo del terreno hay una guerra cultural muy seria entre personas que comprenden que el Estado de Israel es la continuación de la historia del pueblo judío y los israelíes veteranos, que en el período de la primera aliá dijeron que se debía dejar atrás el pasado y construir un nuevo tipo de judío, llamémosle hibriut [hebraísmo] o israeliut [israelidad]. Para eso debían dar un fuerte golpe al judaísmo y comenzar algo nuevo. Ejemplos: [Micha] Berdichevsky, [Yosef] Brenner, [Shaul] Tchernichovsky, Haim Mazal… Todas estas personas profesaron: “Una persona se convierte en sionista cuando no puede ser más judío”, una frase de Mazal. La generación que le sigue a ese pensamiento dicen que Israel es un nuevo capítulo o libro en la historia del judaísmo. Por un lado, no quiero ser un judío del galut [exilio], vengo de ahí; por otro, no quiero ser parte de un país goi con hebreoparlantes. Hay que buscar punto intermedio… Hay un conflicto muy grande en relación a cuál es el lugar del judaísmo en el Estado de Israel. Se quiere responder esa pregunta desde el año ’50, cuando llegaron aliot de países de África del Norte y muchos israelíes no querían recibir a esos judíos. [El entonces primer ministro, David] Ben Gurion dijo: “tenemos un problema” y se implementó el programa Conciencia judía, destinado a reforzar la pertenencia, que no funcionó.
– ¿Y en qué contexto surgió el Keren TALI?
– Cuando esos inmigrantes conservadores llegaron a Israel, los vieron con una kipá en la cabeza y los enviaron a instituciones públicas que son muy religiosas y controlan hasta la vida en la casa: cómo te vestís, qué hacés en Shabat… y se fueron a una educación pública jiloní [secular], donde se enseña poco Tanaj. Entonces se propusieron crear algo intermedio, donde se les diera a los alumnos una educación moderna y democrática, pero también judía. Así empezó la institución, por unos padres que no encontraron una institución adecuada que les enseñase educación judía a sus hijos.
– ¿Qué rol juega la ideología?
– Hay seculares con ideología, religiosos de todo tipo, con una base ideológica muy fuerte, y la mayoría de los israelíes se encuentra en el centro. En el slang [léxico propio] sociológico se lo llama “el centro olvidado”. Lo que esta masa haga influye en el futuro del país. Si los religiosos logran incidir en ellos, entonces la mayoría comenzará a ser o comportarse de manera ortodoxa, y si los seculares extremistas la convencen, Israel perderá su parte judía… Hay muchos sistemas educativos para los religiosos, la otra hasta cinco años atrás era muy laica, solo Tanaj y Palmaj, y nada había en el centro. ¿Qué hacía una familia no religiosa que quería que su hijo aprendiera judaísmo, valores…? Era un extremo u otro y por eso entró TALI a esa parte intermedia. Pero se creó un grupo que se llama Foro Secular y comenzó a combatir agresivamente la enseñanza judía en la educación pública. Aparecen en la prensa, la televisión, organizan manifestaciones en colegios… Son los descendientes ideológicos de Brenner, Tchernichovsky, Berdichevsky… Las élites que les influyen en el nivel intelectual los conocen, pero la mayoría no los leyó… Odian a las instituciones religiosas, a los jaredim [ortodoxos] que no van al ejército ni trabajan, temen que la religión convierta a las personas en derechistas extremistas… La mayoría de los israelíes le teme mucho al judaísmo y no conoce uno de izquierda y humanista, como hay en los Estados Unidos.
– ¿Cuál es el aporte de TALI?
– Los fundadores de Tali abrieron el camino y fueron los pioneros. Luego se dio un fenómeno de renovación y mucha gente dijo: “no es laicos o religiosos, tiene que haber algo en el medio”. Los primeros trabajaron en colegios; otros, en batéi midrash, como Elul. TALI fue el primero en la educación y luego vinieron muchos que, en diferentes ámbitos, quieren hacer un punto central en el judaísmo. Hay muchos grupos chicos y tres grandes: TALI, en educación primaria; el Instituto Hartman, que se creó mucho después y es una organización muy prestigiosa que trabaja en la educación secundaria; y Oranim, que se encarga de transmitir cultura judía en la educación. Llevamos a directores israelíes para que entiendan que no es solo la derecha, los jaredim y el rabinato central, que existe una opción. El judaísmo puede ser cultura, no solo religión, o una pluralista y humanista con la cual también un laico se puede conectar. Gracias a estas tres instituciones ejercimos presión sobre el Ministerio de Educación. Cuando más y más colegios nos vinieron a expresar que querían más contenidos judíos en su educación, entonces el ministerio entendió que no hacía lo necesario y en los últimos cinco años empezó a tomarse en serio la incorporación de la enseñanza judía en la educación secular. Hoy nos toman como socio principal en esta tarea e implementaron un programa de kita alef a tet [equivalente al primer grado de la primaria y el final de la intermedia o el segundo año del secundario, según el sistema de cada país] que se llama Cultura judeoisraelí. Creo que lo importante es hacer un diagnóstico correcto de la realidad, de los procesos que ocurren, comprender quién está contra quién en Israel, venirse a mi organización y ponerlo en un lugar estratégico para el público.
Desde 2015, el Keren TALI está asociado al Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer”.