Itongadol/AJN.- "Existe un amplio consenso entre el personal profesional, excluyendo al Ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, de que los impuestos no deberían reducirse, dado el pequeño superávit en los ingresos estatales", informó la gobernadora del Banco de Israel, Karnit Flug. Flug explicó que los ingresos fiscales en el primer trimestre fueron sólo ligeramente más altos que las proyecciones incluidas en el presupuesto.
Flug explicó: “El déficit estructural de Israel es, definitivamente, alto. No me gustaría ver que siga aumentando”, esto con respecto al gasto del gobierno. También declaró que la economía israelí estaba en el pico del ciclo actual, y de acuerdo con la política fiscal, se encontraba contra el ciclo económico, momento donde se debía recortar el déficit.
El déficit estructural se calcula como el gasto del gobierno menos los ingresos, excluyendo los ingresos únicos. Según el último informe del Banco de Israel, el déficit estructural aumentó en más del 50 por ciento al 3,5 por ciento del PIB en 2017, en comparación con el 2,1% en 2016. El 80% del aumento en el déficit estructural se atribuye a un aumento del gastos públicos, y el 20% restante a una disminución en los ingresos del estado.
El informe del Banco de Israel, publicado hace dos semanas, explica lo siguiente: "En un momento de gran crecimiento y bajo desempleo, se recomienda una política restrictiva con un déficit estructural bajo con el fin de crear un margen de maniobra durante un período de desaceleración".
El Banco de Israel recomienda al gobierno que se sume al aumento del gasto social "un plan para aumentar los impuestos en la misma medida a fin de dejar espacio para maniobrar en caso de que la brecha del PIB se amplíe".