Itongadol/AJN.- Horas después de haber anunciado un acuerdo histórico con el Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas para reasentar en países occidentales a 16.250 inmigrantes ilegales, el primer ministro Benjamín Netanyahu informó en la noche de hoy, lunes, en su perfil oficial de Facebook [ver captura], que revisará el plan luego de reunirse mañana, martes, con residentes de vecindarios del sur de Tel Aviv con una gran densidad de esa población.
“En los últimos dos años he estado trabajando con Ruanda para que sirviera como un ‘tercer país’ que absorba a los infiltrados que sean deportados aun sin su consentimiento; es el único camino que tenemos después que el resto de nuestros intentos han sido rechazados legalmente”, tras lo cual ese país africano “comenzó la operación”, contó.
Sin embargo, “en las últimas semanas, por la tremenda presión del Nuevo Fondo para Israel y elementos de la Unión Europea, Ruanda se ha retirado del acuerdo y negado a absorber a infiltrados expulsados por la fuerza de Israel”, denunció su jefe de gobierno.
“En esta situación, decidí lograr un nuevo acuerdo que aún permitiera la continuación de la salida de los infiltrados”, pero como “estoy atento a ustedes, y ante todo a los residentes del sur de Tel Aviv, resolví reunirme mañana por la mañana con sus representantes, junto con el ministro del Interior, Aryeh Deri”, concluyó.
Por la mañana, su despacho había asegurado en un comunicado que “el plan está dividido en 3 etapas y se extiende a lo largo de 5 años, al final del cual la realidad de la vida en el sur de Tel Aviv y sus inmediaciones mejorará significativamente”.
“El acuerdo fue aprobado por el procurador general y es consistente con el derecho internacional y la práctica aceptada”, añadió.
Por la tarde, en una conferencia de prensa en la sede gubernamental, en la capital, Jerusalem, Netanyahu mencionó a Canadá, Italia y Alemania como países donde serían reasentados los 16.250 ilegales y explicó junto con Aryeh Deri que esa cifra es superior a la originalmente planeada y que había sufrido “restricciones legales y dificultades políticas por parte de terceros países” que no se comprometían a absorberlos.
En tanto, a los otros 16.000 solicitantes de asilo se los ayudaría con capacitación y búsqueda laboral y serían redistribuidos de manera más equitativa por todo Israel, al tiempo que se establecería una unidad especial para ayudar a rehabilitar los barrios del sur de Tel Aviv, que fueron los más afectados por la afluencia masiva de migrantes africanos a principios de esta década.