Itongadol/AJN.- Los casos de explotación y abuso sexual a mujeres y niñas se conocieron a través de un informe, las víctimas se vieron obligadas a ofrecer favores sexuales a cambio de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas.
Las mujeres en campos de refugiados sirios fueron forzadas a a mantener relaciones sexuales para conseguir ayuda humanitaria, en otras palabras fueron violadas por las personas que debían ayudarlas. La ayuda humanitaria fue un compromiso de la ONU en sus resoluciones para quienes sufren de la guerra civil y los enfrentamientos armados en el país de Medio Oriente.
Los trabajadores que debían brindar ayuda, hostigaron y maltrataron a mujeres y niñas que trataban de acceder a la asistencia humanitaria en el país devastado por la guerra, hasta el punto de que algunas desistieron de dicha ayuda a pesar de estar viviendo en condiciones infrahumanas.
Las víctimas fueron forzadas a ofrecer ‘servicios sexuales’, lo que se traduce en abuso sexual y violación, para poder recibir un plato de comida.
Las denuncias fueron publicadas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que realizó una evaluación de la violencia de género en la región el año pasado y concluyó que la ayuda se intercambia por sexo.
Los abusos sexuales continuaron hasta fines de 2017 según los reportes de una actividad que ultraja los derechos humanos y que habría comenzado tres años antes.
El informe, titulado Voces de Siria 2018, afirmaba que los sitios de distribución de ayuda usualmente son visitados por mujeres que viven en lugares inseguros dominados por hombres.
Las mujeres y las niñas que no tenían en su familia a un hombre eran especialmente vulnerables a la explotación sexual.
"Mientras más le dé la niña al distribuidor, más ayuda recibirá", agregó una adolescente de Idlib en el norte de Siria a los entrevistadores del UNFPA.
La explotación sexual se transformó en una barreara para acceder a la ayuda humanitaria
La adolescente, cuya identidad fue protegida, aseguró que algunas mujeres habían dejado de pedir ayuda por temor a tener que pagar con sus cuerpos.