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Entrevista al amigo argentino de Netanyahu que lo acompañará en su visita al país

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 Agencia AJN.- “Sonó el teléfono y me invitaron.” Así comenzó el relato de Hernán Felman a la Agencia AJN sobre la noticia de que llegará el próximo lunes a la Argentina para acompañar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su visita histórica.

Hernán Felman nació en la Argentina y emigró a Israel hace 35 años. Actualmente es el vicepresidente del Keren Kayemet LeIsrael (KKL), una organización sin fines de lucro que lucha contra la desertificación y realiza acciones para mejorar el medioambiente.

En una entrevista con la Agencia AJN, Felman se reconoció amigo personal de Netanyahu y adelantó: “Esperamos la semana que viene firmar un acuerdo entre el KKL y el ministerio de Ambiente en la Argentina y espero que sea con las presencias del presidente Mauricio Macri y el primer ministro”.

¿Qué sensación le generó recibir la llamada para ser parte de un viaje histórico del primer ministro israelí a la Argentina?
-Representar al Keren Kayemet y ser parte de esta visita histórica de un primer ministro en funciones a América Latina son, sin lugar a dudas, un motivo de orgullo

-¿Cuál es su relación con el primer ministro?
-No voy a ocultar que soy amigo personal de Benjamín Netanyahu. Soy presidente alterno de la Organización Mundial del partido Likud y, como podrán imaginar, tengo una relación de muchísimos años con Netanyahu. Fui una de las cinco personas que lo acompañaron en el comienzo de su vida política, que lo llevaron a su primera elección y al puesto de viceministro de Relaciones Exteriores. Sin embargo, no tengo ninguna duda que, en este caso, la invitación viene por el puesto actual mío como vicepresidente del Keren Kayemet a cargo de América Latina y la importancia que le da el primer ministro a nuestra institución, por cómo nos ve trabajar con Latinoamérica y la relación que tenemos con las colectividades.

-El Estado de Israel empezó a mirar a América Latina como una asignatura pendiente, ¿qué opina de esta nueva mirada que tiene Israel hacia Latinoamérica?
-No tengo ninguna duda de que Israel, en muchos aspectos, siempre ha mirado fundamentalmente a Europa y Estados Unidos como los centros primarios. Es cierto que cada uno de nosotros contribuyó de alguna forma a crear la conciencia de que Latinoamérica es una zona de tantos países y relaciones sentimentales, de las colectividades y comerciales, que Israel debe dedicar su atención también a esos países. Para mí es un éxito personal que Israel vea las cosas de esa forma. Nosotros, desde el KKL, estamos permanentemente trabajando en el tema, colaborando con las embajadas latinoamericanas, haciendo festejos: todo para fomentar las relaciones entre los países. Estoy seguro de que esa pizca de arena que todos aportamos ha concientizado al primer ministro de que es importante profundizar las relaciones.
Fuera de eso, como en todo, se habla mucho de la química que funciona muy bien entre Macri y Netanyahu. Creo que este viaje va a fomentar la profundización de esas nuevas relaciones.

-El KKL tiene en Latinoamérica un ejercicio de trabajo realizado. Por ejemplo, con la Alameda en México, lo que se demuestra un importante trabajo del KKL en la región. ¿Esto es así?
-Claro que es así, pero estamos en este momento ajustando los últimos puntos de un acuerdo que pensamos. Esperamos la semana que viene firmar un acuerdo entre el KKL y el ministerio de Ambiente en la Argentina y espero que sea con las presencias del presidente Macri y el primer ministro Netanyahu, junto con el ministerio a cargo del rabino Sergio Bergman. Esperamos terminar un acuerdo de cooperación con respecto a los temas que son especialidad del KKL con efecto de poder dar asesoramiento también en la Argentina.

-¿Que ofrecería el KKL de sus conocimientos para la Argentina?
-El ministro Bergman tiene el proyecto de plantar un millón de árboles en escuelas públicas y nosotros queremos aportar nuestro asesoramiento a la plantación de esos árboles. Hemos plantado en Israel 240 millones de árboles, así que alguna experiencia tenemos al respecto. También podemos ofrecer cambios en tratamiento de agua, riego por goteo y otras especialidades.

-Qué puede contar acerca del bosque argentino-israelí que tienen en Israel?
-Nosotros estamos siempre interesados en desarrollar ese espacio, el parque de amistad da un lugar para recordar a las víctimas de la AMIA y también ahora estamos en el medio de un proyecto de crear un recordatorio para Alberto Nisman, el fiscal asesinado.
Mientras que nosotros estemos paseando por la Argentina, una importante delegación llegó a Israel a una exposición de tratamientos de agua. (Watec). La delegación visitará los establecimientos del KKL y estará viendo lo que hacemos, para conocer qué se puede hacer para convertir en verde a un país árido. Eso lo hacemos a diario.

-¿Cómo se le explica a la gente que en el desierto del Aravá surge la mayor exportación de fruta y verdura de Israel y hoy se convierte en un ejemplo para el mundo sobre métodos plantación?
-La revolución tecnológica que ha provocado Israel en todo lo que tenga que ver con electrónica, computación y telefonía, no termina solamente ahí, es aplicada a agropecuaria y desarrollo. El país no está dedicado solamente a la electrónica, sino también a los temas del día a día. El mundo hoy va hacia la tecnología destinada a producciones agrícolas.
El KKL está colaborando en la investigación sobre el vino que tomaban nuestros antepasados como el rey David hace 2500 años atrás. Junto con la Universidad de Ariel hemos hecho un estudio fantástico, sobre cuáles eran los tipos de vino. Ya identificamos el ADN de esas viñas. Estamos empezando a producir algunos pocos litros de vinos originales de la tierra de Israel.
Participamos hace pocos días de la plantación de una terraza para desarrollar esos viñedos. Toda la plantación está controlada por drones que sobrevuelan y detectan predadores, falta de agua, alguna pérdida o desperdicio de agua. Ya no se recorre a pie cada metro: de manera electrónica sabemos qué pasa con cada una de las plantas que están ahí. Con una consola en una oficina, el técnico agropecuario sabe qué está pasando en la plantación.

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