Itongadol.- La Agrupación 18J de familiares y amigos de las víctimas del atentado a la AMIA conmemoró el 23º aniversario del atentado a la AMIA en una fría pero soleada Plaza de Mayo, en horas del mediodía del martes 18 de julio.
El acto se inició con un minuto de silencio en homenaje a las 85 víctimas fatales del atentado, y se leyó a continuación la nómina de los asesinados por el terrorismo.
El primer orador fue Alejandro Bigman, hijo de una sobreviviente. Su madre vivía en las cercanías del edificio de la AMIA y fue rescatada por los bomberos. Él estaba en Barcelona y debido a lo ocurrido regresó a Buenos Aires. A partir de ese momento -junto a su madre, su pareja y su hijo- debió pasar momentos muy dolorosos. A enfrentar la carencia de un lugar donde vivir se le sumó, muchas veces, la falta de sensibilidad de los funcionarios que debían encontrarle una solución a la situación que estaban atravesando él y su familia.
Sus palabras fueron el testimonio de los padecimientos que tuvieron que atravesar las decenas de vecinos cuyas viviendas u oficinas fueron directamente afectadas por la explosión que destruyó el edifico de Pasteur 633, causando 85 víctimas fatales y más de 300 heridos.
A continuación, se dirigió a los presentes Larry Levi, quien en representación del movimiento “Llamamiento argentinos judíos” agradeció ser invitado a hablar en la Plaza de Mayo, “lugar simbólico donde transcurre la historia de la Argentina, de las victorias y de las tragedias; y el atentado a la AMIA es una de esas tragedias donde perdieron la vida 85 personas y cientos de heridos a los cuales la realidad aún les mezquina la memoria, les impide el acceso a la verdad y les niega la justicia”. Levi afirmó que los reclamos de justicia y saber la verdad “son silenciados por los políticos amparados por la prensa cómplice y canalla, y la justicia muestra su peor cara: la de la ausencia”.
Levi reconoció que tanto el atentado a la AMIA como a la Embajada de Israel tienen la misma matriz, pero son diferentes a otros atentados efectuados en el resto del mundo. Consideró que las investigaciones efectuadas fueron “amañadas” y se debe averiguar “quiénes son los interesados para que nada se sepa”.
Además, destacó que los autores materiales son los encubridores: “Estados, servicios de inteligencia, políticos, funcionarios judiciales, todos con el apoyo de la prensa monopólica y amarilla, sin dejar de mencionar, por supuesto, y poner el acento en las organizaciones hegemónicas de la colectividad judía: Beraja, Galeano, Stiuso, Menem, Anzorreguy, Irán, Siria, Israel, Estados Unidos, DAIA, SIDE, CIA, Mpsad, Policía federal son, entre otros, parte de un turbio aquelarre que cada 18 de julio aparece para cumplir con el ritual de un falso dolor, de un falso interés por esa verdad que ellos mismos se ocupan de esconder”.
Levi consideró que estos atentados están relacionados con el tráfico de armas y ciertas situaciones geopolíticas de la época y, en nombre de su movimiento, señaló que se oponen al cierre de la causa, acusando al gobierno de Cambiemos y a la dirigencia de la DAIA de querer hacerlo mediante la instauración del juicio en ausencia.
Por último, en nombre de la Agrupación 18J, habló Hugo Leonardo Fryszberg, quien trabajaba en el segundo piso del edificio de la AMIA aquel 18 de julio de 1994. Fryszberg brindó su testimonio de cómo pudo salir de entre los escombros, de que como conocía a todo el personal debió concurrir a la Morgue del Hospital de Clínicas, primero, y a la Morgue Judicial, después, para identificar los cadáveres que eran encontrados y que estaban identificados como NN. Al día siguiente, fue enviado a prestar servicios a la cochería de la AMIA para hacerse cargo de las tareas específicas del sector.
“Este aniversario nos encuentra con un panorama político/judicial totalmente adverso. Nos referimos concretamente a la idea de realizar un juicio en ausencia, que para nosotros significa el certificado de defunción de la Causa AMIA. Reafirmamos nuestro rechazo a cualquier proyecto que pretenda, mediante la parodia de juicio, cerrar la investigación que lleve a los verdaderos responsables del atentado y su castigo”, destacó Fryszberg, y recordó que luchan diariamente en pos de la verdad que es “de todos los grupos de familiares y que gracias a ella la causa aún sigue viva”.
Finalmente, realizó un resumen de los hechos producidos durante el último año, agradeciendo en primer término que “los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense y el Servicio de Huellas Digitales Genética de la Facultad de Farmacia de la UBA identificaran a la víctima número 85”, en referencia a Augusto Daniel Jesús, hijo de María Lurdes Jesús, que también falleció por el atentado.
“A los que nos acusan de ser una agrupación de militantes políticos, les decimos que sí. Somos militantes de la vida, la verdad y la justicia. No pierdan tiempo en menospreciarnos. Si tienen dudas o quieren saber algo de nosotros, que nos contacten, los atenderemos gustosos.”
Asimismo, se mencionó la labor del GERAD encontrando pruebas sin inventariar en el Laboratorio Químico de la Policía Federal; que se vuelva a juzgar a Carlos Telleldín por el atentado a la AMIA; que en la AFI, ex SIDE se encontraron archivos con documentos que no formaron parte de la causa judicial; las nuevas pericias que evidencian la utilización de una camioneta Trafic para usarla en el atentado; la intención del gobierno nacional y sus aliados de reformar el funcionamiento del Ministerio Público Fiscal -“su efecto práctico sería intervenir la UFI AMIA hasta disolverla”-; y la limitación de la querella ordenada por el Ministerio de Justicia de la Nación.
“Pedimos a todos los involucrados en el esclarecimiento que redoblen los esfuerzos. Ya pasaron 23 años, una generación completa, una verdadera vergüenza. Estamos convencidos que un mayor compromiso de los funcionarios, tanto judiciales como del Ejecutivo, nos acercará a saber la verdad. Que sepan que como estuvimos y estamos… seguiremos de pie. Los vamos a obligar a que cumplan con sus tareas. No vamos a bajar los brazos. Hoy a 23 años, los recordamos, los sentimos, están acá, en esta Plaza, entre nosotros…son 85 almas pidiéndonos que no aflojemos, que sigamos luchando, que la verdad es la única posibilidad de descansar en paz”, concluyó.