Itongadol/AJN.- “Yo tenía una oficina a cien metros del edificio de la AMIA y escuchamos una explosión muy fuerte. Pensamos que había sido una caja de electricidad o algo así.” Esos fueron los primeros recuerdos que vinieron a la mente de David Allami, ayer, 23 años después del atentado a la AMIA que terminó con la vida de 85 personas.
Ese 18 de julio de 1994 le tomaron una foto que quedaría para siempre como un símbolo de la tragedia. David, entre los escombros, con una mirada de dolor.
“Un amigo que estaba en la oficina me dijo: ‘Voló la AMIA’. Yo dije, ‘¡qué raro! ¿Por qué la AMIA?’, y sentí que fue como una profecía cuando él me dijo. ‘Vamos a ayudar’. Yo soy licenciado en Educación, estudié primeros auxilios. Siento que por lo menos pude hacer algo. Fueron imágenes muy difíciles. Me costó sacármelas de la cabeza. Durante mucho tiempo no pude dormir. Es muy duro”, expresó en un diálogo que mantuvo ayer con AJN en la puerta de Pasteur 633.
“Cuando llegué a la AMIA, cinco o seis minutos después de la explosión, estaba todo en ruinas, lleno de escombros. Teníamos mucho miedo de que hubiera derrumbes. Sacamos primero a los que estaban con una mano o un pie enganchado y que no podían moverse. Hasta que me echaron, me quedé todo el día ahí ayudando. Luego, el cuerpo de bomberos pidió que llegara gente profesional en el tema.”
Consultado por AJN sobre si recordaba en qué circunstancias le habían tomado la fotografía, Allami detalló: “Al lado de la AMIA estaba el almacén de Moisés Lapid. En ese momento yo escuché un ruido, un grito, entonces bajé y me sacaron la foto en ese momento, cuando escuché ese ruido. Fui al almacén, que estaba todo en ruinas, me fijé si había alguien atrapado y ahí lo vi a Moisés que salía del baño con un golpe tremendo en la frente”.
En cuanto a sus reflexiones después de tantos años sin justicia, Allami destacó: “Nosotros tenemos que mantener la memoria. Mostrarles a nuestros hijos que el mundo está así, que hay gente que puede matar por intereses propios. Hay que explicarles a nuestros hijos y nietos que la vida es difícil y dura. Hay que mostrarle al mundo entero que con terrorismo nunca se llega a nada. Mucha gente pasó una Shoá y salió adelante. Armaron comunidades, comercios, construyeron sinagogas. Hay que mantener el recuerdo, porque esto te ayuda a afrontar la realidad y salir adelante”.
“Ojalá llegue a haber justicia. Con la memoria nosotros empujamos a que algún día haya justicia. Yo sé lo que es perder un ser querido. Es muy duro y muy feo. Pero hay que salir adelante, vivir el presente. Y mantener la memoria es una obligación, que da fuerza para salir adelante. Nos quieren eliminar. Hay mucha gente que nos odia, pero nosotros tenemos nuestro orgullo personal. El pueblo de Israel siempre estuvo, va a existir y Hashem nos va a iluminar.”
Una vez finalizada la entrevista, AJN le tomó una nueva fotografía. A 23 años del atentado, la comunidad judía está más viva que nunca. Pero siempre con el pedido firme de terminar con la impunidad.