Itongadol.- En el día de ayer, el gobierno israelí dio marcha atrás con la decisión asumida en 2016 que habilitaba un sector igualitario del Kotel donde hombres y mujeres pudieran rezar juntos.
Esta decisión, inadmisible para todos los que creemos en la diversidad y el pluralismo como valores intrínsecos del pueblo judío, genera rispideces e incomodidad en la relación del Estado de Israel con la diáspora.
No podemos admitir que se considere al kotel propiedad exclusiva de algunas corrientes siendo que pertenece al judaísmo en su conjunto, su variedad y su pluralidad.
A la luz de estos hechos, toma mayor relevancia el Bat Mitzva colectivo realizado por el movimiento reformista el 18 de mayo de este año en el sector igualitario del kotel. En esa oportunidad, un grupo de mujeres de comunidades reformistas de América Latina, incluyendo a Miriam Olchansky y Susy Perelman de Fundación Judaica, leyeron la torá acompañadas por casi 500 líderes comunitarios de más de 30 países.
Nuestra historia nos enseña, con incontables ejemplos, a encontrar los puntos que nos acercan y que nos ayudan a construir comunidad en el sentido más amplio de la palabra.
Con el respeto que corresponde, pedimos se reconsidere esta decisión que solo contribuye a separar y segregar dejando en manos de unos pocos lo que, por derecho, historia y tradición nos pertenece a todos.