Inicio NOTICIAS Nisman/Aniversario. Ante la tumba, gestos de agradecimiento

Nisman/Aniversario. Ante la tumba, gestos de agradecimiento

Por
0 Comentarios

 Itongadol.- Hombre, que caminaba a paso lento por los caminos del Cementerio Israelita de La Tablada junto a sus dos hijas, se detuvo frente a una tumba que no pertenecía a ningún familiar ni amigo suyo. Por un instante, el silencio interrumpió la conversación que venían teniendo y dominó la escena. El señor leyó el nombre tallado en la lápida de granito y reparó en la diminuta foto del difunto. Luego tomó una piedra del recipiente más cercano y la acomodó en la pequeña montaña de rocas que cubre parte de la tumba. Nunca lo conoció, pero hace casi dos años que siente la necesidad de transmitirle sus respetos cada vez que visita el lugar. Debajo de esa pila de piedras yace enterrado el cuerpo de Alberto Nisman.

 
Ubicado a pocos metros del monumento a las víctimas del atentado a la Embajada de Israel y al del ataque a la AMIA, la lápida del fiscal se convirtió en una parada obligada para muchos miembros de la comunidad judía que deciden rendirle homenaje del mismo modo que lo hacen con sus seres queridos. Algunos, incluso, hablan de "agradecimiento".
 
"Es una manera de agradecerle por lo que hizo por la comunidad. Es común que la gente venga a dejar piedras", contó a LA NACION una de las jóvenes. "Nosotros vinimos a ver a un familiar, pero cada vez que pasamos por acá le dejamos este reconocimiento", agregó su padre.
 
Según la tradición judía, se deben dejar piedras sobre las lápidas de familiares o seres queridos. A diferencia de las flores, frecuentes en las prácticas cristianas, las piedras de recordación representan un homenaje duradero, eterno. También demuestran que el recuerdo de la persona se mantiene vivo y la acumulación indica que el lugar fue asiduamente visitado. Esa costumbre está explicada en varios carteles distribuidos por el cementerio.
 
"Las piedras no se marchitan ni se desintegran", dijo la joven, que señaló las pocas flores marchitas que también fueron depositadas sobre la tumba del fiscal.
 
Los empleados del cementerio relataron a este diario que esa nueva práctica ya es tomada como algo cotidiano. Una muestra de ello es que la lápida del fiscal llama la atención por la cantidad de piedras que acumuló en estos dos años, y que contrasta con el resto de las tumbas.
 
Durante los primeros meses después de su muerte había gente que no era de la comunidad y que igualmente iba al cementerio. El 18 de enero de 2016, cuando se cumplió un año, la concurrencia fue intensa y esperan lo mismo para este miércoles. Otro dato: aseguran haber visto varias veces a la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, pararse frente a la lápida.
 
Carla entró al cementerio como lo hace en cada aniversario de la muerte de su padre. Hace seis años que repite la costumbre. Esta vez decidió ir a visitar primero la tumba de sus abuelos "porque es lo que hubiera hecho él". Tras recorrer el predio por un par de horas y dibujar corazones con las piedras sobre las lápidas de sus familiares pasó frente a la foto de Nisman. Al igual que el hombre que estaba con su familia, Carla -nombre ficticio, pues pidió preservar su identidad- frenó y cruzó los brazos. No sabía que el fiscal estaba enterrado allí. Después de estar casi un minuto parada frente a la lápida, se acercó un poco más y posó su mano sobre el granito.
 
Cuando se dio media vuelta, ella lagrimeaba. "Es la impotencia", se quejó con bronca. "Claramente lo que estaba investigando era muy fuerte y por eso lo mandaron a matar. Porque él no se suicidó, lo mataron. Por eso está acá". Para la mujer, es un mensaje que el cuerpo del fiscal esté enterrado en ese sector porque, según la tradición, los que se quitan la vida deberían tener su última morada junto a un paredón. Suicidarse contradice la ley judía.
 
"No me puedo imaginar qué sienten las hijas de Nisman (Iara y Kala). Él les dejó un legado muy grande porque dio su vida por esto. Lo mejor que se puede hacer para honrarlo es seguir con la investigación y ver qué pasó de verdad", remarcó Carla.
 
En línea con las costumbres, la mujer se lavó las manos en una pileta cercana y enfiló para la salida. Detrás de ella quedó la pila de piedras -ahora con una más- que ya casi tapan una placa instalada el 18 de diciembre de 2015 y que, en un breve texto, menciona la "valentía" del fiscal. Ese mensaje es de sus hijas.

 

 

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más