Itongadol.- “Llegué en marzo y decidí que los primeros seis meses teníamos que trabajar hacia adentro, para reorganizar la institución a nivel local -no sólo en Buenos Aires, sino también en Montevideo y otros lugares- y preparar al equipo para enfrentar los nuevos desafíos que íbamos a tener”, afirmó Gustavo Rochman en esta entrevista de balance anual con Iton Gadol.
“Queremos invitar a todas las instituciones a venir, a sentarnos juntos para crear proyectos, pensar y hacer cosas”, propuso Gustavo Rochman, director para el Cono Sur de la Agencia Judía para Israel, en la siguiente entrevista de balance anual con Iton Gadol.
-Se terminó un año importante para las instituciones y fundamentalmente para la Agencia Judía. ¿Cómo finalizó el 2016?
-Terminamos un año muy activo. Yo llegué en marzo de 2016 y decidí que los primeros seis meses teníamos que trabajar hacia adentro para reorganizar la institución a nivel local, no sólo en Buenos Aires, sino también en Montevideo y en otros lugares, y preparar al equipo para enfrentar los nuevos desafíos que íbamos a tener. Después de llegar a un punto en el que nos sentíamos cómodos a nivel interno y con la sincronización del equipo de trabajo, pudimos empezar a salir afuera para enfrentar nuevos desafíos.
-No se dio solamente en la Argentina, sino que esta renovación se dio simultáneamente en distintos países de la región.
-Sí, más que nada es una reestructuración en cuanto a gente que trabaja en el tema de aliá. Tuvimos recortes, tuvimos que reorganizar todo nuestro sistema, quedando con menos gente, pero con un sistema global en el que, por medio de la tecnología, se hace contacto directo con Israel.
-¿En qué repercute el trabajo del 2016 al usuario de la Agencia Judía?
-Estamos hablando de un sistema global que funciona igual en todo el mundo, en el que la persona que quiera hacer aliá, tiene un primer contacto directo con Israel, donde recibe información básica y las indicaciones sobre qué formularios hay que llenar y dónde enviar todos los documentos. Después de ahí nos encargamos a nivel local de hacer las entrevistas. Una vez realizada la entrevista, en Israel tienen que certificar la elegibilidad para aplicar la ley del retorno y después se llega a la parte más técnica, el tema de la visa y el pasaje.
-¿Este proceso es amigable?
-Es un proceso al que hay que acostumbrarse. Puede ser que para gente más joven o adepta a la tecnología, sea más fácil, pero es un sistema instalado a nivel mundial. Estamos hablando de que la persona que hace todo el proceso en forma simultánea y sin ningún problema en el camino puede, en un lapso de dos o tres meses, hacer aliá, cuando años anteriores se tardaba entre seis y ocho meses.
-Se vio, a diferencia de años anteriores, una Agencia Judía muy activa y con mucha visibilidad de distintos proyectos. ¿Esto también tiene que ver con una tarea que han hecho últimamente?
-Eso tiene que ver con un análisis que hicimos que nos permitió ver cuáles eran los aspectos a mejorar. La mayoría de los proyectos son desde siempre de la Agencia Judía pero nadie lo sabía. Si nosotros estamos haciendo pero no lo estamos vendiendo, nadie sabe y es una lástima porque hay proyectos muy buenos y parte de esos, la gente no sabe que son de la Agencia Judía. Entonces, la manera de posicionarnos nuevamente en el mercado, en la kehilá, es trabajar no solamente de forma profesional, transparente y lo más correcta posible, sino también mostrar cuáles son nuestros proyectos y dónde estamos haciendo hincapié. Se vio que ahora estamos muy activos y para eso teníamos que preparar al equipo. Estamos saliendo afuera, no sólo mostrando, sino también buscando nuevos desafíos.
-¿Está conforme con la tarea de este primer año?
-Estoy conforme porque se hizo mucho. Yo llegué en una etapa difícil, me encontré con una situación que requirió una reorganización para después empezar a salir hacia afuera. Hay mucho para hacer en todos los ámbitos.
-¿Hay un desafío fundamental para el 2017?
-Entendimos que la forma de poder desarrollar con éxito distintos proyectos es asociándonos con instituciones locales. Para eso queremos invitar a todas las instituciones a venir, a sentarnos juntos para crear proyectos, pensar y hacer cosas. Me parece que, hoy por hoy, estamos en una situación a nivel equipo donde estamos preparados para enfrentar ese desafío. Siempre hay cosas buenas e interesantes que realmente suman a nuestra misión.
-¿Qué se piensa en Israel respecto a la diáspora y a la tarea que debe hacer cada sheliaj, cada director en su caso? Se están notando grandes cambios y usted y la Agencia Judía son grandes protagonistas de esto. ¿Qué nos puede contar de la usina de ideas en Israel, su origen, su importancia?
-Es bastante claro que es algo que nace desde arriba. Tanto a nivel de la memshalá (Gobierno), por medio de los ministerios de Diáspora, de Educación y de Klitá (Absorción). Junto con la Agencia Judía se dan cuenta de que la mejor forma de reforzar el lazo, mantener la identidad y fomentar la aliá es creando el puente por donde pasa esta gran cantidad de gente, más que nada jóvenes, de un lado a otro. Es muy importante, primero que en Israel se eduquen generaciones que se puedan conectar con su identidad israelí y judía, y al mismo tiempo entablen un contacto fluido con las kehilot en la diáspora. Y segundo, ayudar a que los jóvenes en la diáspora tengan un lazo prácticamente irrompible con Israel y que puedan reforzar su identidad judía. Esa ida y vuelta es lo que permite seguir siendo un pueblo global y unido.
-¿Usted, desde adentro, llega a ver que se está llevando a cabo lo que dice?
-Totalmente. Yo siempre comparo con lo que pasaba acá hace 20 años cuando hice aliá. Ahora hay gente que por ahí está viajando dos o tres veces al año a Israel, no por trabajo, sino por esta cuestión del ida y vuelta. En mi época esto no se pensaba, era muy difícil. Este año también vinieron tres delegaciones para fomentar la aliá. O sea que hay un tráfico constante entre América Latina e Israel que es destacable.
-Si usted pudiese hablarle a un joven judío que no registra esta opción porque no está interiorizado, ¿cuál es su mensaje para él?
-El mensaje es práctico, tiene que ser que cada uno de nosotros, en su lugar y a su momento, tiene que ver a Israel como una opción. No sólo porque es una opción interesante, sino también porque es un derecho que uno tiene que analizar y ver si realmente está en el momento adecuado para tomar esa decisión o no. Es totalmente legítimo y seguimos trabajando para que esa relación exista y a partir del momento en que la persona está preparada para analizarlo, nosotros estamos para ayudarla. Vemos a la Agencia Judía como una institución israelí que tiene una obligación moral y ética de trabajar con todos, y que no tenemos el privilegio de decidir con quién trabajar. Nuestras puertas van a estar siempre abiertas para llevar nuestro mensaje y traer siempre a Israel al centro del discurso.