Itongadol/AJN.- Después de tres meses de receso, esta mañana se inició el nuevo período de sesiones – el de invierno – en la Knesset, con grandes temas pendientes. Entre los más destacados: el futuro del asentamiento Amona, el de la Corporación de Radiodifusión y el Presupuesto Nacional. El gobierno conserva su mayoría, pero este período promete grandes enfrentamientos, también internos.
Con el inicio del nuevo período parlamentario también comenzó la cuenta regresiva para la aprobación del Presupuesto Nacional Bianual, antes de fin de año. Otra fecha límite es la establecida por la Corte Suprema de Justicia para la demolición del asentamiento de Amona, está prevista para el 25 de diciembre.
La inminente evacuación de Amona plantea un dilema político para la que se considera la coalición más de derecha en la historia de Israel, con el partido Habait Haiehudi y la mayoría de los miembros del Likud gobernante que prometieron bloquear la destrucción de las viviendas construidas hace 20 – según el dictamen del tribunal en 2014 – en tierra palestina privada.
El partido Habait Haiehudi intentó resolver el conflicto con una nueva ley que estableciera compensaciones a los dueños de las tierras, que el fiscal general consideró “inconstitucional”. Tras la intervención del primer ministro Netanyahu, los líderes de los partidos que integran la coalición acordaron postergar la votación por una semana. Con la mayoría de los miembros de su propio partido a favor de esta ley impugnada y sin apoyo a los planes alternativos de reubicar Amona, no queda claro cómo Netanyahu logrará destrabar el conflicto.
Otro tema candente es el de la Corporación de Radiodifusión Pública, que supuestamente reemplazaría a la actual Autoridad de Radiodifusión, por decisión del propio Netanyahu y su gobierno. Tras haber invertido cientos de miles de shekels en el nuevo proyecto, y después que el primer ministro personalmente nombrara a los directivos de la nueva corporación, ahora surgen los argumentos de que el presupuesto necesario es excesivo y que la nueva entidad está saturada de “gente de izquierda”, que no representa a la sociedad israelí.
Al mismo tiempo surgieron las acusaciones de los más diversos sectores de la sociedad – de derecha e izquierda – en el sentido de que el primer ministro Netanyahu desea “matar a la Corporación antes de su nacimiento” para poder controlar los contenidos que este nuevo grupo de medios de comunicación transmitirá.
Los partidos Habait Haiehudi, Kulanu y el ultraortodoxo Shas están en contra de la medida, como así también el ex ministro de Comunicaciones, Guilad Erdan, del partido Likud. Esta votación también fue suspendida en el seno del gobierno, debido a que el ministro de Finanzas – Moshe Kahlon, líder del Partido Kulanu – no se presentó, en virtud de sus disidencias con Netanyahu.
Pero es probable que Kahlon necesite a Netanyahu de su lado para poder aprobar el Presupuesto Nacional y su proyecto de imponer impuestos a la tercera propiedad, que también ha generado controversia.
El futuro de la estabilidad de este gobierno parece depender de la posibilidad de que se negocien a nivel interno – con concesiones y compromisos – estos álgidos y por momentos contradictorios temas, considerados fundamentales por cada uno de los partidos que integran la coalición.