Itongadol/AJN.- Luego de que más de 50 mil personas participaran del RoshHashana Urbano 2016 en la Plaza Uruguay (Recoleta) -para celebrar la llegada del año 5777 en una jornada colmada de música, reflexión, humor, propuestas gastronómicas y actividades recreativas-, el presidente de Limud BA, Fernando Rubin, afirmó a la Agencia AJN: “Si hay voluntarios y dirigentes con pasión y proyectos convocantes, la gente los sigue”.
Una vez más, la ciudad de Buenos Aires vibró con un evento que ya es un clásico, que fue el Rosh Hashaná Urbano ¿Qué pasó este año con el Rosh Hashaná?
Se consolida un evento de la comunidad judía que es muy integrador, que la ciudad lo toma ya como un evento propio y es una muestra de que cuando espacios judíos se muestran abiertos a la comunidad se acorta el antisemitismo. Hay mucha gente que quiere conocer la historia del pueblo, la costumbre del pueblo. La mitad de la gente que va es no-judía. El 66 por ciento de los judíos que van, son no institucionalizados. Ahora, de esos dos tercios, alguno fue miembro de alguna institución seguramente, pero ahora no lo son. Para mucha gente hoy ser miembro de una institución es costoso, porque hay que pagar, porque tenés que comprometerte con una afiliación donde hay plata de por medio. A la gente hoy le cuesta ese compromiso. Hay gente que tiene múltiples espacios de pertenencia.
¿Suplanta a una cuestión institucional, el fin de semana?
No, es como una puerta de entrada, más accesible para el que está alejado de la institución, porque dice ‘a ver, yo no quiero una institución, me da miedo, tengo que comprometerme con la guita, lo tengo que pagar. Si soy de una institución tengo que tener los valores de esta institución, y si no quiero jugarme con eso estoy más alejado del judaísmo, tengo un matrimonio mixto, quiero ir a algo que me sea más cercano y que todavía no me compromete tanto, pero que tengo ganas de hacer algo’. Es una puerta de entrada.
Eso es lo que esperan…
Yo lo que veo es que cada vez más gente viene, cada vez más gente quiere ser, se acerca a ser voluntaria y quiere participar de la movida y es una puerta de introducción para después en todo caso decir ‘me meto en esto, conozco un poco’. Hay que pensar que en un lugar tenés a Eduardo Levy Yeyati hablando del futuro del trabajo, tenés a Kef tocando noah, tenés una banda desconocida que ganó con un concurso de bandas de chicos de Rosario, tenés a gente vendiendo libros escrito por escritores judíos y tenés a Tzvi Grunblatt leyendo textos judaicos. Había un Limud Textual, un espacio donde se estudiaban textos. Tenías a Roberto Moldavsky, Levy Yeyayi, Santiago Bilinkis, hablando a una tribuna en donde capaz cabían 2 mil personas. Simultáneamente tenías en Limud Textual a Alejandro Avruj, Tzvi Grunblatt, y otros, Diana Sperling, estudiando textos, algo mucho más profundo. Simultáneamente 40 stands de arte judío, de comida judía, hasta tenías los foodtrack, tenías un foodtrack de Schuster con comida kosher. Simultáneamente tenías bandas de música, simultáneamente tenías un cine donde se pasaban películas israelíes y de temática judía, simultáneamente tenías para chicos, simultáneamente tenías a la mitad que no eran judíos y decían “a ver qué es esto” y simultáneamente tenías a religiosos poniéndose el tefilín.
Entonces, para el que se aproxima a algo así, es más fácil, es más cercano, es más inclusivo, es una puerta de entrada a los judíos.
¿Cuánta gente hay detrás de bambalinas que no se ve?
Ese día éramos 150 voluntarios, los permanentes son entre 8 y 100, de los cuales hay 50/60 que están todo el tiempo con las comisiones y los equipos de proyectos.
Obviamente fue muy intenso, fue un año más difícil que otros porque solamente teníamos dos profesionales y uno era part time y se nos fueron en junio. Fue un proyecto todo manejado con voluntarios, entonces hubo mucha carga en ellos. Fue un año muy intenso.
Usó la palabra antisemitismo, claramente esto se convierte en una respuesta a lo que fue Bariloche
Uno generalmente, ¿con qué tiene prejuicios? Con lo que no conocés, no terminas de valorar ni de aprender y sentís prejuicios. Tenés miedo, prejuicios y estereotipos. Por eso para mí, y para todos los que estamos en Limud, es importante mostrar, no aislarse, desplegarse.
Podrían hacerlo a puertas cerradas y decidieron hacerlo al aire libre
Sí, también es el tema de seguridad, en este momento, con Bariloche, con lo que pasa en el mundo, uno podría decir “no” y sería una fiesta excluyente. Lo que veo que termina siendo una propuesta muy atractiva para toda la gente, judíos y no judíos, judíos alejados especialmente, y eso tiene un valor muy fuerte porque es uno de los pocos espacios que incluye a los judíos alejados.
¿Qué pasa con la gente y este fenómeno?
Tenés el caso de un contador judío, pero se casó con una mujer no judía, sus hijos tienen novias no judías y había dejado de hacer la cena de Rosh Hashaná también. Ya ni siquiera tenía el evento de la cena anual y viene a hacer el festejo de Rosh Hashaná, lo hace con la familia, todo el Rosh Hashaná Urbano.
Ahí ¿lo que falla es el templo?
No, lo que pasa es que las instituciones no son para todos, lo que no hay, justamente, es propuestas para todos. Esto lo que hace es terminar de dar una propuesta que para alguna gente siente que las propuestas que hay no son para ellos. Y esto puede ser una puerta de entrada, después, para esas instituciones. Es como el vino: podés empezar con el vino blanco, después si no te gusta empezás con el vino tinto. Esto es un espacio donde no terminás profundizando del todo, es un día en el año, no es lo mismo que ponerte a hacer un grupo de estudio de judaísmo o de historia judía o de algo todo el año. Acá hay muchas instituciones que te brindan eso, pero para mucha gente que está alejada de lo judío, una institución judía con lo que implica, capaz que le da temor.
¿Cuánta gente está institucionalizada, 40.000 personas?
Dicen que hay 200 mil judíos, seguramente hay más, algunos mixtos que dicen que se sienten pero más o menos se habla de 200 mil. Entonces, un evento como este, donde pasan 50.000 o 40.000, obviamente que la mitad son no judíos, es muy fuerte. Yo creo que hay mucha gente que dice ‘bueno, no voy a una institución, todo el año, pero este evento me convoca, el Día Limud me convoca’. Tengo la página en Facebook, 4700 me gusta, mucha interacción y vos ves los apellidos de la gente. En el Facebook de Limud, no son todos judíos, y eso es una parte importante que Limud ocupa y que no ocupa otros espacios. Lo que hace es complementar al otro, porque si te vas acercando, capaz que después decís ‘bueno, conozco más de los judíos, quiero profundizar. Ahí sí entro en una institución todo el año’.
¿Qué lectura hace respecto a la historia de las instituciones judías en el país y este fenómeno que irrumpe para quedarse y cada vez crece más?
Tenés otras instituciones que yo veo colmadas de gente, tenés Amijai, tenés Lamroth Hakol, tenés colegios, tenés Tarbut, que acaba de abrir un edificio nuevo y ya tiene gente. Cuando vos ves que hay voluntarios y dirigentes, tanto profesionales como voluntarios, con pasión y proyectos convocantes, la gente los sigue. Cuando son proyectos convocantes con valores y con pasión, vos ves que hay un montón de proyectos vibrantes. La comunidad son los proyectos que hay de muchas agrupaciones de gente que pueden ser templos, clubes, que hacen proyectos y la gente los sigue.
Siempre hubo instituciones en la comunidad judía, pero pasa que tal vez en una época, Buenos Aires especialmente, era como un lugar donde se exportaban modelos al resto del mundo, también la literatura judía, libros, modelos organizacionales y después tal vez, eso se dejó. Limud es un modelo organizacional nuevo en Latinoamérica que empezó en Buenos Aires y se está expandiendo. Empezó en Londres, pero bueno, en Latinoamérica empezó en Buenos Aires. Y nosotros le estamos dando un sesgo distinto, porque el único lugar del mundo donde Limud hace un Urbano es acá.
¿El año calendario de Limud en qué consiste hoy?
Tenemos estos dos eventos muy grandes, el Día Limud es el formato más tradicional en el mundo de Limud en distintas ciudades del mundo, es una jornada donde tenés cada hora, hora y media, 12 charlas simultaneas, durante todo el día, entonces vos tenés que elegir a qué charla vas.
Esa es la famosa del domingo, no la Express
Vos tenes Limud Express, que en este caso también la hicimos en el Urbano, había un espacio de Limud Express, pero al final no lo vamos a hacer este año porque lo vamos a hacer el año que viene, que seguramente hagamos Limud Express.
Limud tiene actividades para los voluntarios, pensá que es una comunidad de miembros de Limud compuesta por mucha gente, más grande que un kibutz. Pensá que tenés más de 500 disertantes, 150 voluntarios, 80 donantes, estás hablando de casi mil personas. Entonces nosotros empezamos a hacer actividades para los voluntarios de Limud que empezaron en las casas. Ahora va a venir el presidente de la Universidad Hebrea de Haifa, va a dar una charla a los voluntarios y tenemos alianza con distintas instituciones.
Entonces, cuando pregunté qué hay detrás de bambalinas, había más que los 150 voluntarios, para el evento en sí, pero hoy lo que es Limud tiene una masa de gente importante.
Por eso digo, como mínimo tenés más de 500 disertantes que pasaron. Cuando un disertante pasa, da la charla y se sienta a escuchar al otro, esto es lo que tiene Limud de interesante: sabios que aprenden, el alumno en un momento es alumno y en otro maestro y el maestro es maestro y después es alumno. Hay más de 500 disertantes que pasaron por Limud, tenés 150 voluntarios, que son como 800 personas y familias, entonces ahí tenés un universo de personas que son los que armamos las actividades para los demás que vienen.
¿No hay Limud Express el año que viene?
Sí, hay. Este año el Express lo pusimos en el Urbano. Por eso tenías a Roberto Moldavsky con 2 mil personas y a Bilinkis con 500. En los otros Limud Express que hicimos en la Amijai vinieron 400, 500, 600, acá lo tenías al aire libre al Limud Express. Lo hicimos dentro del Urbano y le gente responde, no es que hacés solamente un festival donde la gente va a comer. La gente va a escuchar cultura, charlar, y ver masivamente, no es que van a haber 50 personas.
O sea que el año que viene está el Día Limud Central, el Limud Express y el Urbano…
El Limud Express es muy probable que el año que viene lo hagamos dentro de la noche de los museos de la ciudad, ya lo tenemos pactado. Lo vamos a preparar con tiempo, para hacerlo el año que viene y dentro también de un ciclo de charlas de la ciudad. Eso está bueno también de integrarnos con la ciudad y de mostrar el judaísmo a todo el mundo que quiera acceder. Eso es lo que tiene de interesante la propuesta de Limud, que es judaísmo pero para todos, no solamente para los judíos.
El año que viene tenemos eso y, después, mucho trabajo con voluntarios, porque esta es una organización que se sostiene con el voluntariado. También nosotros tenemos nuestros espacios de estudio para nosotros y eso será un proyecto el año que viene. Los proyectos que tenemos armados de eventos en general, van a estar estos tres eventos, puede ser que a veces haya uno más, después va a haber muchos eventos para los voluntarios, los donantes y los disertantes. Los disertantes son voluntarios también, porque disertan sin cobrar. Cuando hacemos un evento para nosotros, es un evento para la comunidad que arma todos los eventos, que son muchos, los disertantes, donantes, voluntarios. Eso empieza a ser el futuro de Limud. Si estás hablando sólo de la gente que está produciendo estos eventos, somos un montón.
¿Ya están en el futuro o el futuro es otra cosa?
Creo que ya empezamos, ahora tenemos que profundizarlo. Pero creo que sí, que se va a generar un movimiento con una comunidad de gente que pertenece a Limud con distintos roles, vamos a tener nuestros espacios de estudio, de judaísmo y, simultáneamente, vamos a incubar proyectos, como una incubadora de eventos comunitarios que vayan con los valores de Limud, que es de diversidad y de apertura, siempre estudiando temas judaicos.
¿Trajo algunos ruidos importantes este evento en lo comunitario?
Si hubo ruido, ni me enteré.
Entonces, no hubo
No, vos veías a todos, estaba Ariel Cohen Sabban, por ejemplo. De los dirigentes comunitarios yo me crucé a un montón. Es como un espacio en el que justamente todos se sienten incluidos, porque están todos disfrutando el día.
Para aquellos que no son parte todavía de estas opciones anuales multitudinarias, que todavía no se acercaron, ¿qué falta o quiénes faltan?
Yo creo que a medida de que vaya creciendo cada año, cuando vos hacés algo persistentemente, bien hecho, con calidad, cada vez se acerca más gente. Creo que van a venir más los judíos no institucionalizados y lo que creo es que el crecimiento del Limud va a hacer es que seguramente vamos a organizar más eventos, no ahora, porque cada evento es un esfuerzo de voluntariado terrible, porque nosotros lo hacemos nosotros los eventos, y toda la gente voluntaria labura de otra cosa. Entonces acá no es que está organizado, tenemos dos profesionales, pero para estos eventos tan grandes, justamente el Urbano y el día Limud son enormes. El futuro de esto es actividades muy fuertes para toda la comunidad de voluntarios que organizamos las festividades.
La gente tiene pedidos, exigencias, necesidades, ¿qué pasa con la gente?
La gente a veces pide que hagamos el Pesaj Urbano. Hay otra gente que también nos pide hacer grupo de estudio, alguna gente que no va al templo y dice “por qué no organizan los shabats”, y también empiezan a haber pedidos de los propios voluntarios, que son muchos, casi mil. Esto no es una institución común, porque, digamos, no es que nosotros decimos “bueno, qué quieren los consumidores” y entonces se los damos. Si la gente quiere algo tiene que entrar y producirlo, a vos se te ocurre hacer algo y decís “por qué no incubamos un proyecto así, con los valores de Limud, periodismo multi-algo, lo que sea”. Venís y vos sos el líder y sos voluntario, ocúpate, nosotros, si va con los valores de Limud, tenemos tiempo, todo. Acá la propuesta no es Institución-cliente/consumidor. Acá los proyectos que pueden crecer en Limud están limitados no solamente por el tema económico, sino por la capacidad de los voluntarios de producirlo. Producimos eventos y, simultáneamente, estudiamos nosotros, los que producimos los eventos. Yo creo que el futuro de Limud está más puesto en sostener estos eventos grandes que tenemos, ir viendo que otros proyectos vamos a tener, pero sostener mucho el voluntariado. Hacer actividades en donde también los voluntarios disfrutemos nuestro propio espacio de estudio.
Con tantos espacios mixtos, no resultaría raro que alguien diga que falta una sinagoga.
Lo que pasa es que muchos de nosotros vamos a sinagogas. Justamente lo que te ofrece Limud es la diversidad de puntos de vistas que hay dentro de los judíos. Nosotros no podríamos casarnos con uno. Si hacemos una sinagoga, ¿qué orientación tenemos? Nosotros abarcamos todo el abanico, no vamos a tener una orientación. Esa es la filosofía, por eso caben todos en un mismo lugar. Eso es lo hermoso: tener todas las corrientes compartiendo algo juntas.
¿Qué análisis hace hoy de la comunidad judía argentina?
En la comunidad judía argentina hay dos poblaciones: la institucionalizada y la que no. Y la que no está institucionalizada no tiene muchas propuestas que lo incluyan. El judaísmo yo creo que tiene que ir a modificar para incluir a la gente que no se siente incluida, porque las propuestas de las instituciones tal vez los intimidan o los cierran o los obligan a encerrarse en una institución sólo religiosa. Un matrimonio mixto no sería incluido. No es que no haya en instituciones, pero tal vez falta el programa que atraiga a mucha gente.
No pensaron en repetir esto un par de veces al año, por qué quizás a esa gente un solo evento no le alcanza.
Sí, lo pensamos. Lo que pasa es que como el modelo de Limud también es basado en voluntarios, tendríamos que profesionalizarnos mucho más todavía. Y ahí tenemos que ir construyéndolo, porque ya fuimos avanzando. De ser un evento de un día al año de estudio, también tomamos el Urbano y el Limud Express. Creo que eso es lo que va a ocurrir con los voluntarios. Si vos sos alguien que no quiere ir a una institución típica, clásica, judía. Podés decir ‘voy a Limud y soy voluntario en Limud, y en Limud organizo eventos para otros, pero también tengo mi espacio de estudio durante el año’. ‘Voy cuando quiero y cuando no quiero, no voy. No tengo que estar pagando cuotas’. Seguramente eso es lo que va a empezar a ocurrir, que mucha gente que se siente afuera, va a entrar como voluntario, como miembro.
¿Cómo funciona el voluntariado en estas distintas actividades simultáneas?
Estamos todos comunicados en un Facebook de voluntarios, cada comisión tiene su grupo de WhatsApp. Hacemos dos plenarios anuales, para evaluar lo que hicimos y lo que vamos a hacer. Limud tiene siete comisiones y tiene un grupo gestor, que es el grupo que inició todo.