AJN.- Con la presencia de 5.000 personas, todo el gobierno de Israel, el presidente de Estados Unidos Barack Obama, el de la Autoridad Palestina, Abu Mazen y representantes de 70 países del mundo, se lleva cabo en Jerusalem el funeral del ex presidente de Israel, Shimon Peres. El primer discurso fue dirigido por el actual presidente, Reuven Rivlin.
Al comenzar la ceremonia de los obituarios, junto al féretro de Shimon Peres, el presidente Reuven Rivlin dijo: “Te hablo por última vez, Shimon. De presidente a presidente, como solías decir cada vez que llamabas para darme apoyo o un buen consejo. Hablo y mis ojos te buscan, nuestro amado hermano, nuestro hermano mayor, y no estás. Te unes con tus antepasados hoy en la tierra que tanto amaste, pero no se terminan tus sueños, no se entierran tus convicciones. Fuiste un solo hombre, que llevó una nación completa sobre las alas de la quimera, de la visión”.
“No sólo fuiste un visionario, sino también un hombre de acción. Tuve el privilegio de verte, maravillado, como socio en la construcción del Estado de Israel, desde la base. Para nosotros, el Estado de Israel nunca será algo obvio. Pero en gran parte gracias a Shimon Peres, para nuestros hijos e hijas, para nuestros amigos – y también para nuestros enemigos – el Estado de Israel es un hecho indiscutible”, señaló Rivlin.
“Shimon querido: fuiste el único en la historia de Israel que sirvió en los tres roles de mayor rango, como canciller, ministro de Defensa y ministro de Finanzas. Eres el único que fue primer ministro y presidente. No es exagerado decir que, más que el hecho de que fuiste bendecido con la posibilidad de ser el presidente de esta maravillosa nación, esta nación recibió la bendición de haberte tenido como presidente. En todo ello fuiste para nosotros la mente, pero – por sobre todas las cosas – el corazón. Un corazón que amaba a su país, su tierra y su pueblo”, continuó Rivlin.
Por último, el presidente Reuven Rivlin señaló: “Hoy es un día triste. El camino de tus sueños que comenzó en Polonia, llega hoy a su fin aquí en Jerusalem nuestra capital, también ella un sueño hecho realidad. Tu muerte es una tremenda pérdida personal y nacional. Y es el fin de una era, la era de los gignates, cuya historia de vida es la