Itongadol (Por Zvika Klein/The Jerusalem Post).- Si hay algo que se recordará de las 39as elecciones al Congreso Sionista Mundial (CSM) es la afluencia de influencers en redes sociales a muchas de las 21 listas contendientes. El cambio no solo es notable, es transformador.
El CSM, fundado por Theodor Herzl en 1897, funciona como el órgano democrático de la Organización Sionista Mundial (OSM) y a menudo se lo conoce como el «parlamento del pueblo judío».
Cada cinco años, el CSM determina el liderazgo y las asignaciones de fondos para instituciones sionistas clave, incluidas la Agencia Judía para Israel, el Keren Kayemet LeIsrael y el Keren Hayesod. Les proporciona a los judíos de todo el mundo una plataforma para influir en las políticas sobre temas como el sionismo, la educación judía, el pluralismo religioso y el desarrollo de la comunidad judía global.
Tomemos como ejemplo la lista de Aish Ha’am, liderada por instituciones de Aish HaTorá. Entre sus candidatos: Lizzy Savetsky, una activista pro israelí conocida por su firme postura contra el antisemitismo; Jamie Geller, la «Reina del Kosher», una famosa chef convertida en magnate de los medios judíos; Melinda Strauss, una bloguera de comida casher e influencer sobre estilo de vida; Tanya Zuckerbrot, creadora de la Dieta Factor-F; Zach Sage Fox, un creador de contenido viral que amplifica el orgullo judío; y Shabbos Kestenbaum, un educador judío que actualmente está demandando a Harvard por antisemitismo.
Y no están solos. Josh Hammer, un periodista conservador con una fuerte presencia en línea, se postula en la Lista de Acción de Israel365, mientras que Elon Gold, un comediante y actor judío, también participa.
No se trata solo de un concurso de popularidad. Las elecciones para el llamado «parlamento del pueblo judío» en EE.UU. tienen lugar entre el 10 de marzo y el 4 de mayo de 2025, lo que les ofrece a los judíos estadounidenses una oportunidad única para moldear el futuro de Israel, fortalecer a las comunidades judías de todo el mundo y defender con orgullo el sionismo.
¿Pero por qué ahora? ¿Qué cambió para que los influencers de las redes sociales repentinamente quieran unirse a las listas políticas en unas elecciones de las que muchos judíos estadounidenses nunca habían oído hablar?
Una nueva era de activismo judío
Parte de la respuesta está en el 7 de Octubre. La masacre de Hamás desató un despertar judío, en línea y fuera de línea. Muchos influencers judíos que nunca se habían involucrado en el activismo político se encontraron repentinamente en la primera línea de la batalla por la identidad judía y la posición global de Israel. Este auge del activismo digital coincidió con un cambio histórico en las elecciones del CSM, en las cuales el número de listas casi se duplicó -de 13 en 2020 a 21 este año-, lo que podría impulsar una participación electoral récord entre los judíos estadounidenses.
Pero hay otro factor en juego: una reorganización fundamental del panorama sionista. Hasta ahora, la representación sionista religiosa estaba monopolizada en gran medida por Mizrachi Mundial, que ahora se presenta como la Coalición Ortodoxa Israelí (COI)-Mizrachi. Esta vez, sin embargo, varias listas ortodoxas y jaredíes han entrado en la carrera, junto con listas israelo-estadounidenses, facciones políticas jaredíes e incluso coaliciones progresistas anti-Benjamin Netanyahu.
“Este Congreso Sionista es diferente a cualquier anterior”, me dijo una fuente de alto rango de la OSM. Señaló el “despertar judío” posterior al 7 de Octubre, como lo describen las Federaciones Judías de Norteamérica. “Hay más votantes, mayor participación; se habla de duplicar el número de participantes solo en EE.UU., llegando potencialmente a 250.000 votantes, comparados con los 120.000 de la última vez. ¿Hace quince años? Esa cifra era de solo 15.000.”
Y no es solo en EE.UU. En países como Francia y Canadá no se han realizado elecciones para el CSM por más de una década… hasta ahora. Históricamente, las organizaciones comunitarias judías de estos países llegaban a acuerdos internos en lugar de realizar votaciones competitivas. Esto está cambiando. A medida que las comunidades judías de la Diáspora redefinen su relación con el sionismo, el CSM está cobrando de pronto relevancia de nuevo.
La fractura del sionismo religioso
Otra subtrama fascinante de estas elecciones es la profundización de las fracturas dentro del movimiento sionista religioso.
Durante décadas, Mizrahi Mundial fue la única agrupación ortodoxa. Ahora se enfrenta a la competencia de muchas facciones. Una de ellas, Akhdut Yisrael, está dirigida por Davidi Ben Zion, subjefe del Consejo Regional de Samaria y ex miembro de Mizrahi. Ben Zion también es director del Consejo de Voluntarios del KKL, una de las cuatro instituciones sionistas más grandes en Israel.
Ben Zion es mayor de la Brigada de Paracaidistas en la Reserva, luchó el 7 de Octubre en Kfar Aza, en Gaza y ha cumplido cientos de días como reservista desde el estallido de la guerra, lo que lo llevó a crear un programa para ayudar a los soldados reservistas a través del KKL.
Él insiste en que, a diferencia de otras agrupaciones, la suya no está involucrada en el clientelismo político. «No buscamos empleos ni salarios; luchamos por una influencia real en las instituciones nacionales.»
Su agenda, afirma, se centra en subsidiar viviendas para reservistas, financiar programas para personas con necesidades especiales y fortalecer a las comunidades judías en Israel y el exterior. Pero Israel Unity también está conectado con Judíos Ortodoxos Modernos Estadounidenses.
La batalla por la financiación sionista
En el otro extremo del espectro ha surgido una nueva lista israelo-estadounidense de izquierda, la Coalición AID, respaldada por grupos como Brothers & Sisters in Arms, UnXeptable-Saving Israeli Democracy y Bonot Alternativa, todas organizaciones opositoras al gobierno de Netanyahu.
¿Su principal mensaje de campaña? Redireccionar 1.500 millones de dólares anuales de la financiación sectorial jaredí hacia la reconstrucción de comunidades cerca de Gaza y de la frontera norte de Israel. La retórica de AID está en espejo con la de la lista ortodoxa Eretz HaKodesh, solo que desde la dirección política opuesta.
Preocupados por la lista ortodoxa
Según el líder de la lista del Likud, Yaakov Hagoel, quien también es el presidente la Organización Sionista Mundial, su lista incluye a todos los sectores de la sociedad israelí: sefaradíes, ashkenazíes, persas, halabíes (judíos sirios) y también israelíes residentes en los EE.UU. También incluye a judíos de la ex Unión Soviética. «Se estima que esta amplia representación generará muchos votos», explicó. «Hemos llegado a comunidades que tradicionalmente no forman parte del movimiento sionista mayoritario.»
Las elecciones al CSM de 2020 marcaron un cambio en el poder, de la izquierda progresista a la derecha religiosa, cuando las listas ortodoxas y de derecha obtuvieron más de 62.000 votos, superando los 54.098 votos obtenidos por los grupos reformistas, conservadores y progresistas. Eretz HaKodesh, una entonces nueva e influyente lista ortodoxa, quedó tercero a pesar de que su plataforma evitaba las palabras «sionista» o «Estado de Israel», apelando a los votantes religiosos al afirmar que participar en las elecciones al CSM no equivalía a un respaldo sionista.
La Coalición Ortodoxa Israel-Mizrachi y Eretz HaKodesh juntas recibieron un tercio de todos los votos, aumentando significativamente la influencia religiosa en las principales instituciones sionistas y las asignaciones presupuestarias. Si bien Vote Reform siguió siendo la lista más grande, su influencia general disminuyó en comparación con 2015, y listas progresistas como Hatikvah obtuvieron resultados más débiles.
Muchas de las listas progresistas, así como la de Mizrachi, temen que Eretz HaKodesh reciba aún más votos que los que obtuvo hace cinco años. Han estado trabajando de forma inteligente y estratégica en los últimos años, abriendo filiales en todo el mundo, invirtiendo fondos en instituciones relevantes y fortaleciendo su propia marca.
Un miembro de alto rango de una de las listas progresistas explicó que la entrada de Eretz HaKodesh al CSM continúa la tendencia de 2020 y está ganando impulso. El rabino Dov Lando, uno de los rabinos jaredíes de mayor rango, recientemente les ordenó a los miembros de Degel HaTorah que se retiren de las instituciones sionistas, calificando al sionismo de secular y herético. Sin embargo, permitió la participación en la Knesset por razones pragmáticas.
Su postura refuerza el rechazo ortodoxo a la influencia de la OSM a medida que facciones de la derecha religiosa como Eretz HaKodesh ganan terreno. «La declaración del rabino Lando ha cambiado el panorama por completo», añadió la fuente progresista. «Han adquirido una influencia significativa en todas partes, principalmente deslegitimando al judaísmo reformista», explicó. «Su ideología es fundamentalmente antiprogresista y no apoyan en absoluto al sionismo.»
Este es un acontecimiento sumamente interesante; la pregunta es: ¿a quién escuchará el público jaredí?
Gusti Yehoshua Braverman, miembro del Comité Ejecutivo de la OSM y titular del Departamento de Irgún y Conexión con Israelíes, también considera esto un punto de inflexión. «El éxito de Eretz HaKodesh ha intensificado la determinación del movimiento reformista», declaró como representante del movimiento reformista en la OSM.
Añadió: «Miren cómo hablan de nosotros: pagamos impuestos, servimos en las FDI y, sin embargo, nos deslegitiman. Esto motiva aún más a los votantes reformistas».
Yehoshua Braverman añadió que entre los judíos reformistas hay una mayor conciencia, especialmente tras los cambios políticos en los EE.UU., de involucrarse en el CSM. «Hay una frustración significativa, así como yo estoy personalmente frustrada con este gobierno israelí.»
«El gobierno se niega a investigar el desastre más importante (el 7 de Octubre) de la historia de Israel. Hay horribles amenazas contra los judíos reformistas y conservadores en Israel y en el exterior. Pero también hay una comprensión de un destino compartido.»
A medida que se acercan estas elecciones, las líneas de batalla están más claras que nunca. Las facciones de derecha, ortodoxa y jaredí están mejor organizadas que nunca, mientras que los progresistas y los sionistas liberales se apresuran a contrarrestar sus avances.
Una cosa es segura: estas elecciones definirán el futuro de las instituciones sionistas en los próximos años. Y por primera vez en décadas, influencers, activistas y guerreros digitales judeoestadounidenses están desempeñando un rol fundamental en esa lucha.
No hay suficiente espacio en esta columna para especificar todas las listas derivadas y la fascinante, en mi honesta opinión, política que representa un microcosmos del mundo judío. Quizá necesite escribir otra columna sobre este tema; estén atentos.