Itongadol.- Una rara Torá de cuero de ciervo de Yemen de 300 años de antigüedad se donó recientemente a la congregación B’nai Vail en Vail, Colorado. Los miembros de B’nai Vail, Marc y Rhonda Strauss, donaron la Torá a la congregación y celebraron su donación en la cima de una montaña en Vail.
La Torá está escrita en cuero de ciervo, a diferencia del tradicional becerro o vaca, y está escrita en una rara escritura de Maimónides: una escritura sefardí típica de los judíos españoles y africanos.
“Al haber crecido en varias comunidades judías a lo largo de mi vida, al ver tantos tipos diferentes de Torá, donar una Torá es algo que siempre había esperado hacer”, dijo Marc Strauss.
“De principio a fin ha sido un viaje increíble ver cómo se restaura esta Torá y ahora que es oficialmente parte de B’nai Vail, donde Rhonda y yo pasamos tanto tiempo, esperamos ver esta Torá en uso por las generaciones por venir.»
Todas y cada una de las 304.805 letras necesarias para componer una Torá fueron examinadas y reparadas por el rabino Joel D. Newman de B’nai Vail en el transcurso del año pasado. El rabino Newman también agregó nuevos rodillos y reparó varias piezas de cuero de ciervo de la Torá antes de finalmente conmemorar la finalización de la Torá el 28 de julio.
“Esta Torá contiene mucha historia y es una pieza increíblemente rara de la historia judía que estamos muy orgullosos de tener ahora como parte de nuestra congregación”, dijo el rabino Newman.
“Una donación de Torá es tan especial y tener la oportunidad de restaurar la Torá fue todo un honor. Agradecemos a los Strauss por su generosidad y entusiasmo durante todo el proceso de restauración y no podríamos estar más emocionados de que esta Torá sea oficialmente parte de B’nai Vail por la eternidad».
Asimismo, un Sefer Torá escrito en 1833 perteneciente a Asher y Sandy Berlinger, dos octogenarios, llegó a Israel cuando estos hicieron aliá en 2017.
Ambos se radicaron en Jerusalem, provenientes de Paramus, Nueva Jersey, Estados Unidos, país en el que pudieron arribar luego de la Kristallnacht (la Noche de los Cristales Rotos). Llevaron desde Alemania el Sefer Torá que pertenecía a la familia rabínica Berlinger y que el abuelo de Asher, Naftali Berlinger, rabino de la sinagoga de Bodenhausen durante el período nazi, le entregó a su hijo Menachem mientras él se quedaba en Alemania para apoyar a sus feligreses. Menachem falleció en el gueto de Theresienstadt, mientras que el Sefer Torá fue utilizado en una escuela y una sinagoga de Brooklyn. Actualmente según la Halajá (Ley Judía), no puede ser utilizado ya que por el transcurso del tiempo parte de la escritura se ha desvanecido e incluso hay sectores directamente rotos.
El rabino Yehoshua Fass, fundador y director ejecutivo de Nefesh B’Nefesh, sostuvo: «Cada año nos encontramos con nuevos testimonios de sobrevivientes (de la Shoá) y nos sorprende descubrir más historias de heroísmo, en este caso a través de un objeto valioso que ilustra la victoria y la prosperidad del pueblo judío.”
“Si se puede restaurar el Sefer Torá, lo haré, para que pueda ser utilizado nuevamente en una sinagoga», declaró Asher Berlinger.
Asimismo, un Sefer Torá anterior a la Inquisición española, que perteneció al Templo Chalom de Rodas y durante la Shoá fue protegido por los musulmanes, quienes lo devolvieron a los judíos, se trajo a Buenos Aires y el Centro Comunitario Chalom lo entregó en comodato al Museo de la Shoá para que sea uno de los objetos más importantes que se exhiban a partir del momento de su reinauguración en diciembre de 2019, con el compromiso de cuidarlo y darle una función educativa para que todos los visitantes conozcan su historia.