Itongadol.- (The Wall Street Journal – WSJ) De la gente que nos trajo el ‘‘apartheid israelí’’ nos llega otra calumnia de moda: el ‘‘genocidio israelí’’.
Con un nuevo informe publicado el miércoles por la noche, Amnistía Internacional mantiene su buena posición del lado anti israelí. El precio es tragarse una inversión de la realidad.
Amnistía disfraza de imparcialidad su crítica de las políticas israelíes, pero ya dio señales de su parcialidad en su informe de 2022 al intentar afirmar que ‘‘este sistema de apartheid se originó con la creación de Israel en mayo de 1948’’.
Eso es mucho antes de cualquier ‘‘ocupación’’ , pero refleja la obsesión ideológica que trata la existencia del Estado judío, en cualquier frontera, como un crimen.
El informe de Amnistía sobre el apartheid, que acaparó titulares, admitió discretamente que no sostenía que las leyes de Israel fueran análogas a las de Sudáfrica.
Además, este nuevo informe redefine el genocidio de manera particular. La jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia (ICC, por sus siglas en inglés) exige que ‘‘la intención de destruir al grupo, en su totalidad o en parte, sea la única inferencia razonable que pueda extraerse de la pauta de conducta’’. Amnistía, por su parte, dice que ese es un listón demasiado alto y se fija en el ‘‘panorama general’’ y el ‘‘contexto’’.
Por contexto entiende el apartheid y todas sus anteriores calumnias al Estado judío.
Sin embargo, con respecto a la masacre de Hamás del 7 de octubre, de carácter genocida, Amnistía no dice nada. Aquí está el comienzo de su informe: ‘‘El 7 de octubre de 2023, Israel se embarcó en una ofensiva militar contra una Gaza ocupada de una magnitud, escala y duración sin precedentes’’.
En primer lugar, la Franja no estaba ocupada. En segundo lugar, fue Hamás y no Israel quien se embarcó en una ofensiva militar. A pesar de esto, Amnistía detalla que el asesinato masivo de Hamás ocurrió más adelante, utilizando la masacre sin precedentes para patologizar el ‘‘estado de ánimo israelí resultante de los ataques’’.
Aunque Amnistía utiliza las cifras de víctimas del ‘‘Ministerio de Salud con sede en Gaza’’, que está dirigido por el grupo terrorista palestino, nunca menciona que Jerusalem advierte que entre ellas hay 17.000 combatientes de Hamás muertos.
Además, Amnistía omite la crucial proporción de civiles por combatiente, que sugeriría que Israel lo hizo mejor que la mayoría en la guerra urbana.
En esencia, el informe bendice la estrategia de Hamás de utilizar escudos humanos, sugiriendo que Israel no tiene derecho a atacar en zonas civiles más allá de Hamás las esté utilizando.
En la misma línea, Amnistía incluso critica al Estado judío por evacuar a civiles de zonas de guerra activas, lo que también se convierte en prueba de ‘‘intención genocida’’ porque desplaza a los civiles.
Asimismo, Amnistía critica a Israel por genocida en casos en los que no evacuó a civiles. El juego consiste en retorcer el derecho internacional hasta que Israel -o Estados Unidos- no tenga forma de luchar contra los terroristas.
Ninguno de los grupos que gritan genocidio pide a Egipto que deje escapar a mujeres y niños a un lugar seguro abriendo su frontera con el enclave costero palestino. Lo único que hacen en este conflicto es insistir en que se encierre a los civiles en la zona de guerra.
Lo hacen porque saben que no se trata de un genocidio israelí, sino de víctimas civiles involuntarias, que pueden utilizarse contra Israel.